Parte de la experiencia inmersiva también incluyó la colocación de nombres en un mural de destacados. Los homenajeados fueron personas importantes en el día a día del recinto; la intención era hacer un tributo a sus vidas. Sin distinciones, se colocaron directores, actores y trabajadores.
Anguiano mencionó el caso de Luis Rojas, pues su hija aportó a la experiencia un audio en el que habló de él laborando en el escenario. Ella, desde pequeña, había asistido a presenciar el trabajo de su papá y tiene una vida ligada al Teatro Experimental. En total, se homenajearon a diez personas especiales en la historia del escenario.
“Son personas que tuvieron que irse, pero que tenían que ver con el teatro no solo de este espacio, sino también en Guadalajara y en Jalisco”, apuntó Anguiano.
Los artistas involucrados usaron las instalaciones para mostrar, por medio de acciones diarias y objetos, la memoria del sitio. Cada uno de los “fragmentos” transportó a los espectadores a puntos y momentos, como un boleto a cada una de las funciones registradas en las seis décadas y media del Teatro Experimental.
Se destacó en el performance la presentación de afiches, fotografías, vestuarios, recortes de periódico y otros objetos, recuerdos de las representaciones teatrales que tuvieron lugar en el recinto.
Sobre esto, la directora y coordinadora del proyecto colectivo refirió que el material se consiguió a partir de una convocatoria; cada una de las piezas fue aportada por asistentes, actores y empleados.
Las próximas funciones de “La arquitectura del deseo” serán el miércoles 22 y 29 de octubre a las 19:00 horas, para un cupo no mayor a 30 personas.