Todos en línea

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El futuro de la educación no se encuentra en las aulas, pero tampoco en la virtualidad, sino en la diversidad de opciones, es decir, en la vinculación de los dos modelos educativos: el presencial y el aprendizaje en línea.
Combinar todas las modalidades educativas diversificará y aumentará las posibilidades de que un joven que busca estudiar la prepa, un profesional que tenga como meta continuar con su preparación a través de un posgrado, o incluso que una ama de casa o adulto sigan estudiando.
El fin es que cada persona de acuerdo a sus condiciones de vida, a sus proyectos y características personales para el estudio, siempre tenga una opción: estudiar en un salón de clases o por conducto de una computadora.
“Tan absurdo es creer que todo el mundo debe aprender solamente en línea, como absurdo es que haya gente que piense que todos debemos aprender en un salón de clases”, afirmó el maestro Manuel Moreno Castañeda, rector del Sistema de Universidad Virtual (SUV), de la Universidad de Guadalajara, quien asevera que la educación virtual, al mismo tiempo que aumenta la calidad, diversifica y aumenta la cobertura sin incrementar los costos.
El futuro de la vida académica de la Universidad está en la diversidad de opciones. Esa debe ser la apuesta. Debemos olvidarnos de modelos homogéneos, con los mismos horarios, calendarios y contenidos. Somos muy distintos como para que a todos nos encajonen y eso también limita nuestras oportunidades”.
Para el especialista, el sistema universitario tradicional está limitado por la falta de espacios físicos y por los tiempos de enseñanza tan rígidos, tanto en calendarios como los modos docentes. “En general la organización y la administración necesita ser más flexible”.
También dijo que este sistema presencial tiene muchas fortalezas. “Toda una tradición académica, el conocimiento que se ha generado en los cuerpos académicos, el personal docente, sus laboratorios y bibliotecas”.
En el SUV no existen las limitantes de espacios. El principal potencial es la capacidad del uso en las tecnologías de la información. Pero los estudiantes en línea requieren efectuar prácticas y no cuentan con espacios para ello. “Tenemos más libertad, pero también falta de recursos. Por eso la idea es combinarnos”.
En el calendario 2011 B, en el SUV estudian personas de 14 países y una cantidad considerable de migrantes mexicanos que están en Costa Rica, Perú o Francia.

Programas avalados en UDG Virtual
Las licenciaturas en Administración de las organizaciones, Bibliotecología, Educación, Gestión cultural y Tecnologías e información, del SUV, están clasificadas en nivel 1 por los Comités Interinstitucionales para la Evaluación de la Educación Superior (CIEES). Con ello, el cien por ciento de los programas académicos evaluables de UDG Virtual (que cuentan con egresados) tienen el nivel máximo que otorgan.
Con estos resultados se demuestra que la calidad de los programas educativos no depende de la modalidad, sino de varios factores que pueden o no existir en la presencialidad, la virtualidad o en las modalidades mixtas.
Un reto pendiente para el SUV es gestionar ante el Consejo para la Acreditación de la Educación Superior (Copaes), la acreditación de programas educativos a distancia. Además están trabajando con otras instituciones educativas nacionales, en el pilotaje de un instrumento de evaluación diseñado específicamente para la modalidad virtual.

