Cuidar es un acto profundo de amor. Es gentileza, empatía y compasión, pero también puede convertirse en un agotamiento callado, un desgaste que se acumula en silencio y una soledad que, a veces, duele más que el esfuerzo mismo.

Conscientes de esta necesidad, y con el objetivo de reconocer, fortalecer y cuidar a quienes no son cuidados, la Especialidad de Enfermería en Salud Pública de la Universidad de Guadalajara y la Dirección de Cuidados Sociales llevaron a cabo diversos talleres en el marco del programa “Nos toca cuidar”, con la intención de brindar herramientas, conocimiento, espacios seguros para poder aprender y expresar.

En esta iniciativa, en la cual participaron 50 personas y estudiantes de la Especialidad de Enfermería en Salud Pública de la Universidad de Guadalajara, se llevaron a cabo tres jornadas de aprendizaje, escucha y conexión genuina.

Los talleres impartidos fueron “La salud de la persona cuidadora y la prevención de enfermedades crónicas”; “Principios de ergonomía y mecánica corporal en el cuidado”, “Movilización y transferencias seguras”, “Movilización asistida” y “Un viaje al descanso — cuidar el cuerpo para cuidar la mente”.

Estos fueron más que simples talleres: son un acto de justicia emocional y social.

Desde la Especialidad en Enfermería en Salud Pública y la Dirección de Cuidados Sociales comprendemos que la salud no se construye únicamente en los hospitales, sino también en los hogares. Es ahí donde surge la urgencia de visibilizar y dar mayor relevancia a las necesidades de las personas cuidadoras primarias en nuestra sociedad, quienes llevan sobre sus hombros el peso del cuidado y el bienestar de quienes aman.

Reconocer su labor es también cuidar la salud comunitaria.

TEXTO: Erika Melanitl Velázquez Moreno, Especialidad en Enfermería, CUCS.

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