“La mejor inversión de un país para su futuro es la salud de su pueblo”

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El Premio Nobel de Química 2003, Peter Agre, está convencido de que como médico y científico debe aportar a la salud humana mediante la aplicación de conocimientos, como el descubrimiento que realizó sobre las acuaporinas, en 1991. En la actualidad se enfoca a la aplicación de esta proteína contra la malaria.

“Como científicos, médicos, tenemos un mundo de problemas, por ejemplo, tuberculosis resistente a los fármacos, malaria, dengue, y el antídoto desde luego es la ciencia médica, la búsqueda de nuevas tecnologías y su aplicación en todo el mundo”, dijo en su conferencia magistral “Canal de agua de la acuaporina: de la estructura atómica a la medicina clínica”.

El también biólogo estadounidense subrayó que la Universidad de Guadalajara (UdeG), seguramente busca efectuar dicha labor: “Qué mejor inversión de un país para su futuro que la salud del pueblo”, enfatizó.

Lamentó la  situación bilateral entre México y Estados Unidos, pero sentenció que la ciencia es para todos; todos somos iguales, por lo que comentó que los gobiernos deben apoyar la búsqueda de nuevos conocimientos.

Reconoció que hay gobiernos que impulsan programas para tal fin, no obstante, las dificultades actuales, como las restricciones de visas y lo complejo de las política exteriores, han  bloqueado las oportunidades para que los jóvenes científicos, entusiastas, con ideas, puedan efectuar descubrimientos, detalló.

Las acuaporinas son proteínas integradas en las membranas celulares que regulan y facilitan el flujo de moléculas de agua a través de las células, por lo que son “el sistema de fontanería de las células”, y tienen posibles aplicaciones en el desarrollo de medicamentos para tratar el edema cerebral, la retención de líquidos y hasta la insuficiencia renal.

Para el tratamiento de estos males también debe haber un balance entre la alimentación, el ejercicio, el cuidado y uso correcto de las medicinas tradicionales, manifestó, y expresó su deseo porque algún día los descubrimientos tengan aplicación, aunque reconoció que este proceso es lento.

“Aún no estamos con la capacidad para poder modificar genéticamente las acuaporinas para buscar estos beneficios, pero el propio cuerpo hace estas modificaciones de acuerdo a la situación”, añadió Peter Agre.

Durante su conferencia, habló sobre sus descubrimientos, los hallazgos encontrados por otros colegas con esta proteína, la forma en cómo se enteró que había recibido el Premio Nobel de Química y como sus padres al saber la noticia le pidieron que no se le subiera “a la cabeza, porque todavía tenía que hacer algo de utilidad”, dijo entre las risas de los asistentes a la conferencia, a quienes dijo: “La medicina y la ciencia son oportunidades maravillosas para mejorar la vida de las personas”.

En 2003, Peter Agre recibió el premio Nobel de Química (con Roderick MacKinnon). El estudioso pertenece a la Academia de Artes y Ciencias y la Academia de Ciencias de Estados Unidos.

“Estamos de fiesta”, subrayó el director del HCG, Héctor Raúl Pérez Gómez, al reconocer el trabajo del doctor Agre. “Hoy se presentó un reconocido un investigador a nivel mundial”.

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