El 17 de mayo de 1990, la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó la homosexualidad de su lista de trastornos mentales, y reconoció que la orientación sexual no es algo elegido y tampoco debe intentarse modificarla.
Por ello la Organización de las Naciones Unidas (ONU) propuso ese día para luchar contra la homofobia.
Este año más de 30 países festejaron por primera vez el Día internacional contra la homofobia, iniciativa impulsada por grupos políticos socialistas de Europa, en una búsqueda por reivindicar los derechos de homosexuales, bisexuales, transexuales, travestis y lesbianas.
La discriminación hacia personas cuya preferencia sexual se inclina por el propio género continúa siendo denunciada en todo el mundo.
México llegó a este día con el segundo lugar en América (el primero lo ocupa Brasil y el tercero, Estados Unidos) en asesinatos por homofobia, según un informe de la Comisión ciudadana contra crímenes de odio.
De 1995 a 2003 se han contabilizado un total de 290 asesinatos de personas homosexuales por el mero hecho de serlo (275 hombres y 15 mujeres).
Las entidades con mayor incidencia de casos son: Distrito Federal (126), Estado de México (62), Veracruz (37) y Michoacán (15). Con frecuencia el rango de edad de las personas asesinadas oscila entre los 21 y 30 años, con un acumulado de 61 casos.
Las autoridades mexicanas hacen hincapié en el avance legislativo en la materia. En 2001 una reforma constitucional permitió incluir en el artículo primero la prohibición de que cualquier ciudadano sea discriminado por su preferencia sexual.
Dicha política recibió una continuación dos años más tarde con la Ley federal para prevenir y eliminar la discriminación, en la cual había una referencia explícita a la discriminación por preferencia sexual.
A pesar de ello, la Comisión ciudadana contra crímenes de odio denuncia que los crímenes por homofobia no son “una modalidad tipificada en las leyes penales mexicanas y tampoco se considera un agravante, como en otros países”.
Aún así, existen lugares como Líbano, Argelia, Senegal, Puerto Rico o Nicaragua, en donde la homosexualidad es perseguida por la ley; otros en los que equivale a una condena a prisión, como Nigeria, Cuba o la India; un puñado más en los que el castigo es la cadena perpetua, y en los menos, Arabia Saudita, Irán y Afganistán, se recibe la pena de muerte.
Amnistía Internacional lamentó que las preferencias sexuales de gays y lesbianas sigan considerándose en algunos países como un acto pecaminoso o quienes la practican sean calificados de enfermos o desviados.
El organismo confió en que la celebración del Día contra la homofobia sea “el andamiaje que permite la generación de una conciencia mayor, donde el derecho a decidir y a expresar la orientación sexual y la identidad de género cobre vigencia, y pueda hacerse en condiciones de igualdad, libres de temor a represalias y sin actos o leyes discriminatorias”.