Turismo una tarjeta postal decadente

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La rebelión de los diputados que no acataron la desaparición de la Secretaría de Turismo, como lo había dispuesto el presidente Felipe Calderón, no es más que una demora al fracaso en el manejo de ese ramo. Un potencial trunco que los gobiernos mexicanos no han sido capaces de explotar y que está lejos de convertirse en un sustituto de las remesas y el petróleo, dos ingresos vitales para el país y que están a la baja.
A finales de 2009, el Senado analizó una denuncia que aseguraba que las ganancias de la piratería alcanzaron 74 mil millones de dólares y que superaron en ingresos, durante ese año, la venta de petróleo, de 28 mil millones de dólares y las remesas, con 22 mil millones de dólares. Rezagado quedó el ramo turismo, con 13 mil millones de dólares.
En los ochenta, cuando el país empezó a depender demasiado de la industria de la explotación del petróleo como materia prima y no como transformación del mismo, aceptamos que saliera el hidrocarburo hacia el extranjero, en una época en la que haber establecido un entramado de producción de derivados alternos que ahora importamos, hubiera representado más ganancias. “Algo así nos pasa con el turismo, pues hemos preferido que en pleno corazón de una playa, de un pueblo o en un conjunto de atractivos naturales, se establezca una trasnacional turística o varias y se lleven las ganancias derivadas de los visitantes extranjeros que pagan en moneda extranjera desde sus países y no dejan ninguna derrama económica local”, asegura el doctor Martín Romero Morett, investigador del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA).
Esa es la industria turística que hemos permitido desarrollar, un ramo fuerte, pero que se lleva todas las ganancias al exterior de una forma impune. “Un tipo de turismo cuyas ganancias no están aquí. El turismo con la denominación todo incluido se queda efectivamente con todo para la cadena hotelera y no queda nada en la comunidad. No hay un efecto de derrama de capital para la zona”.
La permisividad hacia este tipo de trasnacionales es demasiada. Ya ni en la nómina es posible ver alguna compartición económica, pues, según el investigador, las cadenas de procedencia española, que son muchas. El Fondo Nacional de Turismo de México (Fonatur), informó hace dos años que el total de la inversión privada del sector en México, fue de 3 mil 117 millones de dólares, de los cuales 26 por ciento provino de países extranjeros. A su vez, casi un 40 por ciento de esta última cifra corresponde a inversión procedente de España, el segundo inversionista más importante después de Estados Unidos. ¡Los españoles se traen hasta a las camareras de su país!
Una vez que un complejo de desarrollo turístico se establece en una zona, con la consiguiente derrama a cargo de la construcción, las comunidades locales quedan al margen. Por si fuera poco, ni siquiera pueden vender productos artesanales o comida, porque no los dejan ingresar a las playas exclusivas. Los visitantes extranjeros suelen “encapsularse”, es decir, llegan al aeropuerto, se suben a un transporte del propio hotel y se quedan los días correspondientes a su estancia en el área del mismo, sin visitar el entorno.
El académico universitario recuerda que la práctica del “todo incluido” y otras estrategias similares, están prohibidas en Europa. “La explotación del turismo como se ha permitido en México, no es otra que la aplicación de criterios que se repiten en otras industrias y dejan que los dividendos se los lleven los monopolios extranjeros, favoreciendo la fábrica de pobres en que se convirtió México”, señala el especialista universitario.
El enfoque de la industria turística mexicana es tecnocrático, mientras que en el continente europeo, varios países reportan entre sus ingresos más determinantes al turismo, entre éstos Gran Bretaña, Francia y España.
Las regulaciones internas favorecen a los prestadores de servicios locales y a su entorno, a lo que se agrega una vigorosa protección al consumidor.
Mucho se ha comentado acerca de la explotación del llamado turismo regional, alterno o ecológico. Sin embargo, en opinión de este investigador, “el visitante debe sentirse confiado, seguro, pero deben garantizar que los beneficios derivados de este tipo de turismo impacten a la comunidad, con base en el diseño de un plan de promoción muy intenso”.

Llueve sobre mojado
Para colmo de males, según el dicho popular, 2009 no fue un buen año para el turismo nacional y local. Hubo disminución en la afluencia de visitantes extranjeros. La crisis económica mundial y la epidemia de influenza, que fue focalizada en México, no ayudaron a mantener las cifras en ascenso de otros años.
La Secretaría de Turismo del estado de Jalisco reportó que 3 millones 818 mil 732 extranjeros visitaron Jalisco durante 2008, mientras que en 2009, la cantidad fue de 3 millones 296 mil 965. El descenso es de al menos el 14 por ciento.
En el ramo del turismo nacional, Jalisco recibió la cifra de 18 millones 420 mil 789 visitantes durante 2008 y para el año pasado la disminución fue casi del seis por ciento.
El resultado de ese decrecimiento en afluencia en términos económicos globales llegó al 3.32 por ciento, lo que equivale a 27 mil 634 millones 429 mil 544 pesos en 2009, en contra de los 28 mil 584 millones 697 mil 817 pesos obtenidos en 2008, de acuerdo con los registros de la Secretaría de Turismo.
De los connacionales, Jalisco recibió en 2008, alrededor de mil 961 millones 600 mil dólares y en 2009 estos ingresos descendieron a mil 854 millones 600 mil dólares. La caída oscila alrededor del cinco por ciento. Todos los pronósticos coinciden en que las disminuciones seguirán por efecto de la recesión en Estados Unidos y la crisis económica global, de acuerdo a información del Banco de México.
En síntesis, las remesas y el turismo tienen cifras parecidas, pero habrá que precisar que en Jalisco, principalmente en Puerto Vallarta y otros destinos de playa y la zona metropolitana de Guadalajara, tal y como lo apunta Romero Morett, las ganancias no se depositan en el estado, sino que las aprovechan las cadenas extranjeras que operan en esos lugares.

Cifras nacionales
Los ingresos por turismo en México ascendieron a 13 mil 289 millones de dólares durante 2008, cifra superior en un 3.4 por ciento respecto al año anterior, de acuerdo con la Secretaría de Turismo.
En doce meses México recibió 22.6 millones de viajeros internacionales, 5.9 por ciento superior a los visitantes registrados en 2007. Los turistas internacionales efectuaron un gasto promedio de 760 dólares por persona, lo que representa un aumento del 1.4 por ciento.
El turismo internacional se divide entre los visitantes de las franjas fronterizas, que sumaron 9.3 millones, y los que ingresan al interior del país, que ascendieron a 13.3 millones de personas.
Entretanto, los hoteles en México registraron en 2008 una afluencia de 62 millones de turistas residentes en el país y eso significa un crecimiento del 1.4 por ciento.

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