El fin de las elecciones intermedias en México ha llegado. Los resultados de las casillas continúan agolpándose en las computadoras de los institutos electorales; mientras, los mexicanos continúan sumergidos en su realidad y con un futuro incierto.
Pero y ¿después de las elecciones qué? ¿Cómo sobrellevar la resaca de un proceso electoral desolado para algunos, o con gran participación ciudadana para otros? ¿Cuál es el futuro de la democracia después de este 5 de julio? Una democracia que está potencialmente en peligro, como señala Giovanni Sartori. Una democracia maltratada por todos.
Estas elecciones nos dan la pauta para saber qué tipo de democracia queremos, después de una lucha de partidos que se empeñan por evitar que haya una sociedad más justa.
Desencanto, frustración, pan con lo mismo… es necesario revisar el sistema de representación y la necesidad de una nueva clase política, son algunos de los puntos de vista y calificativos de intelectuales, economistas, politólogos, periodistas, amas de casa y jóvenes después de este proceso electoral.
Aquí sus testimonios.
Elena Poniatowska
Escritora, periodista y activista política
Estoy desolada, triste y deprimida. Creo que muchos mexicanos estamos en la misma situación, nos sentimos muy mal, y por lo menos ya no veremos toda la propaganda y todo el plástico en el que se gastaron millones. Ningún candidato nos convenció. Ha sido muy triste esta campaña y vamos de desencanto en desencanto. Yo estoy por no votar, pero también creo que es grave no votar. Hay que condenar a la política y el mal gobierno, hay que condenar a los partidos que no están a la altura. De lo que se trata es de votar lo mejor posible.
Hay un dicho que dice: ¿Por quién vota el que no vota? Yo creo que se hacen daños los dos bandos. El sistema está corrupto. La izquierda está completamente dividida, los partidos son un horror. En lo único que creo es en la sociedad civil, pero a la pobre población no le han dado mucho de dónde escoger.
María Rodríguez
Ama de casa
Esperemos que se respete al que gane y que cumplan lo que prometen para que trabajen bien y todo siga como está. Lo de seguir en democracia está en los presidentes y todos los que van a trabajar. Las campañas están bien por una parte, cuando dicen que van a cumplir lo que prometen, pero solamente ellos saben, ¿verdad?
Everardo Casillas
Estudiante de la  Escuela Vocacional
A muchos de los jóvenes nos está valiendo ahora por tanta propaganda que hay. Pasadas las elecciones se va a dejar un poco el amarillismo que ha habido en torno a los partidos, pero la democracia va a seguir igual con los mismos robos, y con los mismos que dicen y no cumplen.
Alejandro Almazán
Periodista
Hoy lunes, me despierto diciendo que todo sigue igual, que es una lástima que mucha gente se haya abstenido, que hayan propuesto lo del voto en blanco, y que los personajes de esta campaña hayan sido “Juanito” y el “candidato Fidel”. Eso habla de que no había propuestas. Los políticos nos están dando lo mismo, y no tenemos grandes esperanzas para las próximas elecciones.
Sobre si estas elecciones contribuyen o no a la democracia… Finalmente sabemos que ésta es incipiente. La estamos maltratando porque los políticos creen que ya somos un país netamente democrático, y no lo es. Cuando no se respetan los derechos de los jóvenes, cuando hay un presidente que dice que los jóvenes son ateos… hay una gran distancia entre el gobierno y los ciudadanos. No hay una democracia consolidada y no podemos hablar de que hoy lunes vamos a dar otro paso a la democracia.
Si esta clase política continúa, no vamos a llegar lejos. Se necesita una nueva clase política realmente de jóvenes, de ciudadanos que no tengan nada que ver con la política en este momento, que sean honestos. No tenemos una clase política honesta, y ese es nuestro problema.
Vidal Romero
Doctor en Ciencias Políticas, Universidad de Stanford, egresado de la Universidad de GuadalajaraÂ
Estas elecciones servirán para darnos una mejor idea de qué tipo de democracia queremos. No está en riesgo, pero sí tenemos que decidir qué tipo de democracia queremos, especialmente en la parte electoral.
