Estado de la calidad del aire

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La contaminación del aire se ha convertido en uno de los problemas más graves en México, ha generado terribles consecuencias a la población y es el resultado de varios factores: entre ellos demografía, crecimiento económico, los patrones de consumo, el uso de energía, etcétera.

Actualmente más de la mitad de la población en el mundo vive en entornos urbanos y la mayoría nos movemos en áreas muy congestionadas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que nueve de cada 10 personas respiramos con frecuencia en niveles peligrosos de aire contaminado.

En la Ciudad de México es la quinta vez en lo que va del año que tiene que ponerse en resguardo por los altos índices de contaminación, a esta situación se le suman los incendios que también han contribuido a que la contaminación se mantenga. Se ha señalado que una de las razones por las que la Ciudad de México está pasando por esta crisis es porque la verificación de automóviles se hizo más laxa, ya que se ha calculado que aproximadamente 200 mil coches adicionales comenzaron a circular desde inicios de este año.

Lamentablemente los problemas de contaminación ambiental no sólo se han presentado en la Ciudad de México y el Estado de México, y que en Jalisco algunas zonas ya han rebasado los límites establecidos por la norma ambiental.

Las enfermedades resultado de la contaminación, según los expertos, están asociadas en el caso de los adultos a afectaciones como cardiopatías, infartos cerebrovasculares, enfermedades pulmonares y cáncer, y en el caso de los menores de edad a infecciones respiratorias agudas.

Se prevé que dentro de poco la contaminación del aire será una de las principales causas ambientales de mortalidad prematura. Según un estudio realizado por IMCO (Instituto Mexicano para la Competitividad) el número de muertes por contaminación del aire al año en México es de 5 mil 065.

Una de las soluciones, según la OMS, es implementar políticas públicas, así como realizar inversiones de apoyo a medios de transporte menos contaminantes, promover la creación de viviendas energéticamente eficientes y mejorar la gestión de residuos industriales y municipales.

Hay algunos ejemplos de políticas que han sido fructíferas, relacionadas, por ejemplo, a los sectores de transporte, planificación urbana, generación de electricidad e industria, que permiten reducir la contaminación del aire.

En la industria, por ejemplo, podría haber una gestión mejorada de desechos urbanos y agrícolas, incluida la recuperación del gas metano de los vertederos como una alternativa a la incineración; en cuanto a trasporte la OMS considera que se debe priorizar el transporte urbano rápido, las bicicletas en las ciudades, y la utilización de vehículos pesados de motor diésel más limpios y vehículos y combustibles de bajas emisiones, especialmente combustibles con bajo contenido de azufre.

La planificación urbana también podría ayudar a que la contaminación del aire se redujera, pero lamentablemente es un tema que poco se ha atendido en las grandes urbes de México, y otra de las alternativas es la gestión de desechos municipales y agrícolas a través de estrategias de reducción, separación, reciclado y reutilización de desechos.

Estas apenas son algunas de las soluciones que deberían continuar aplicándose en mayor medida en las grandes ciudades, con la finalidad de mejorar la calidad del aire; recordemos que sólo tenemos un planeta y cada vez menos oportunidades para que se mantenga estable.

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