Promesas y alas rotas

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Mil veces aseguraron que México alcanzaría el cielo, que se codearía con las naciones más desarrolladas. Muchos lo hicieron: políticos, algunos revolucionarios, pensadores liberales y neoliberales, pero las promesas se convirtieron en palabras y esperanzas rotas. Así puede resumirse parte de la historia de México. La idea la retoma César de Arco Miranda en su documental Nos ofrecieron el cielo, poesía en prosa, ilustrada con imágenes de Talpalpa.
El punto de partida para César de Arco, estudiante de la licenciatura de Sociología en el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), fue la conmemoración de los 200 años del inicio de la guerra de Independencia. “Quise tratar el abandono de quienes crearon esta sociedad y finalmente no se responsabilizaron de ella”.
Un cielo cuajado de nubes, zanjas, callejones, corrientes de agua, campanas, altares, aves de corral… todo lo que captó con su cámara Sony durante un paseo, fue la fuente de inspiración para César de Arco. La experiencia resultó mágica. Las imágenes fueron la pauta para lo que iba a expresar con palabras. Una casa en ruinas le sirvió para empezar a dar forma a sus ideas. En la parte más alta de uno de los muros había un nopal. “Eso me llamó mucho la atención, porque arriba se veían las nubes imponentes. Eso para mí fue como una metáfora de la libertad. De alguien que puede ser el pueblo de México, que intenta alcanzar el cielo”.
Nos ofrecieron el cielo ganó el primer lugar, el año pasado, en el Festival Tapalpa Explota, en la categoría de video documental. El trabajo compitió contra 14 participantes. Además de diploma y trofeo, obtuvo una cámara semiprofesional Sony HD. La ceremonia de premiación tuvo lugar en el marco del Festival del Cine en Guadalajara. En octubre el documental participará en el Festival Lakino de Alemania, dedicado a las producciones que reflejen la realidad social de Latinoamérica.

La Independencia nacional
“Las puertas se abrieron y quedamos solos frente a esa libertad inmensa. Poco acostumbrados a convivir con ella, sólo pudimos contemplarla desde aquí, abajo. En algunos momentos movidos como hojas por la inercia del viento creíamos poder acercarnos más a ella, pero era sólo la ansiedad, la sed de nuestros corazones. En realidad, como hojas que éramos, nunca fuimos capaces de abandonar el tronco al que estuvimos clavados por tanto tiempo y nos convertimos en hojas secas, a las que no alimentan ya ni sus raíces…”.
En su poema respaldado con imágenes, César de Arco pinta la situación que vivió México al independizarse de España. “Contaba con minas, tierras, recursos marítimos, puertos…, pero lo que no tenía eran ideas propias que pudieran ayudar a lograr una verdadera libertad. Desde que nació México seguimos modelos que no estaban diseñados para él”.
Para César de Arco, el país es víctima de un sometimiento ideológico, político, cultural y económico. El creador hace una crítica al modelo capitalista que México y otros pueblos de Latinoamérica han tratado de adoptar. Enfatiza: “Las políticas económicas y públicas están hechas por gente que ni siquiera nos voltea a ver. Nosotros, los asalariados, seguimos igual”.

Premiado en Tapalpa
César de Arco no quiso hacer un documental que tratara la realidad del país a la manera que lo haría un sociólogo. “Para realizarlo es necesario elaborar un protocolo. Hay que contar con los recursos humanos, económicos y técnicos necesarios. Por lo menos hubiera necesitado 10 personas que me ayudaran en la producción, más cámaras y más días de filmación. Contaba con una cámara Sony mini DV y como equipo humano sólo era yo”.
La periodista Mariana González y la diseñadora gráfica Ana Gabriela León Carbajal participaron en la posproducción. La primera como narradora y la segunda en el trabajo de edición. En total, César de Arco invirtió cuatro días para realizar el documental, el cual costó alrededor de dos mil pesos.

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