La abstención de voto no es un asunto de moral o de ética. No se trata de que si no votamos vayamos a arder en el infierno. La maquinita que es el poder legislativo, tiene muchos filtros que no satisfacen a la sociedad. Hay que cambiar el sistema de representación.
Mientras, los representantes respondan a los partidos las cosas todo seguirá igual. Es necesario una menor regulación, dejar las elecciones más al mercado y menos a un sensor como han convertido al IFE.
Carlos Monsiváis
Escritor y periodista
Después de estas elecciones siento un desánimo que se profundiza en medio de promesas de enmienda. Con la seguridad de que la dirección del PRI, PAN y PRD luchan empeñosamente por evitar que haya una sociedad más justa. La tristeza de ver cómo todo el empeño por la democracia y los sacrificios consiguientes una vez más terminan en estallidos de la demagogia y en promesas de la intolerancia esta vez vertidas con fuerza desde la presidencia de la República. El asombro de ver que digamos que en lo formal —y lo entrecomillo— han llegado al poder personajes como Emilio González Márquez, Eduardo Bours, Mario Marín, Ulises Ruiz, y que los sucesores no prometen mucho.
Fernando del Paso
Escritor y pintor
“¿Qué sucederá después del 5 de julio?” Es la pregunta de los 64 mil dólares. Es una democracia tan aporreada. Creo que entre el ausentismo y la anulación del voto, no hay ninguna diferencia, ya que las encuestas nos dan el total de los votos anulados; pero no cuáles de esos votos fueron anulados, por qué se invalidaron o cuáles fueron invalidados voluntariamente por los electores.
Ningún partido me convence, no creo ya en ningún político.
Me uno a aquellos que se lamentan del inmenso gasto que se ha destinado a las campañas, que sale del gobierno federal y de cada estado, que al final de cuentas pagan los contribuyentes. Me parece un desperdicio enorme que se dedica a las disputas personales, a las acusaciones, a las difamaciones… y a veces a las verdades dolorosas.
José Barragán Barragán
Ex director del Instituto de Investigaciones Jurídicas, de la UdeG y doctor en derecho por la UNAM
Ahora en México tenemos una partidocracia. Se ha perdido la democracia formal, que data de 1812, con las nuevas reformas electorales al no admitir las candidaturas independientes. Esto se traduce en autoritarismo, al clausurarle al mexicano la posibilidad de votar y ser votado, de manera libre y no partidario, proceso que cierra la formalidad de la democracia.
Hoy sólo se puede llegar a los cargos populares a través de los partidos políticos, convirtiendo al sistema político en un círculo cerrado que automáticamente se vicia.
Esto revela lo que tenemos en la vida real, unos partidos alejados de la sociedad que sólo se preocupan de dictar normas a su favor, leyes pactadas que no resuelven ninguno de nuestros grandes problemas de inseguridad o económicos. Los partidos políticos no están legislando bien porque no les interesa.
Eric Magar Meurs
Director de la licenciatura en Ciencias Políticas por el Instituto Tecnológico Autónomo de México
Una de las incógnitas de esta elección es la tasa de participación por el cambio que hubo en la legislación electoral al imposibilitar las campañas negras, volviéndolas tan rígidas que no lograron interesar al ciudadano como en el pasado.
En la última elección intermedia, la tasa fue de 40 por ciento de abstención, y una tasa de abstención elevada habla de que no está bien nuestra democracia. En términos de participación, este será un factor que va a definir lo que va pasar después de estas elecciones.
El llamado a anular el voto, da una señal que el sistema de partidos no está logrando entusiasmar y mantener a los ciudadanos como uno esperaría que ocurriera en una democracia.
En la medida en que haya una caída estrepitosa en la participación electoral, lo más probable es que veamos en octubre cuando arranque el próximo Congreso, un nuevo debate para quitarle un poco de rigidez a la ley y permitir hacer campañas electorales más atractivas.
