COVID 19: terapias para recuperar el gusto y el olfato

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La pérdida del olfato y del gusto son dos de los síntomas que pueden presentar los enfermos de COVID-19, los cuales pueden continuar una vez que la persona se recupera. De ahí la importancia de una valoración médica, además de seguir las terapias y recomendaciones de especialistas que puedan ayudar a la recuperación de estos dos sentidos.

Elia Anet Luna Hernández, jefa del servicio de Otorrinolaringología, de la unidad Fray Antonio Alcalde del Hospital Civil de Guadalajara (HCG), señaló que del total de adultos que cursan con enfermedad de COVID-19, el 31.6 por ciento aproximadamente presentan disminución, distorsión o faltas de olfato, así como alteraciones en el sentido del gusto, de 8 a 10 días, en promedio.

De este porcentaje, en el 11.1 por ciento la alteración del olfato puede persistir desde 1 mes hasta 6 meses. “Esto depende de la persona y de la recuperación de forma individual”.

Destacó que la pérdida del gusto y el olfato van asociados: si alguien pierde la olfacción, pierde el sentido del gusto o tiene alteraciones en la percepción de sabores.

Atender la pérdida de olfacción

Se recomienda una terapia de reacondicionamiento del olfato con aromas básicos y comunes para la población mexicana.

Para los pacientes que tienen dificultades para recuperar su olfacción, o en los casos en que ésta continúe afectada, es recomendable la evaluación oportuna del estado funcional de la nariz por parte de un médico especialista otorrinolaringólogo.

Posteriormente, se aconseja que la nariz permanezca humectada y sin datos de inflamación o recibir terapia para mejorar el funcionamiento nasal.

Después habría que iniciar la terapia de reacondicionamiento del olfato con aromas básicos y comunes para la población mexicana, como pueden ser café, clavo, albahaca, anís, canela, ajo, limón o naranja. Es importante identificar los olores conocidos en cada contexto, porque serían distintos los elementos para otros países.

Se recomienda no más de cuatro elementos por terapia, con un promedio de 20 a 25 minutos, a una distancia de 40 a 50 centímetros, y realizando movimientos que generen viento hacia la nariz para que perciba el olor.

Cada estímulo debe tener un espacio de 2 minutos entre uno y otro elemento, y se puede realizar de 2 a tres veces por día, dependiendo del paciente. El ambiente debe ser relajado y no debe haber otros aromas que puedan interferir con la terapia de estimulación.

Si la persona que está en entrenamiento olfatorio pone directamente el estímulo en el borde de la nariz, ésta se saturaría y no llegaría a percibir el aroma. Por lo que es recomendable respetar la distancia recomendada.

Recuperar el gusto

En cuanto al gusto, advirtió que cuando alguien ingesta mucho la cebolla, ajo o picante, las papilas gustativas pueden irritarse y cambiar la percepción del sabor, por lo tanto, la especialista no aconseja la saturación de alimentos con estos ingredientes.

Recomendó que también la boca esté hidratada y no usar enjuagues alcoholados, no fumar y no tomar alcohol.

“Las personas que son fumadoras o bebedoras consecutivas tienen alterado el sentido del gusto, aunque ellos ya no lo perciben”.

Especificó que no es recomendable que los pacientes hagan gárgaras, enjuagues o buches de bicarbonato, vinagre, alcohol, Listerine, Isodine, ya que todo puede inflamar, exponer de forma crónica la piel que recubre la boca y las papilas gustativas, y retrasar más el regreso a la percepción del sabor y del olfato.

Los resultados son proporcionales a cada paciente. Hay algunos que de manera espontánea recuperan el olfato incluso sin ningún ejercicio, y hay quienes, aunque lleven una terapia, pueden tardar uno, dos o hasta tres meses, que es la tendencia detectada en el HCG. La bondad de estas terapias es que pueden ayudar a recuperar el sabor y el olfato.

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