Devoradores de madera

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Hace 10 años la Zona Metropolitana de Guadalajara no tenía termitas. Ahora, como en el resto de México, su presencia crece. Esto aumento se concentra más en zonas costeras y en el sur del país. En menor medida, en el centro y norte del territorio nacional. Las primeras afectaciones se dan en lo urbano (viviendas y hoteles) y luego en lo agrícola.

El especialista en plagas urbanas de la Universidad de Guadalajara, Jaime Santillán Santana, dijo que en 2005, investigadores, controladores de plagas y representantes de empresas analizaron el problema y lo calificaron de “serio”, por lo que considera que es el momento de que México atienda a este insecto ya convertido en plaga.

Estado
A pesar del panorama, el control de este insecto en México está en pañales, lamentó el termitólogo del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias. Agregó que no le “hemos dado la debida importancia. Algo similar ocurrió con el dengue”. No fue parado el crecimiento de ese mosquito, y esto acarreó otros problemas, como el chikungunya y el zika.

Existen ciudades que “hoy son emblemas típicos de termitas. No nos vayamos lejos: en Puerto Vallarta, 40 por ciento de casas están afectadas”, estimó el especialista, aunque aclaró que faltan estudios al respecto.

En tanto, en el campo son afectados diversos cultivos agrícolas. Uno de los “problemas fuertes” se da con la caña de azúcar, en Veracruz y Colima, donde hay pérdidas de hasta 10 toneladas por hectárea. En un análisis que realizó a una empresa tequilera, detectó que las termitas afectan a cultivos de agave en Jalisco.

Israel Arroniz Zamudio, jefe de la sección de controladores de plagas de la Cámara de Comercio de Guadalajara, consideró que la presencia de termitas en la zona metropolitana no es tanta, aunque reconoció que “en una casa que haya madera, hay termitas”, por lo que el problema puede ser mayor al detectado.

Las áreas con más presencia de termitas en la urbe tapatía son Chapalita, Arboledas y Santa Anita, y en el resto del estado, en Puerto Vallarta.

Coincidió con sus colegas en que hay desconocimiento y falta de cultura respecto a esta plaga.

Factores
Algunas especies de termitas son subterráneas, y por lo tanto, su ataque pasa inadvertido: “Se comen las raíces, el centro del tronco. Cuando un agricultor se da cuenta, el daño es superior al 60 por ciento”, además de irreversible.

El problema es mayor porque el insecto se está adaptando al cambio climático y es más resistente a insecticidas. A eso hay que añadir que tan solo la reina de termita pone tres mil huevecillos diarios.

Santillán Santana agregó que el transporte trajo a México termitas, como la coptotermes gestroi, desde Asia, más agresiva que la termita de Formosa, que afectaba el norte del país. La primera puede derrumbar en un año una estructura de madera similar al estadio Jalisco.

El académico aseguró que en la medida que destruimos e invadimos los ecosistemas naturales, crecen las afectaciones: “Llegamos a una playa virgen y empezamos a construir una nueva ciudad pegada al mar, un nuevo Puerto Vallarta, el nuevo Cancún, ¿y qué ocurre? Estamos invadiendo su hábitat natural, y luego nos extraña que ellos nos invadan el hotel, se estén comiendo las alfombras, las paredes, las camas”.

Otro problema es que en México, en general, no utilizamos técnicas de pre-construcción a fin de evitar la presencia de termitas, y más cuando ahora son empleados paneles de celulosa en edificios de departamentos o centros comerciales.

Santillán Santana realiza, desde hace varios años, un estudio, apoyado por la iniciativa privada e instituciones, en la costa de Jalisco y en Centroamérica, para analizar productos que controlen el insecto. Ha visitado Costa Rica, Trinidad y Tobago y Jamaica, donde el problema es “fuerte”. En estos días acudirá a esa zona para seguir con sus investigaciones.

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