José Luis Mejía Ceja

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Este mes de septiembre se cumplen cuatro años del fallecimiento de Hugo Gutiérrez Vega, uno de los poetas y diplomáticos más destacados de México. La Universidad de Guadalajara, a través de la Cátedra que lleva su nombre, dirigida por el poeta Jorge Souza, le rendirá un homenaje en la Biblioteca Iberoamericana Octavio Paz el próximo 25 de septiembre. Para hablar de Hugo Gutiérrez Vega, entrevistamos a uno de sus amigos de juventud, el doctor José Luis Rodrigo Mejía Ceja (Ciudad de México, 1929), médico de profesión, apasionado de la historia y aficionado a las letras.

¿Cómo conoció a Hugo Gutiérrez Vega?
Fue en las épocas de la preparatoria, que la cursamos Hugo y yo en el Instituto de Ciencias, pero él algunos años más abajo que su servidor: Hugo nació en 1934 y yo soy del 29. Pero no sólo estudiábamos en la misma escuela, también vivíamos muy cerca. En la época en que abrieron la calle de Alcalde y la calle de Juárez, yo vivía en Juárez, muy cerquita del Jardín del Carmen, y Hugo vivía en la calle 8 de Julio, entre Pedro Moreno y Morelos. Hugo vivía con la señora Vega, su abuela, quien tenía asistidos estudiantes, y yo era amigo de mis compañeros del Instituto de Ciencias, muchos de los cuales vivían en la casa de asistidos de la abuela de Hugo. Así que iba mucho a visitarlos, y allí estaba Hugo. Él en el colegio estaba algunos años atrás, abajo de mi generación y mis amigos; sin embargo, Hugo era muy popular y muy conocido. Esa fue mi convivencia con él: tanto en la preparatoria como en su casa. Recuerdo que ya escribía y ya hacía poemas, ¡a esa edad!

¿Y por qué Hugo Gutiérrez Vega era popular y conocido ya en la preparatoria?
Era popular y conocido porque en ese tiempo realmente muy pocos jóvenes escribían. Nosotros no; solamente estudiábamos (o mal estudiábamos…). Las letras no se nos daban. Escribir era algo insólito. Así que si alguien se iba por el lado de las letras era muy connotado. Fue el caso de Hugo, un niño sumamente precoz.

¿Cuál es el recuerdo más bonito que tiene de Hugo Gutiérrez Vega?
El haber convivido con él en la casa de asistidos, porque, como te digo, él vivía con su abuelita. Los asistidos vivían en la parte alta, Hugo vivía abajo con la señora; Hugo subía y, pues, pura vacilada, pura época de estudiantes, puro relajo, ¿verdad? Naturalmente, nosotros, un poco mayores, le cargábamos a los chiquillos que eran dos o tres. Nos divertíamos mucho.

¿Qué otros amigos tenían entonces que se convertirían en escritores, intelectuales o diplomáticos?
Desde luego, Hugo destacó mucho. Fue diplomático más de treinta años y ganó muchos premios por su obra literaria. Recuerdo también que fue rector de la Universidad Autónoma de Querétaro. Incluso fue galardonado con el Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Guadalajara. Pero otro compañero de nosotros que destacó mucho en el ámbito de las humanidades fue Emmanuel Carballo Chávez, el crítico literario y editor. Él fue mi compañero toda la prepa; nacimos el mismo año, en 1929.

¿Algo más que quiera decir sobre Hugo Gutiérrez Vega, ahora que se conmemoran cuatro años de su fallecimiento?
La última vez que tuve el gusto de saludarlo fue en la FIL, hace… ¿qué será?, seis años. Porque otro compañero nuestro, Jorge del Rincón, escribió un libro y Hugo se lo vino a presentar. Y allí nos juntamos y claro que hicimos recuerdos. Sobre todo él se acordó de muchas anécdotas de la infancia y la juventud y tuvimos un rato muy agradable en la FIL. Espero que la poesía de Hugo siga siendo leída por las nuevas generaciones.

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