Otras experiencias universitarias
Algunas universidades, como la UdeG, a través del SUV tienen programas cien por ciento en línea, mientras que otras instituciones, como la Universidad Nacional Autónoma de México, manejan oferta educativa apoyada en algunos contenidos físicos o videoconferencias.
“Todas han tenido limitantes, pero tienen esta preocupación de contrarrestar estas inequidades en el acceso a las tecnologías”, dijo Moreno Castañeda. Actualmente 40 universidades públicas de México que manejan programas de educación a distancia han conformado un programa en red con el fin de avanzar en este campo.
“Soy optimista con el futuro de la educación virtual porque ha avanzado mucho, pero desgraciadamente desde el punto de vista tecnológico depende de las políticas de telecomunicaciones en México. Por lo tanto, un sistema totalmente virtual está limitado por la pobreza de nuestro país, cuando sólo entre el 22 y el 25 por ciento de las personas tienen acceso a internet”.
La Secretaría de Educación Pública cuenta con el Programa de Educación Superior Abierta y a Distancia (ESAD), el cual busca ser una opción educativa mediante el uso de las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC). Las carreras con mayor demanda y las tendencias del mercado laboral han dictado la oferta del ESAD.
El Programa Sectorial de Educación 2007-2012, señala como objetivo “impulsar la educación abierta y a distancia con criterios y estándares de calidad e innovación permanentes, con especial énfasis en la atención de regiones y grupos que carecen de acceso a servicios escolarizados”.
En América Latina, Brasil es el país más desarrollado en cuanto a educación virtual. Esta nación, además de contar con una secretaría de educación a distancia, tiene una ley nacional en este tema.
En el sector público brasileño, la educación a distancia tiene una experiencia de 15 años. De acuerdo a información del ministro de Educación, la cantidad de matrículas ofrecidas aumentó de mil 682 en el 2000 a más de 814 mil en 2010.
De acuerdo a un balance presentado en este año, el sistema invirtió cerca de 226 millones de dólares en la Universidad Abierta de Brasil para la oferta de cursos de licenciatura y especialización, y para un año después la inversión sería de 481 millones. De esta manera, en dicho país esta modalidad de enseñanza ha ofrecido oportunidades a las personas que viven en el interior y no tienen acceso a la educación superior formal.
Monserrat Lozano tiene 25 años. Además de ser maestra a nivel preescolar, estudió la licenciatura en Educación en las dos modalidades de manera simultánea: en línea y en la Escuela Normal Superior de Jalisco. Decidió cursar ambas licenciaturas para complementar una a la otra. “Quiero tener más preparación. Siento que estar en un salón me limita mucho y comencé de manera simultánea con las dos carreras. Los horarios se me acomodaron, aunque tienes que ser muy disciplinada para poder con las dos carreras”. Para Monserrat, la convivencia con sus compañeras de la escuela es fundamental, ventaja que le ofrece el sistema presencial. Agrega: “Se me hace que aprendo más en la virtual”.
Es asesor del SUV, pero antes estudió la licenciatura en Educación, también en línea. Alfonso Manzo, uno de los maestros de los programas en línea de la UdeG, señala que uno de los retos de estudiar en línea es romper el paradigma de la virtualidad. “Cuando no estás familiarizado con el manejo de metacampus y plataformas, te cuesta trabajo, aunque es un sistema que permite mucha autogestividad. Debes tener responsabilidad, organizar tus tiempos, por lo que conlleva una responsabilidad mayor que si estuvieras en una universidad. Tú eres el que administras y defines tu tiempo”. Alfonso agregó que aún es poco promovido el estudio en línea. “Es una alternativa que apuesta a formar profesionistas y alumnos más independientes”.
Adriana García, como directora de una universidad privada, tiene el compromiso de prepararse de manera continua, por lo que todos los días invierte entre cinco y seis horas de estudio en la licenciatura en Educación, del Sistema de Universidad Virtual. “No había tenido la oportunidad de estudiar. Esta apertura que da la UdeG de dar a la comunidad educativa este espacio y esta opción para estudiar, para mí ha sido muy importante”. A sus 40 años, ama de casa con dos hijos y con un trabajo que le requiere tiempo completo, la opción de estudiar en línea fue la más conveniente. “Un reto de este sistema es la comunicación. Es muy difícil hacerte entender de manera escrita y dar la idea que tú tienes a tu asesor o compañeros de equipo. Es un hueco importante que sí afecta o interfiere en el desarrollo de tus actividades. Además, no es inmediata la respuesta que recibes y eso repercute en los resultados. Es un sistema frío que requiere meterle un poco de sensibilidad y hacerlo un poco más cálido y humano”. Sin embargo, las ventajas son mayores, ya que considera que estudiar en línea proporciona grandes beneficios a la sociedad. “Enfocándonos a estos sistemas virtuales contribuiríamos a la cuestión de movilidad del tiempo. Por la dinámica de vida que tenemos, creo que es una opción más económica para el Estado y para uno mismo, y a la vez contribuyes al desarrollo”.
Sólo el 22 por ciento de los estudiantes del Sistema de Universidad Virtual de la UDG tienen edad universitaria, aproximadamente 22 años, pero Raquel Guerrero, de 53, sabe que nunca es tarde para seguir aprendiendo. Raquel acaba de terminar el séptimo semestre de la licenciatura en Gestión cultural, la cual enriquecerá su trabajo relacionado con la edición de obra gráfica y la difusión de la cultura. “Decidí estudiar en línea por la edad, porque ya pasé la etapa de ir a la universidad y me parece a destiempo estar sentada en un salón de clases. Además, la licenciatura en línea se acomodaba a mi forma de vida, porque en lugar de esperar a mis hijos sin hacer nada, mejor me puse a estudiar”. Raquel, quien estudia desde su casa de 4 a 8 de la noche todos los días, indicó que “para esto se necesita mucha dedicación, compromiso con uno mismo y disciplina. La desventaja es que no tienes el maestro a la mano para preguntar dudas. Es una actividad en solitario y creo que se necesita cierto carácter para sentarse horas en la computadora conviviendo sólo eventualmente con tus compañeros”.
La maestría en Gestión de servicios públicos en ambientes virtuales forma parte de la oferta educativa del SUV. Rubén Yáñez, de 37 años, estudiante de este posgrado y asesor de materias relacionadas con las telecomunicaciones y redes, opinó que en un futuro la educación virtual tomará mayores dimensiones. “Si queremos aumentar la cobertura educativa, la educación en línea es una de las pocas o única alternativa para lograrlo. Si no es totalmente en línea, varias universidades están optando por la alternativa de combinar las dos modalidades. Ocupas las aulas menos tiempo si sólo llevas ahí prácticas a escala presencial y la teoría en línea”.

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