La película es la mirada personal de Nadine Labaki (directora, guionista y actriz), quien muestra la otra cara de Líbano, aquella que abandona el rigorismo de una tradición multicultural para abrirse a nuevas generaciones que se asemejan a las de cualquier otro lugar. Tras ese atisbo, emerge una mujer que desea ser querida, con independencia de su cultura. El enfoque social se desvanece para dar paso a un lenguaje intimista. La historia se convierte en una galería de situaciones de lo más variadas dentro del microcosmos de un salón de belleza en Beirut.