Derecho viviente

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Si bien el control de convencionalidad y las reformas constitucionales, en materia de derechos humanos, han sido un gran paso en el continente, deben pasar a ser derecho viviente y que no se queden en el papel.

Así lo explicó en entrevista Enrique Gil Botero, integrante de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y ex Magistrado del Consejo de Estado Colombiano, quien estuvo en Guadalajara para impartir una conferencia  en el Auditorio Salvador Allende del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH).

“El principal desafío es que todo este aspecto teórico de ordenamiento jurídico interno e internacional que hace parte del derecho de cada país, sea eficaz, que no sea un derecho en el papel. Que esas leyes que se consagran no sean letra muerta, sino letra viviente. Un derecho viviente”.

El control de convencionalidad consiste en que los juzgadores tienen el deber de proteger los derechos humanos al privilegiar el “Pacto de San José” por encima de las leyes locales e incluso de las constituciones. Esto construye una idea del derecho global. Sin embargo, Gil Botero se dijo preocupado por algunas sentencias de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en México, que parecen ir encaminadas a restar fuerza a los tratados internacionales en la materia

Para él, ese tipo de sentencias “nacieron muertas”, “porque un Estado no puede poner a su  derecho interno por encima de lo pactado en la convención”. Sin embargo, esas resoluciones sí representan un riesgo de regresión.  Recordó que los derechos humanos anteceden incluso al derecho positivo, y por lo tanto ningún Estado tiene la potestad de reconocerlos, otorgarlos, o peor aún, ignorarlos.

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