Uno podría pensar en un jardín como un espacio de recreo, pero también en uno donde se puede reflexionar y contemplar, hasta el punto en que lo que ahí ocurre se transforme a algo inquietante.

Sobre eso gira la obra Jardín. Performance, danza y videoinstalación, que se presenta este 5 y 6 de mayo, en la Sala 4 del Conjunto Santander de Artes Escénicas. Los boletos se puede conseguir aquí.

Esta consiste en un escenario con fondo verde, donde actores realizan una performance que el público puede ver en vivo, pero a la par se muestra una pantalla donde se transmiten las propias actuaciones pero modificadas por la magia de la edición audiovisual.

«Lo que la gente ve en pantalla es distinto a lo que se ve en escena».

«Este es un performance con instalación audiovisual. Más que tener una narrativa como una obra de teatro, aquí se pretende generar una serie de imágenes y atmósferas, para que el público vaya identificando poco a poco lo que va pasando en escena», comenta la productora de la obra, Daniela López, quien asegura que se apela a la contemplación.

«Tiene una progresión que va revelando cierta cosa y eso hace que aunque el público haya iniciado con cierta idea, ésta se va transformando y quizá no era lo que se ha pensado en el inicio».

Comentó que Jardín nació tras una serie de ejercicios realizados por su directora, Natasha Barhedia, donde cuestiona la idea de que el ser humano se trate únicamente de materia; es decir, que no tenga ni la voluntad, ni lo que nos hace humanos.

La obra en ciertos momentos destaca porque un ser invisible en la pantalla ejerce fuerzas sobre una persona que luce inconsciente, pues con ello se invita a acercarse a la idea antes mencionada.

«Y empezamos a encontrar que cuando vemos al cuerpo como materia tiene connotaciones fuertes, porque qué pasa cuando le quitamos la vida al cuerpo y lo tratamos como si fuera cualquier otra materia«.

«La obra tiene una sensación tensa e idea perturbadora de cómo se desechan los cuerpos humanos, como si fuera cualquier cosa».

Daniela López recalcó que esto no tiene una alusión específica, pero, dijo, en un contexto como el de México, la gente seguramente lo asociaría con quitar la vida.

«No es una obra particularmente recreativa sino más contemplativa y reflexiva, incluso con las tensiones», añadió la directora.

Esta obra formó parte de la convocatoria de Expresiones Escénicas, del Conjunto Santander, con el que grupos pueden acceder a los foros de este recinto.

En esta presentación se combina la danza, la actuación, el arte sonoro, la música electrónica contemplativa y más. Está pensada para audiencias adolescentes y adultas.

Créditos de Jardín:

Dirección: Natasha Barhedia
Performance: Alejandro Mendicuti y Karen García
Diseño sonoro: Janine Jop
Concepto e investigación: Natasha Barhedia, Alejandro Mendicuti, Karen García y Janine Jop
Diseño de dispositivo y espacio: Jerry Salas
Cámara, procesamiento y performance: Roberto Cárdenas
Producción: Boreal Productora Artística
Diseño de set: Zeichen
Diseño de pantalla y construcción de escenografía: Gilberto Casas y Nano Cano

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