Herbolaria peligroso consumo

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En vez de comprar pastillas, mejor tome hierbas”, dice don José González Cruz, un hombre originario de San Pedro Sochiapan, Oaxaca, que asegura, “por herencia”, conocer más de medicina que los propios médicos. Tiene 42  años y su especialidad es la herbolaria.     
Todos los días, a las siete de la mañana, en la esquina de las calles Coronel Calderón y Belén coloca una manta blanca en el piso. Sobre ella, semillas de chicalote y sauce para calmar el dolor, dulce violeta para el insomnio, y fucus para adelgazar. Las hierbas están acompañadas de fotografías que demuestran la eficacia de sus remedios. “A la gente que viene le digo cuál es la diferencia entre la herbolaria y la medicina de patente. Que en vez de comprar pastillas tomen hierbas”.
Los “clientes” de don José son tanto aquellas personas que carecen de recursos económicos para comprar medicamentos alópatas como aquellos que confían más en los remedios naturales. “Lo natural nunca te va a hacer daño”, asegura don José. Su teoría es que las pastillas tienen químicos o droga.
Su oficio lo aprendió de su abuelo, quien era curandero con plantas medicinales. “En Oaxaca no tenemos pa’ estudiar. De tradición en tradición aprendimos a curar un dolor de cabeza, algún problema de gastritis, una caída o un golpe. Ya lo trae uno de raíz”.
Mientras platica, receta a quienes —curiosos pero incrédulos— se acercan a conocer el mágico remedio para la migraña. “La gente que desconfía de la herbolaria es la gente que no la conoce. Yo le digo a los que juzgan las plantas que son gente que le hace falta conocimiento de herbolaria, porque no es lo mismo estudiar en una universidad que estudiar lo natural. Es como la educación de uno, no se la dan en la escuela, se mama”.
No estudió medicina pero sabe que existen plantas tóxicas. No prohíbe su consumo, únicamente recomienda que no las tome, que se las “unte”. “Hay plantas alucinógenas, esas sí hacen daño, como el chicalote, el peyote, el toluache y el hueso de fraile que muchos quieren vender pero le voy a ser sincero: para el problema de una infección en los pies use chicalote, pero va untado, no tomado. Plantas venenosas son para untar, las otras pa’ tomar. Es como lo antirrábico. ¿Qué le inyectan a alguien que le picó un animal venenoso? Pues veneno, para matar veneno con veneno”.
Don José ha “recetado” hierbas los últimos 25 años de su vida y asegura que no es buen negocio. “A falta de trabajo tenemos que sobrevivir. Ya sacando pa’ comer, todo está bien. Así es la vida del mexicano”.

Desinformación peligrosa
Para la doctora Adriana López Enríquez, jefa del Servicio de Urgencias Pediátricas del Hospital Civil “Fray Antonio Alcalde”, en México la población confía más en la “abuelita” y en el herbolario que en el médico. “Tenemos una cultura en donde gastar en la salud nos cuesta y en lugar de información hay desinformación”.
Señala que los remedios naturales existen por historia, por tradición, por cultura. Sin embargo, el problema es que existen plantas tóxicas que no se deben utilizar. “Por eso debemos ir aprendiendo. No es que no funcione la herbolaria, pero hay plantas que no son tan nobles o benignas. Hay muchos factores que condicionan y es que muchas veces quienes las recomiendan desconocen que son tóxicas, sus efectos secundarios y cómo se dosifican”, explicó la especialista.

