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La labor de Dylan para visibilizar a las personas cuir

Desde el activismo y su labor profesional, en sus facetas de estudiante del CUCEA y docente de idiomas, busca generar redes de apoyo y espacios seguros para la comunidad LGBTTTIQ+

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Que Dylan —o Victoria— se dedique a la docencia no es casualidad. Siempre habla con mucha soltura y deja a quien la escucha una estela impresionante de información que por 22 años ha aprendido y que, incluso, ha vivido como persona identificada como cuir o no binaria.

Su identidad es de las menos socializadas en el espectro de la diversidad sexual, pero gracias a los espacios impulsados por personas de la comunidad LGBTTTIQ+, en los últimos años se ha hecho más visible.

La expresión género no binario —también llamada queer, o su mexicanización cuir—, ​se aplica a las personas que se perciben fuera de expresiones totalmente masculinas o femeninas, independientemente de su preferencia sexual.

Enseñar sobre identidad

Victoria Alarcón Silva, o Dylan, como prefiere ser llamade, además de ser estudiante de último semestre de Mercadotecnia, en el Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA), es docente de inglés en el Programa de Lenguas Extranjeras de PLEX, enseña a jóvenes de la Escuela Politécnica de Guadalajara y de la Prepa 10, donde, dice, siempre tiene en cuenta ejemplos que involucran su constante lucha por la diversidad.

“He tratado con mis alumnos de traer a la mesa temas sobre personas trans, temas sobre personas cuir, sobre la sexualidad, inclusive sobre salud mental. Y porque creo que lo que yo me he fijado que he hecho con mis alumnos es darles la libertad de poder hablar y que sientan que es un lugar seguro”.

Dylan –o Victoria–. Fotografía: Gustavo Alfonzo

Esa empatía con la que se refiere a sus alumnos es también reflejo de su propia experiencia; cuando elle iba a la prepa, recuerda, no tenía tanto bagaje sobre las expresiones de género y las dudas sobre su identidad se intensificaron.

“Al principio dije, ‘pues soy un hombre trans’, (…) después poco a poco fui encontrando (mi identidad), yo solita fui buscando información, hasta que me encontré con el término no binario, y como que hizo ‘clic’ automáticamente en mí”, recuerda.

Dylan se asume como una persona suertuda, ya que, dice, sus propias características físicas le han otorgado privilegios que asume y que opina deberían ser para todes.

“Yo desde que me di cuenta de ese privilegio trato de hablar desde ahí y decirles (a mis amigos) ‘oye, es que esto no es como la realidad y no todas las personas se van a ver como yo’”.

Lucha como acto político

Es precisamente esa colectividad que siempre forma parte de los dichos de Dylan, por la que no camina sole, pues siempre, en sus propias palabras, ve su propia lucha como un acto político; algo que por mucho tiempo le llevó a militar en colectivos y a sumar en su participación desde diferentes trincheras, entre ellas YAAJ, una organización sin fines de lucro que busca promover, proteger y garantizar los Derechos Humanos de la población de la diversidad.

“A partir de estar en YAAJ, de empezar a tener contacto con más juventudes, de personas que nos buscaban, para ellos también como que descifrar qué era lo que querían hacer de su vida o cómo se identificaban ellos. Fue a partir de ahí que realmente tuve este contacto real de decir, conozco personas de todas las letras LGBT”.

Dylan –o Victoria–. Fotografía: Gustavo Alfonzo

Uno de los momentos que recuerda al lado de la organización, fue conocer a una joven trans que atravesaba problemas en la escuela y con su familia derivados de su identidad; fue a través de la propia organización que Dylan pudo apoyarla; esa experiencia, dice, le abrió los ojos sobre el origen colectivo de la lucha por los derechos de todas las personas.

“Me di cuenta de que quería usar mis propias experiencias y mi posición que tenía en ese momento dentro de la organización para hacer un cambio, aunque fuera de cinco personas, pero que cinco personas ya te escuchen, ya hace la diferencia”.

A partir de ese momento y durante los dos años que participó activamente en la organización, Dylan se dedicó a realizar conferencias e impartir cursos, algo en lo que encontró su vocación: participar y conectar con las personas.

Dylan ya no milita en ningún colectivo, pero su objetivo de crear más espacios seguros para todas las personas sigue, ahora busca impartir capacitaciones para maestros para combatir discursos de odio dentro del salón de clases.

“Las escuelas son el segundo espacio para los niños. Hay un punto donde toda tu vida se resume en la escuela y tu casa, (por eso) las escuelas también deberían de ser lugares super seguros”.

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