El camino descendiente del astro solar

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Decían que el mundo se iba a acabar en el año 2012. Y aquí seguimos. Ahora afirman que el Sol emitirá radiaciones tan potentes que destruirán nuestro planeta. Son afirmaciones sin fundamento.

Lo cierto es que especialistas de la NASA (Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio de Estados Unidos) informaron que el Sol está llegando al punto de máxima actividad dentro del ciclo que dura aproximadamente 11 años y esperan que en los próximos dos o tres meses invierta la polaridad de su campo magnético.

El doctor Alberto Nigoche-Netro, profesor investigador del Instituto de Astronomía y Meteorología de la Universidad de Guadalajara, explica que: “Las estrellas poseen campos magnéticos variables que fluctúan en el tiempo: desde una fracción de segundo hasta billones de años. Los campos magnéticos en las estrellas (y planetas como la Tierra) se generan mediante el llamado efecto dínamo, que consiste en la generación de un campo magnético debido a una corriente eléctrica circular. La corriente eléctrica se produce por corte (estiramiento del material) entre diferentes partes del objeto, que giran a diferentes velocidades”. En el caso del Sol, el ecuador gira más rápido que los polos.

En el observatorio solar Wilcox, de la Universidad de Stanford, que monitorea los campos magnéticos del Sol, han documentado, a través de magnetogramas, tres inversiones de polaridad en el campo magnético solar desde 1976, lo que confirma que este fenómeno es parte normal de la dinámica de la estrella.

“No hay datos actuales que muestren algún evento solar catastrófico inminente”, asegura el doctor en astrofísica Alberto Nigoche-Netro.

Aunque la sociedad moderna depende de una variedad de tecnologías susceptibles a los cambios en el clima espacial, tampoco debe generarse una alarma innecesaria por el aumento de la actividad solar.

“Las corrientes eléctricas inducidas en la superficie de la Tierra durante los eventos de auroras boreales, pueden interrumpir las redes de energía eléctrica y contribuir a la corrosión de los oleoductos y gasoductos. Los cambios en la ionosfera durante las tormentas geomagnéticas interfieren con las comunicaciones de radio de alta frecuencia y el sistema de posicionamiento global (GPS) de navegación”.

La actividad solar con capacidad de impactar a la Tierra se puede dividir en cuatro tipos de fenómenos: las llamaradas solares, las eyecciones de masa coronal, el viento solar de alta velocidad y las partículas energéticas solares.

Para el doctor Nigoche-Netro, la importancia de estudiar al Sol radica en que si conocemos los fenómenos solares, los podemos predecir y así evitar la mayoría de sus consecuencias negativas.

“De hecho, se considera que la intensidad del próximo máximo solar será similar al anterior máximo en 2002”, adelanta el investigador, por lo que no hay de qué preocuparse.
Aun así, los aviones, que utilizan comunicaciones de radio, deben tomar precauciones para evitar cualquier problema.

“En el casquete polar, durante los eventos de absorción causados por los protones y electrones solares, las comunicaciones de radio se pueden comprometer para aviones comerciales en las rutas que cruzan los polos. Hoy existen más de 7mil 500 rutas polares por año. En esas rutas los aviones vuelan a latitudes donde no se puede utilizar la comunicación vía satélite y las tripulaciones de vuelo deben usar la alta frecuencia (HF) de radio para mantener la comunicación con el control de tráfico aéreo, como lo requiere la regulación federal”.

Los satélites y las naves espaciales que orbitan el planeta, y que transmiten una gran cantidad de información cada segundo, pueden ser afectados por el cambio en las condiciones del clima espacial.

“La exposición de las naves espaciales a partículas energéticas solares causa anomalías temporales operativas, daños en los sistemas electrónicos y degradan los paneles solares y sistemas ópticos, como cámaras o rastreadores de estrellas”.

En base a las observaciones que han realizado los astrónomos, sabemos que el Sol es una estrella que está en la mitad de su vida. “De hecho, a pesar que se encuentra a millones de kilómetros de distancia, podemos predecir  mejor lo que sucede en el Sol que lo que ocurre en nuestro propio planeta, como los terremotos”.

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