Muchos lo consumen vía oral, con la esperanza de rejuvenecer o prolongar su lozanía y, es vendido en tiendas naturistas, ya sea en polvo, líquido o en cápsulas. Se trata del colágeno.
“Es una vil mentira que el colágeno que venden en esas tiendas, rejuvenece. No es más que un truco de mercadotecnia para engañar a las personas y venderles un producto que tal vez sólo sea un complemento dietético con proteínas”, señaló Tranquilino Humberto Guillén Gutiérrez, jefe del Servicio de dermatología, del Hospital Civil Juan I. Menchaca.
Los especialistas refieren que estos productos suelen ser obtenidos por un proceso de deshidratación de carnes fragmentadas o molidas finamente para producir un polvo rico en proteínas, las cuales, ya en el organismo, serán parte de procesos necesarios para la producción de nuevas células.
César Ricardo Cortés Álvarez, profesor investigador del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI), no descartó la posibilidad de que dicha proteína sea obtenida con un bajo control de calidad y tenga un origen desconocido. “La regulación no es estricta en la elaboración de estos suplementos alimenticios”.
También advirtió que es importante observar la cantidad de proteína que se ingiere. “Lo ideal es que consumamos de 0.8 a un gramo de proteínas por kilogramo de peso, en condiciones normales. Ingerirlas en exceso puede dañar los riñones y ocasionar sobrepeso”.
El investigador recomienda evitar los productos con colágeno que venden en cubetas. “Si no se tiene cuidado con los materiales con que se fabrican, incluida el agua, pueden llegar a ser fuente de contaminación por algún agente que provoque enfermedades. Además, si el producto está expuesto al aire libre, aunque la preparación haya sido cuidadosa, puede contaminarse con el polvo”.
El colágeno y la salud
El colágeno se produce natural y espontáneamente en el cuerpo, gracias a unas células llamadas fibroblastos. Para tal propósito deben ser consumidas proteínas de origen animal, así como algunas vegetales. “Una alimentación balanceada podría ser suficiente para generar colágeno, siempre y cuando el individuo tenga un metabolismo que funcione de manera adecuada”.
Esta proteína es necesaria para el buen funcionamiento de los tejidos. Si en el organismo no existiera, no habría cohesión celular. Cuando disminuye su presencia, la piel envejece, pierde su elasticidad y hay menos probabilidad de tener una cicatrización adecuada ante una lesión o traumatismo, como puede observarse en algunos ancianos.
Con la edad es común la pérdida de colágeno. También disminuye la habilidad del organismo para producirlo en cantidad suficiente. Esto puede ocurrir por factores genéticos, nutricionales, ingesta elevada de alcohol o enfermedades como la diabetes, el lupus y la dermatomiositis, en las que los pacientes forman células excesivas de colágeno en algunas partes del cuerpo y en otras no.
Aclaró que el colágeno tópico (propio para untarse) puede utilizarse para fines médicos, pero requiere de liposomas, necesarias para atravesar la epidermis (la parte más externa de la piel) y llegar hasta la dermis (capa de la piel situada bajo la epidermis), donde podrá tener su efecto farmacológico. Se trata de cremas o pomadas onerosas.
Hay otro colágeno viscoso que puede ser inyectado, para que no se desgasten los meniscos (ubicados en la parte interna y externa de la rodilla). Este procedimiento se aplica en ocasiones a futbolistas, para que el colágeno forme una especie de colchoncito hidráulico y no se lastimen las articulaciones.
El colágeno inyectado también puede ser usado para desaparecer arrugas profundas. “En estos casos sí funciona. Sólo hay que tener mucho cuidado de no introducirlo en un vaso sanguíneo porque, incluso, puede poner en riesgo la vida del paciente”.
