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El intercambio en el ámbito internacional conlleva ventajas académicas, profesionales y personales para los investigadores, que inciden en la calidad de las instituciones de educación superior en las que trabajan. Esa es una de las conclusiones que arroja el libro Académicos globales. Efectos de la movilidad científica internacional.

El libro fue escrito por Daniela García González, quien estudió el posgrado en Gestión y Políticas de la Educación Superior, en el Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA), y Rosario Hernández Castañeda, académica del mismo plantel universitario.

El prólogo es de Jocelyne Gacel Ávila, directora de la División de Estudios de Estado y Sociedad, del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH) y coordinadora general del Observatorio Regional sobre Internacionalización y Redes en Educación Terciaria (Obiret), del  Instituto Internacional de la Unesco para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (UNESCO-IESALC), organismo que editó el libro.

Este es resultado de una investigación cuyo proceso —que incluye la planeación, el diseño de entrevista y procesamiento de los datos— duró dos años, de 2013 a 2015. En total fueron entrevistados 11 profesores de tiempo completo de la Universidad de Valencia y 13 del CUCEA, que habían tenido una estancia en el extranjero de seis meses a un año. Todos con nivel de doctorado, y cuyas edades oscilaban entre los 45 y 60 años. 

Los profesores del CUCEA hicieron estancias en seis países, entre éstos Alemania, Estados Unidos, Japón, España y Reino Unido. Los homólogos españoles hicieron estancias, principalmente, en distintos países de Europa, como Italia, Francia y Holanda.

Todos los profesores motivo de investigación tuvieron experiencias previas de movilidad, las que realizadas mientras cursaban sus estudios de posgrado, los hizo más propensos a solicitar estancias de investigación fuera de sus países de origen.

Señalaron que la movilidad científica es importante porque motiva y contribuye a mantener buenas relaciones entre naciones y la comunidad científica en general, además de apoyar diferentes perspectivas de análisis para entender y solucionar problemas globales, y crear puentes entre académicos de diferentes países e instituciones extranjeras que compartan los mismos intereses o líneas de investigación.

Rosario Hernández indicó que el número de profesores que tienen estancias de investigación en otras instituciones de educación superior es uno de los indicadores que los organismos evaluadores, tanto nacionales como internacionales, toman en cuenta para certificar a las instituciones de educación superior.

Los resultados
Entre los efectos académicos reportados como resultado de la investigación, se encontró que los profesores motivo de estudio pudieron establecer redes de colaboración con colegas de otras instituciones extranjeras o lograron tener otras perspectivas de sus líneas de investigación y sobre las materias que impartían en las instituciones en las que laboran, así como las publicaciones conjuntas.

En el ámbito profesional, las estancias de investigación otorgaron a los profesores un mayor reconocimiento o estatus institucional en su labor como docentes o investigadores, además de aumentar sus oportunidades de colaboración. También lograron una mayor motivación para el aprendizaje y fortalecimiento en sus conocimientos sobre lenguas extranjeras.

En el ámbito cultural los académicos estudiados reportaron ventajas, como la obtención de una perspectiva intercultural en sus áreas de investigación, es decir, se amplía su perspectiva al conocer cómo es tratado su tema de investigación en otros países y culturas, además de la adaptación a nuevas formas de convivencia y trabajo.

Los académicos externaron que obtuvieron mayor confianza y desarrollo, tanto personal como laboral, así como mayores niveles de autoexigencia en el ámbito personal.

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