Una jornada de signos

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La difusión de la poesía visual ha tenido un resurgimiento en los últimos años gracias a que las nuevas generaciones de escritores y artistas visuales se han acercado a esa manifestación experimental. Identificar los signos en los que se relacionan la palabra y la imagen es huir de la realidad. Así sucede con la poesía visual y el hermetismo que marcan las nuevas tendencias y las nuevas líneas de investigación de las artes y la literatura, y en ambos casos la palabra es a la imagen, y viceversa, y, ya juntitos, el discurso de un nuevo amor nace.

Para descubrir estos tipos de amores, del 5 al 8 de marzo se llevará a cabo la Jornada de poesía visual: d’allá pa’cá, que contará con la visita de los poetas visuales Clemente Padín, J. M. Calleja y Carlos Pineda. Entre presentaciones de libros, charlas, talleres y acciones en la vía pública, la experiencia de estos poetas visuales estará presente con un programa diverso y único en su tipo durante cuatro días: dos antologías de recuerdos poéticos, Poesías completas (2013, Ediciones del Lirio) de Padín, Huellas (2013, Ediciones del Lirio, Dirección General de Publicaciones-CONACULTA) de Calleja; una charla “estilo libre” sobre el género híbrido; la presentación y entrega a donación de la colección Poesía visual mexicana: la palabra transfigurada (2013, Ediciones del Lirio, CONACULTA-INBA) que coordinó Pineda; dos talleres y un seminario; un diálogo interno; unos poemas externos y la experiencia de la poesía visual.

Para esto el ex Convento del Carmen, la Escuela de Artes, el Laboratorio de Arte Jorge Martínez y el Museo de Arte Raúl Anguiano han abierto sus puertas, con la finalidad de participar en esta visita tan peculiar, posible gracias a Ediciones del Lirio y al apoyo de la Secretaría de Cultura del Estado y a la Coordinación de Artes Visuales del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño de nuestra Casa de Estudio.

En proceso
A cita mía, la poesía visual es el referente que en la actualidad extiende el proceso de la relación palabra-imagen. La comprensión de la lectura de este tipo de discurso es tan abierto que el origen mismo queda lejos de la red semiótica que ha perecido en los colores de poca índole.

La composición que existe en el discurso del sistema de la poesía visual se encuentra en la interpolación de la palabra al encaminar la imagen al mero sentido de la cuestión visual. Por ello, la palabra misma se convierte en un transignificante, hecho que permite la revaloración del signo por la simbiosis que provoca su nacimiento, y sobre todo en el traslado al momento de emerger dentro del proceso de creación.

En este sentido es hoy por hoy un género que sigue en una constante trascendencia dentro de los formatos y de los medios posibles. La poesía visual, o cualquier término para este tipo de manifestación, es la representación del mayor dolor que ha acontecido al hombre, los tropos poéticos dentro de las piernas de la retícula.

Crear un poema visual es estar consciente de la literalidad visual, y no tan sólo de ello, sino de la contemplación de todos los sentidos en el mismo sitio, la relación palabra-imagen.

La veracidad de un poema visual se concentra en la apreciación del momento, en el proceso, en la acción, después se vuelve efímero y remoto. El espectador es la herramienta de la disipación que renace día a día dentro del verbovocovisual. Por lo tanto, creer en un poema visual es creer en una mentira, tan sideral, de armas poco comprendidas y que hoy, aquí, existe el desconocimiento de ella misma.

La poesía visual es el emergente directo de composición de la palabra en el espectro utópico de la imagen. El sentido se encuentra en la asimilación de los procesos que contempla una lectura de este tipo.

El espectador se vuelve tan sólo en el traductor cuando realmente es el ejecutante del poema. Por lo tanto, la consideración de la poesía visual dentro de la comunidad del arte en estos tiempos se vuelve inhóspita y desatendida.  Las letras como imágenes son el doble discurso de la penetración que sufren las paredes.

El muro es hoy un telar para crear la sustancia de lo ajeno, trátese de cualquier soporte o desventaja del otro.

El poema visual está ahí, ahora.

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