Dos de cal y una de cemento

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Nadie está de acuerdo. Pero, en aras del desarrollo, árboles añosos, fuertes, que son patrimonio de todos, están cayendo sin que nadie pueda impedirlo. Y esto ocurre en todos los rincones de la zona metropolitana de Guadalajara.  Por las obras del nodo vial Tutelar —por ejemplo—, las autoridades derribaron mil 200 árboles con una altura de entre 20 y 30 metros. Se trataba de árboles adultos, de árboles sanos, como lo reconoce el ingeniero Alejandro Cárdenas, representante de los vecinos de El Colli. Sin estudios previos los derribaron, arguyendo que la mayoría de esos árboles estaban enfermos, que resultaba imposible replantarlos. Una práctica común.
El Ayuntamiento de Guadalajara informa vía su portal de internet la estrategia municipal de desarrollo en relación a la “red de áreas verdes y espacios públicos” y dice lo siguiente: “Queremos ampliar la superficie de áreas verdes por habitante, rehabilitar bosques y parques urbanos, para generar un entorno más agradable y saludable para la ciudad, la recuperación de espacios públicos y el fomento…..” Aunque no explican cómo, ni en base a cuántos metros cuadrados de áreas verdes por habitante quieren llegar.
En Sevilla, España, “Ciudad Hermana de Guadalajara”, en 1995, contaban con 1.7 metros cuadrados de zona verde por habitante, luego de las obras de infraestructura de Expo 92. En Guadalajara está ocurriendo lo mismo, por las obras en torno a los Juegos Panamericanos. Pero allá el Ayuntamiento puso en marcha el proyecto “Sevilla Ciudad Verde”, para incrementar a 9.2 metros cuadrados de zona verde por habitante. Aquí en Guadalajara en lugar de superar las superficies de áreas verdes, que no rebasan los dos metros cuadrados por habitante,  anuncian obras que amenazan reducir aún más los espacios verdes.Â
Alfonso Petersen Farah, presidente municipal de Guadalajara, será el responsable de cercenar un poco más el parque  más tradicional y cercano a los tapatíos. Ya que el Centro Metropolitano Integral para Discapacitados se ubicará en terrenos del parque Agua Azul, primera sección. Punto seis a punto ocho por ciento de los 160 mil metros cuadrados se convertirán en talleres, tres espacios serán techados. El principal objetivo de esta construcción es, según el director general del DIF Guadalajara, doctor Mario Márquez Amezcua: “Rescatar el espacio público, y rescatar al 100 por ciento las áreas verdes. Transformar ese espacio actualmente subutilizado”. Serán alrededor de 150 niños del programa CAVIDA los beneficiados. Se trata de crear un parque recreativo-interactivo, en un área donde antes se usaba como pista de patinaje, y que poco a poco, junto con los juegos mecánicos y el trenecito fue abandonada. El proyecto arquitectónico elaborado por COPALUR,  costará entre 10 y 12 millones de pesos, según dijo el regidor ílvaro Córdoba Pérez.  Por cierto, el año pasado cuando se hizo público, el Ayuntamiento de Guadalajara informó que costaría justamente la mitad, seis millones de pesos. (El Informador 2008).
Llama la atención que el Consejo Consultivo del Medio Ambiente y Recursos Naturales del municipio, se está oponiendo a la obra. Ni siquiera conoce el proyecto. Su presidente, el doctor José Antonio Gómez Reyna, explica: “El parque se debe rehabilitar y no poner más cemento. El Consejo hizo un estudio que fue entregado al presidente municipal, en el cual se propone el rescate de los árboles y evitar cualquier tipo de construcción. Es irónico que se hable de ‘Ciudad Verde’, destruyendo núcleos verdes”. Gómez Reyna expresa que para  un edificio de la naturaleza que sea, hay muchos terrenos, edificios abandonados. Por ningún motivo se justifica esta obra —dice— en relación al medio ambiente, ya que se trata de un sistema de recarga de mantos acuíferos, de amortiguamiento para la contaminación ambiental, que debe ser respetado. El Consejo manifiesta su total desacuerdo en cualquier edificación que se haga en ese espacio y que necesitará además, cables, drenajes, sistemas de agua, transformadores, etcétera. El impacto ambiental será enorme: un metro cuadrado de pavimento será un metro cuadrado menos de absorción de agua, para Guadalajara, dice Gómez Reyna. Un parque es un sistema de esparcimiento, y debe manejarse así, con viveros, visitas guiadas, es más, se debe integrar esta parte con el polígono sur, dividido por la avenida González Gallo, comenta. El académico de la UdeG lamenta que ni siquiera han puesto a consideración del Consejo, la maqueta del proyecto. Y pregunta: “¿Para qué nombraron el Consejo Consultivo, si no lo toman en cuenta?”.
Pero en el Ayuntamiento insisten en la nobleza del proyecto. El regidor Córdoba Pérez asegura que es muy poca la superficie que ocupará el proyecto: “Ni siquiera llega al uno por ciento del parque”. Y que nada costaría llevarlo a un terreno junto al CRIT, pero el del Agua Azul: “Favorece mucho a los padres ya que es, lo más céntrico, lo más práctico, lo más eficiente para los usuarios”. Anuncia que el recurso ya está autorizado, y lo único por aprobarse será el cambio de uso de suelo, por el pleno del Ayuntamiento y la comisión de Ecología. Advierte que si tomarán en cuenta las opiniones del Consejo Consultivo del Medio Ambiente y Recursos Naturales, “para fortalecer el proyecto”. No se va a afectar el parque, ni se tumbarán árboles por tumbar, remata. Hasta el momento, el Consejo no está enterado del proyecto.
Otra amenaza merodea las áreas verdes de Guadalajara. En el Parque Metropolitano, de las 119 hectáreas que le quedan, ahora le quieren rebanar 11 para instalaciones de los Juegos Panamericanos. Un lugar que fue considerado “el mayor rescate ecológico de Latinoamérica”, y que hace 10 años el ahora gobernador del estado, Emilio González Márquez, siendo diputado defendía ferozmente: “ni venta, ni donación, ni comodato, debemos conservarlo y defenderlo”. Pero ahora celebra que se convierta en parque deportivo.
El ex director del Parque Metropolitano, Octavio Velasco Ruvalcaba, defiende lo que fue el concepto del parque que ahora quieren mutilar: “En 1992, el pleno del Congreso aprobó el proyecto ejecutivo original que garantizaba el rescate ecológico, el plan de autofinanciamiento para su construcción, y su mantenimiento vitalicio”. El también autor de dicho proyecto ejecutivo recuerda cuando se expropiaron las 124 hectáreas, la labor fue titánica, ya que sacaron más de 10 mil camiones de basura, escombro, etcétera, fue un verdadero rescate ambiental. Incluso en 1991 todos se opusieron a la venta de 13 hectáreas a la UP, porque debía dedicarse a lo que es “parque público”. Sin embargo, ahora se les hace fácil quitarle 110 mil metros cuadrados, “¿por qué si fue aprobado por el Congreso ahora lo quieren modificar?”, pregunta.
Reducir las áreas verdes, descuidar los parques públicos, han sido las tendencias de las autoridades. Petersen Farah prometió a sus ciudadanos: “La meta es plantar un millón de árboles”. A punto de irse y apenas lleva 44 mil árboles plantados.
Esta política de hacer rentables las zonas naturales preocupa a ciudadanos y académicos. El geógrafo Enrique García Becerra, advierte que esto traerá más deterioro ambiental. Y cita el camellón Chapultepec, donde más pavimento formará “islas de calor”, con temperaturas un grado mayor que en otras áreas.