Planta mortal
El hueso de fraile, ayoyote o codo de fraile (Thevetia peruviana) es una planta que a finales de 1998 fue muy popular por sus efectos para bajar de peso. El Distrito Federal fue uno de los lugares en donde se comercializó con mayor éxito, promoviendo sus beneficios para mejorar la circulación, eliminar la gastritis, colitis y el estreñimiento, así como para reducir el estrés, la celulitis y desinflamar várices. Pero el también llamado gorro de fraile provocó la muerte de decenas de personas en la República Mexicana, especialmente mujeres.
En el 2007, en Jalisco, el hueso de fraile cobró la vida de dos personas. El señor Emilio García Valente de 36 años acudió al mercado San Juan de Dios por recomendación de un familiar, para comprar algún remedio que le curara sus problemas estomacales y para desparasitarse. En el lugar, los hierberos le recomendaron el hueso de fraile. Después de consumir tan sólo dos cucharadas soperas de agua hervida con los huesos, murió por consecuencias cardiológicas. Su hija Alondra García de 13 años también murió después de ingerir una cucharada. Sus otros dos niños, de 7 y 10 años sólo resultaron intoxicados.  
La doctora López Enríquez, quien los atendió en el área de urgencias del Antiguo Hospital Civil, explicó que estas sustancias producen efectos cardiológicos no inmediatos. “Al inicio, el paciente se comporta como su sufriera un proceso intestinal. Mucho vómito, dolor abdominal y la sustancia, conforme se va absorbiendo, hace efecto cardio-tóxico. No hay ningún antídoto, no sirve hacer diálisis ni lavado gástrico”.
Después del suceso, la Secretaría de Salud y la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) alertaron a la población sobre la toxicidad de la planta y la  retiraron de los establecimientos. Dos años después, el hueso de fraile es un remedio que se vende sin restricciones en algunos mercados de la Zona Metropolitana de Guadalajara.

Ventas sin restricciones
El mercado San Juan de Dios es famoso por ser uno de los lugares en donde es posible encontrar todo tipo de remedios. Un hueso de fraile puede adquirirse por tan sólo 50 pesos. Sin ningún tipo de recomendación. Una de las locatarias del área de hierbas que  vende el hueso —el cual guarda en una caja donde tiene más de tres docenas—, sugirió partirlo en 30 pedazos del tamaño de un arroz cada uno y tomarlo todos los días por las mañanas; aseguró que los resultados para bajar de peso eran inmediatos, sin consecuencias ni reacciones secundarias.
Para la jefa de Urgencias del Hospital Civil, sí existe regulación en la venta de hierbas. El problema radica en que los vendedores muchas veces desconocen los efectos secundarios. “Por ignorancia y por atrevimiento, las personas lo siguen utilizando. No sé si la gente que la vende sabe los efectos secundarios. Desde mi punto de vista es gente que agarra plantas, bajo tradición que tiene en sus familias y las vende. Para mí es difícil que alguien las venda de manera tan abierta sabiendo que es tan mortal. No ganan mucho y no creo que vendan sustancias letales a propósito. Es mejor no dar plantas de las que desconocen sus efectos”.
Según las estadísticas del Servicio de Urgencias Pediátricas del antiguo nosocomio, atienden cada vez a menos personas intoxicadas con plantas. “Ha disminuido en forma importante, la gente está teniendo más respeto pos su salud al no automedicarse con hierbas. En esa parte creo que está cambiando la cultura en México”.

 

Medicina tradicional: popular en países en vías de desarrollo
El mercado de la medicina herbolaria nunca había sido tan popular como lo es hoy en día. De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), este mercado supera los 78 millones de dólares. Además, la OMS asegura que en promedio tres cuartos de la población mundial —en su mayoría países en vías de desarrollo— confía en la medicina herbolaria, siendo una de las causas más frecuentes de consulta el estreñimiento y los problemas digestivos.
Es así que las hiedras, el piracanto, el té de anís estrella y el capulín blanco son algunas plantas que contienen activos naturales como plomo, oxalatos, azarcón, bismuto así como minerales obtenidos de la tierra, que a lo largo de los años han demostrado que provocan intoxicaciones.
A la vez, de acuerdo a un estudio realizado en Reino Unido por la publicación Postgraduate Medical Journal, faltan evidencias de que las hierbas medicinales realmente funcionan. El estudio informó que las hierbas podrían estar contaminadas o incluso ser tóxicas, pero el problema radica en que los herbolarios con frecuencia no pueden conseguir los fondos necesarios para llevar a cabo pruebas rigurosas.

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