Por los pasillos de la fiesta del español en LA

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NAHJ-LA presenta "Cuba, la nueva era" una mesa de diálogo con Antonio Mejías-Rentas, Raúl Fernández, Mieguel Tinker-Salas y Roberto Álvarez-Quiñones, en el marco de la cuarta edición de LéaLA, en el Convention Center de Los Ángeles. Los Ángeles, Estados Unidos. Mayo 15, 2015. Foto © LéaLA / Michel Amado.

En el módulo de la librería Porrúa, una de las 312 editoriales que participan en la cuarta edición de la Feria del Libro en Español de Los Ángeles (LéaLA), los cuentos para niños y temas de política son los géneros más solicitados, afirma Gerardo Velázquez, vendedor del lugar, mientras organiza la mesa donde colocará el catálogo de literatura infantil. Es viernes 15 de mayo y afuera del Centro de Convenciones de Los Ángeles se encuentran listos para entrar por lo menos 300 niños.

La celebración del español, de la lectura y de la cultura hispana llegó en 2011 a Los Ángeles —ciudad con más de 11 millones y medio de hispanohablantes— para promover el idioma a través de la lectura, abrir un camino al mercado del libro en español en Estados Unidos y aportar a la educación y la cultura de la comunidad latina de California de todas las edades.

Escritores mexicanos celebraron que LéaLA se haya enriquecido con la incorporación de bibliotecarios, como Alberto Ruy Sánchez, autor de más de 20 libros de ensayo, poesía, cuento y novela, además de editor, quien dijo: “Lo que está haciendo la Universidad de Guadalajara con Léala es introducir una presencia del español diferente para que la gente ya no se piense como minoría. Ellos lo ven como reivindicación, pero es simplemente ser diferente y tener riqueza cultural”.

En un encuentro de poetas, el escritor y activista mexicano Javier Sicilia, se refirió a la feria como un encuentro entre la población latina y sus raíces, ya que “finalmente lo que hace la vida de un pueblo es principalmente su lenguaje y su cultura. Sin menospreciar el inglés, hay que dar al español el rango que merece, porque es la base fundamental del espíritu de una lengua”.

Para los mexicanos y latinos que hace varias décadas llegaron a Los Ángeles, LéaLA colabora en la formación de sus hijos, dice Ramón Hernández, taxista originario de Tijuana, y quien asegura que el evento literario “deja una huella, porque apoya y hace más fuerte la educación de Estados Unidos y de los niños que en sus escuelas no todos tienen clases de español”.

Una feria del libro con una vasta presencia editorial como LéaLA está a la altura de la importancia del español, por lo que “es un lugar de encuentro, donde están todos los libros”, mencionó Carmen Boullosa, poeta, novelista, guionista y dramaturga, para quien resultó insólito y una grata sorpresa que en una feria comercial se leyera poesía.

Del 15 al 17 de mayo pasados, LéaLA organizó más de 200 actividades, 20 eventos artísticos y 11 talleres para niños. Sus pasillos los recorrieron 70 escritores y personalidades como Claudio Magris, Silvia Lemus y por primera vez participaron dos bibliotecas para celebrar la herencia más importante: el español, como resaltó el presidente de la Fundación Universidad de Guadalajara en Estados Unidos de América y presidente del consejo de administración de LéaLA, Raúl Padilla López.

Por las avenidas Julio Cortázar, Juan Rulfo, Federico García Lorca, Rosario Castellanos, Gabriela Mistral, Rubén Darío, Nicolás Guillén y Miguel Ángel Asturias —escritores que dieron su nombre a los pasillos de LéaLA—, desfilaron lectores y adolescentes nacidos en Estados Unidos, algunos de los cuales se grababan en un video a manera de selfie, mientras leían o improvisaban una invitación a la feria, aunque no en perfecto español, para celebrar que “desde Guadalajara y México no había llegado un evento tan concurrido en la ciudad como la celebración que cada cinco de mayo tiene lugar en la calle Olive”.

Hija de padres latinos, la supervisora del condado del primer distrito de Los Ángeles, Hilda Solís, valoró la importancia del bilingüismo y del biculturalismo y consideró que LéaLA ayuda a romper los mitos negativos sobre la cultura latina y a difundir la importancia de un idioma que ya lo hablan por lo menos 450 millones de personas en 22 países, y también porque, en 2050, Estados Unidos habrá agrupado a la mayor cantidad de hispanohablantes en el mundo.

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