Fotografía: Abraham Aréchiga

La guerra velada que se vive en México sólo podrá terminar cuando la sociedad pueda desmontar el mandato de la masculinidad que obliga a los hombres a buscar la violencia como forma de legitimación dentro del grupo masculino, afirmó la antropóloga feminista Rita Segato, en la conferencia que impartió esta mañana de martes en la Cineteca FICG.

“No son guerras entre sujetos conocidos, y no se puede hacer un pacto de fin de guerra, ésas se llaman las nuevas formas de la guerra. ¿Cómo paramos esta guerra? Solamente desmontando el mandato de masculinidad, porque es el que permite reclutar a un niño de 12 ó 14 años que quiere decirse macho y para eso, mate. Que le resulte interesante ser macho en lugar de preservar la vida”, declaró.

Segato ofreció la conferencia “Violencia de género: de lo moral a lo político”, organizada por el Instituto Transdiciplinar en Literacidad, del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD), el Programa Universitario de Fomento a la Lectura “Letras para Volar” y la Cátedra UNESCO de Género, Liderazgo y Equidad, de la Universidad de Guadalajara en el marco del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, que se conmemora el 25 de noviembre.

Fotografía: Abraham Aréchiga

La activista feminista señaló que los niveles de concentración de la riqueza y la velocidad en la que esto ha sucedido en el mundo han hecho más vulnerables a los hombres, fragilizando su propia humanidad.

“No solo hay un problema de acumulación-concentración de la riqueza, sino un problema severísimo de la velocidad de la concentración de la riqueza; entonces, cada vez menos hombres pueden titularse como hombres por una estrechez económica, lo que afecta a uno de los aspectos de la masculinidad”, relacionada con su capacidad de proveer, dijo.

Debido a ello, a muchos hombres les queda la violencia como último recurso para recuperar su potencia masculina en lo político, lo económico, lo físico, lo sexual y lo moral; y de esta manera poder titularse o reafirmarse como parte del grupo masculino.

Celebró que muchos hombres se van dando cuenta de la situación de vulnerabilidad y de amenaza al mundo que conlleva el mandato de la masculinidad, y están trabajando para hacerse cargo de ello.

“Es tan severo para el hombre que les implica unas pérdidas tan grandes, de vincularidad, de fragilidad, de emocionalidad, de amor, de empatía, de todo, que librarse de eso es realmente una ganancia”, señaló.

Una nueva cultura institucional

Fotografía: Abraham Aréchiga

Durante la inauguración de la conferencia, la Rectora General de la  UdeG, Karla Planter Pérez, reconoció que la violencia contra las mujeres permanece en la sociedad, y en ese sentido reafirmó su compromiso de generar una nueva cultura de sororidad institucional.

“Como Rectora General, mi compromiso es claro: debemos erradicar los viejos hábitos de la complicidad y el silencio. Esa cultura que nos enseñó a callar para no incomodar debe terminar. Estamos transitando hacia una nueva era de sororidad institucional. Donde había indiferencia, hoy ponemos protocolos y escucha activa. Donde había miedo, hoy construimos redes de apoyo”, declaró.

Recordó que el 25 de noviembre nació luego de que las tres hermanas Mirabal se enfrentaron a la dictadura de Rafael Trujillo en República Dominicana en 1960 y, posteriormente, fueron asesinadas.

Desafiaron a una tiranía y pagaron con su vida. Su vuelo no se detuvo ahí, ese vuelo inspira hoy una causa y una resistencia. Ellas nos recuerdan que la violencia puede ser feroz, sí, pero la dignidad y la unión de las mujeres pueden ser invencibles”, dijo.

Fabiola Raquel Loya Hernández, Secretaria de Igualdad Sustantiva entre Mujeres y Hombres del Gobierno de Jalisco, aseguró que ocupar puestos públicos obliga a las mujeres a estar doblemente comprometidas con las causas que defienden.

“Ser mujer y participar en lo público, sea en la política, en la academia o en el activismo social y cultural, en un mundo históricamente dominado por hombres, nos obliga hoy a ser doblemente responsables y comprometidas con las causas justas, porque no vamos solas., representamos a las mujeres que por siglos carecieron del reconocimiento de su voz, una mirada de respeto y el valor de sus capacidades”, subrayó.

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