Mejorar las condiciones de vida de las reclusas es la finalidad del proyecto Educación para la paz: mejorar vida en reclusión de mujeres privadas de la libertad, elaborado por el cuerpo académico Docencia e Investigación de Violencias, Sistema de Justicia, Construcción de Paz y Desarrollo Humano del Centro Universitario del Sur (CUSur).

Lorena Martínez, integrante de dicho cuerpo académico, explicó que el proyecto consistió en visitar dichos espacios para conocer la convivencia de estas mujeres, puesto que en ocasiones por chismes o malos entendidos puede haber situaciones conflictivas.

“Visitamos el reclusorio en cinco sesiones para dar charlas sobre qué es el conflicto, los mecanismos alternativos de solución de conflictos, la cultura de sanación, el perdón; además de que, al estar privadas de la libertad, pues hay angustia, estrés, estar en prisión detona muchas cuestiones”, declaró.

Entre los resultados destaca que los principales problemas son entre compañeras, seguido de cuestiones de relación con la autoridad, porque al estar ahí tienen que asumir ese papel de cumplir órdenes y seguir un reglamento.

“Trabajamos con ellas con un diario, donde manifestaron sus vivencias, desde ‘hoy fue un día feliz porque me visitaron’ o ‘fue un día malo porque discutí con alguien’. Buscamos conocer cuál es su convivencia para así poder canalizar esa parte o dar herramientas para solución de conflictos, que en este caso pudiera ser la comunicación asertiva, evitar sanciones y lograr un entorno armónico”, precisó.

Compartió que las autoridades penitenciarias observaron cambios para bien luego de esta intervención, con una disminución de sanciones. Este proyecto, que inicialmente fue visualizado hacia las mujeres, en una segunda parte ya se empezó a trabajar en el área varonil.

“Con ellos ha sido diferente; el hombre es más difícil que te pueda demostrar qué piensa, siente, son más reservados en la información; hemos visto buenas respuestas y queremos hacer esa diferenciación de qué es lo que se vive por parte de los hombres”, expresó.

Se trabajó con un total de 79 mujeres divididas en dos bloques y 32 hombres del Centro Integral de Justicia Regional Sur Sureste; lo que se busca a futuro es lograr un modelo de educación para la paz que se pudiera implementar en todos los centros penitenciarios del estado.

“De la primera etapa con las mujeres se han publicado varios artículos para poder reflejar estos datos. Lo que se pretende a futuro es una publicación de un libro que rescate frases que nos compartieron las mujeres privadas de la libertad y hacer un modelo de educación para la paz en entornos penitenciarios de Jalisco. La idea es seguir con cursos o talleres que fortalezcan esta actividad”, precisó.

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