La experiencia de una banda sonora

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Hace dos años, los integrantes de Birdhaus se reunieron con el propósito de conjugar la música y el cine, y de crear, muy a su manera, una especie de soundtrack sobre diferentes películas que evocan pasajes llenos de romanticismo, algo que puede apreciarse particularmente en las composiciones del cuarteto, en los temas que producen, llenos de texturas y delicados ritmos que, como todo proyecto relacionado con la imagen y el sonido, busca provocar una serie de sensaciones en quienes miran y escuchan.

Birdahus es una agrupación constituida en Guadalajara e integrada por Alejandro Velázquez, Alberto Romero, Francisco “Paco” Árbol y Miguel Ruiz. La experimentación con distintos instrumentos, particularmente sintetizadores, guitarras eléctricas y percusiones, terminaron en la construcción de cortes sonoros que acompañan el viaje de un avión o se funden en transiciones que, de muchas maneras, nos llevan por la experiencia de una sala cinematográfica sui géneris.

“La intención del grupo no se planificó tanto. En realidad, casi desde el principio teníamos la idea. Al final de cuentas se trata de afinidades entre la música y el cine. Tal vez algún día nos haremos de una etiqueta, que seguramente no tendrá relación con el concepto de banda de rock. Lo importante es el soundtrack, ofrecer una sesión más cercana a la vivencia cinematográfica”, dice Miguel Ruiz, músico e ingeniero de sonido que tiene como referentes en su historial a grupos como Marlento y Antoine Reverb.

Musicalmente, Birdhaus tiene conexión con estilos que acentúan el sonido delicado del grupo en sus presentaciones en directo, desde ligeros toques de trip hop hasta pinceladas de ambient, que terminan convirtiéndolo en una agrupación mucho más cercana al art rock y sus intentos. Sin embargo, el grupo no está exento de los arreglos con intensidad, de los momentos de clímax, que finalmente desencadenan emociones en sociedad con las imágenes proyectadas.

“Desde el principio nos planteamos no encasillarnos en un género. Sólo imaginamos escenas antes de componer o trabajamos sobre alguna película para recrear una canción. Lo que buscamos es darle al espectador otra visión de cómo percibimos nosotros esas imágenes”, menciona Alberto Romero.

Alejandro Velázquez agrega respecto a las composiciones de Birdhaus: “Es el gusto que te-nemos en común por los teclados vintage. Pero no fue consciente el decir: ‘vamos a hacer algo que suene a viejo’, sólo se trata de un elemento. Nos gusta mucho Santo & Johnny, por este motivo, nuestras guitarras se escuchan con mucho slide. También hay influencia de productores de hip hop, como J Dilla”.

Birdhaus produce sus temas en forma de secciones, algo que ellos mismos llaman “bloques”. Siete composiciones pertenecientes a sus primeros trabajos, entre estas, “Düsseldorf”, “Monochrome” y “Waltz”, se enlazan con cortes que están próximos a editarse. Además, para brindar una idea más completa de lo que ofrece el grupo en directo, recientemente grabaron un videoclip en el Cineforo Universidad, un espacio que funciona de manera significativa para el cuarteto.

“Somos un grupo que no pue-de estar disociado de lo visual. Así que frecuentemente nos preguntamos cómo funcionaría un disco para nosotros, porque creo que un álbum sólo mostraría la mitad de la banda”, dice Miguel Ruiz. “No queremos tomar una decisión a la ligera, lo que deseamos es cuidar todo lo que sucede en Birdhaus. La grabación de un disco implicaría hacer algo que sea muy de boutique, que sea un trabajo que la gente realmente conserve”.

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