La disautonomía: secuela del COVID-19

Podría afectar entre un 30 y 70 % de personas que tuvieron la enfermedad. Los síntomas pueden ser muy variados y abarcar alteraciones en la frecuencia cardiaca, fatiga y sensación de dificultad respiratoria. Además, puede haber sincopes como parte de las alteraciones disautonómicas, dificultad de control de los esfínteres y problemas de sudoración

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La disautonomía es un término que se refiere a alteraciones que tienen que ver con un mal funcionamiento del sistema nervioso autónomo (encargado de regular funciones vitales como la respiración y el funcionamiento del sistema gastrointestinal), y es una de las secuelas que presentan muchos pacientes con COVID-19, afirmó Omar Cárdenas Sáenz, adscrito al Servicio de Neurología del Hospital Civil de Guadalajara (HCG) Fray Antonio Alcalde.

Los síntomas de la disautonomía pueden ser muy variados y abarcar alteraciones en la frecuencia cardiaca (el paciente puede sentir que se va a salir su corazón o puede latir éste muy despacio), lo que a largo plazo puede producir manifestaciones como fatiga y sensación de dificultad respiratoria como consecuencia del daño nervioso.

Los signos pueden ser vagos y difíciles de manejar, puede haber sincopes (desmayos) como parte de las alteraciones disautonómicas, alteraciones del control de los esfínteres y problemas de sudoración, entre otros.

Dificultades en el control de los esfínteres y problemas de sudoración son parte de las alteraciones disautonómicas. Foto: Internet

De acuerdo con información vertida por la Secretaría de Salud Federal, uno de los mayores riesgos que tienen quienes viven con disautonomía son fracturas a consecuencia de desmayos.

Cárdenas Sáenz indica que es difícil saber con precisión qué porcentaje de las personas que tienen COVID-19 desarrollarán disautonomía. Estudios indican que los porcentajes fluctúan entre un 30 y 70 por ciento, aproximadamente. Incluso pacientes que fueron asintomáticos pueden tener algunos de los síntomas mencionados como una secuela.

La disautonomía no es una enfermedad, sino síntomas y manifestaciones que pueden ser consecuencia de la afectación directa del virus SARS CoV-2 o afectación indirecta, como consecuencia de la generación de una respuesta inmunológica.

No solo se presenta en pacientes que tuvieron COVID-19, se han detectado en casos con patologías cardiacas, enfermedades neurológicas y está asociada a enfermedades de Parkinson. Es una manifestación que neurólogos y cardiólogos ven frecuentemente en otras enfermedades.

La persona que tuvo COVID-19 y después desarrolla disautonomía tendrá acudir con su médico familiar o de primer contacto, quien, en caso de que lo requiera, la canalizará con especialistas. Foto: Abraham Aréchiga

En la mayoría de los casos, los pacientes pueden optar por la fisioterapia o rehabilitación, y podría haber control a través de la farmacología.

La persona que tuvo COVID-19 y después desarrolla disautonomía tendrá acudir con su médico familiar o de primer contacto, quien, en caso de que lo requiera, la canalizará con especialistas.

En el caso del HCG está el área de consulta externa donde los pacientes son derivados a distintas áreas de especialidad.

Cárdenas Sáenz agregó que a lo mejor es poco tiempo para saber todavía qué secuelas va a dejar a más largo plazo el COVID-19. La pandemia ha durado poco más de un año, y todavía no se sabe qué evolución tendrán los pacientes a cinco o diez años.

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