El petróleo y los spots

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080207 ECONOMIA MANIFESTACION DEL COMITE EN DEFENSA DEL PETROLEO DONDE CLAUSURARON SIMBOLICAMENTE LAS INTALACIONES DE PEMEX EN AV AVIACION FOTO IVAN GARCIA

A pesar de los más de 30 mil millones de pesos gastados en publicidad a favor de la reforma energética, el gobierno federal ha perdido el debate mediático en este tema, asegura el politólogo de la Universidad de Guadalajara, Mario Ramos.
Señala que el ejecutivo no ha logrado convencer a la opinión pública de que la intención de su iniciativa no es privatizar Pemex.
“En términos de comunicación, ha perdido el debate porque no ha logrado convencer de las ventajas de la iniciativa. La estrategia de comunicación desde el principio estuvo mal manejada, debido a que sostienen argumentos falaces que intentaban manipular a la opinión pública. En las discusiones en el Senado de la República y los foros, los expertos, científicos y académicos, han desmantelado esos argumentos”.
Por el contrario de lo esperado, dice, esta mediatización ha simplificado el debate. Con spots como los promovidos por el gobierno federal se confunde y se engaña a la opinión pública, pues no se abordan los puntos esenciales de la iniciativa.
Ramos enfatizó que el gobierno federal ha manejado un doble discurso: se ha empeñado en hacer creer que la verdadera intención no es privatizar y es lo que han tratado de generar en el ánimo de la opinión pública, cuando en la iniciativa hay claros aspectos privatizadores, señala.
“Esos puntos que hablan de la participación del sector privado en la iniciativa presentada, no están en el ámbito de la difusión mediática. Escuchamos los spots que nos dicen que exportamos cuatro de cada diez litros de gasolina, pero el gobierno omite qué se ha hecho con los excedentes por los altos precios del petróleo, que también podrían ser utilizados para construir refinerías y dejar de ser importadores”.
El coordinador de la carrera de periodismo del Centro Universitario de la Ciénega señala que la difusión de la iniciativa debe estar encaminada a que la sociedad la conozca a fondo.
“Este tipo de reformas, estratégicas para un país, se tienen que trabajar durante dos o tres años, con negociación e información para que la gente conozca las diferentes posturas al respecto. En Estados Unidos lanzan una reforma y la someten a una campaña mediática para convencer a la opinión pública. Mediante encuestas miden la aceptación de la iniciativa, de manera que los legisladores se sienten presionados por la sociedad, que conoce bien las iniciativas.
”El problema –asegura– es que aquí lo han querido hacer todo con prisa porque ya se acerca el periodo electoral y si no sale en [periodo legislativo de] septiembre, vamos a estar todos en campaña y la reforma no será posible”.

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