La UdeG previno desde Plaza Pabellón

JOSEFINA REAL

Si en su momento no era viable la edificación de Plaza Pabellón, a la distancia, menos lo sería Andares. El primero se ubica en Guadalajara y el segundo en Zapopan, pocos metros separan un desarrollo del otro.
Hace más de 10 años, un grupo multidisciplinario conformado por académicos investigadores de la UdeG demostró que era totalmente inviable la construcción de Plaza Pabellón en los cruces de las avenidas Patria y Acueducto.
Sin atender la advertencia, las autoridades municipales realizaron Plaza Pabellón con una afectación importante al Parque de los Colomos, después le siguieron edificios para comercio, servicios diversos como los hospitalarios, más cotos privados de lujo y recientemente Plaza Andares, a demás de torres de gran tamaño para albergar a familias en departamentos en una zona costosa y paradójicamente vulnerable geológicamente, todo ello en contra esquina de Plaza Pabellón.
El director de la División de artes y humanidades del CUAAD, Carlos Correa Ceseña, comentó que en su momento se le advirtió a los funcionarios públicos en turno, del problema urbano que habría para la zona, uno de ellos: el caos vial.
“La UdeG planteaba en aquel entonces que en lugar de Pabellón, el terreno se extendiera a los Colomos; segundo, hay un problema fuerte en el subsuelo, porque hay mantos rocosos, por ahí transita por galeras lo que después se convierte en el río Atemajac y además se hacía hincapié en que no había infraestructura vial… se cambió el plan parcial para darle cabida a lo comercial, esto es muy importante, el uso de suelo era para carácter habitacional”.
Lo que sucedió fue el empeño de hacer Plaza Pabellón, para darle más plusvalía a la zona y hacerla más costosa comercialmente. “Sin tener la infraestructura adecuada, se generó comercio, servicios y desde luego los aspectos habitacionales que ya había, pero hay que agregar la redensificación con edificios habitacionales… esto a penas empieza”. “Pero si el caos vial ya está presente”, se le preguntó a Correa Ceseña, a lo cual contestó: “No, lo más difícil esta por venir”.
En Guadalajara, el presidente municipal era César Coll Carabias, hoy director de la Comisión Estatal del Agua y el encargado de la Comisión de Planeación Urbana era Claudio Sáinz David, polémico constructor que en el sexenio pasado fue el secretario de Desarrollo Urbano y en la actualidad está envuelto en otro escándalo en Guadalajara, con las obras de la avenida Chapultepec.

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