Batman turista en Barcelona

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La historieta del Hombre Murciélago, situada en Barcelona, no ha gozado de buenas críticas, de parte de los instruidos. No al menos en lo que respecta al argumento que resulta, a decir verdad, una especie de fiasco, pues ante el cúmulo de publicidad recibida de parte de Planeta DeAgostini, las expectativas de todos los fanáticos del héroe de Ciudad Gótica —y a resultas de un número celebratorio, pues como todos saben el número marca el aniversario 70 de la aparición del cómic en los Estados Unidos—, no ha resultado lo singular y extraordinario que todos esperaban. Dadas las circunstancias y el motivo, hasta los fans de Batman se han mostrado un poco decepcionados.
La historia es simple y sin chiste. Y han tenido que recurrir a leyendas locales (por decirlo de algún modo) para darle un origen y una ubicación regional, que resulta muy accesible para los barceloneses. Acuden a la fábula de San Jorge y el Dragón, que es parte de la historia y la vida sociocultural de la antigua Cataluña y es bien conocida por una gran parte de la gente, sobre todo en Europa.
De cierta manera Batman en Barcelona: El Caballero del Dragón, disponen una especie de guía turística que podrían muy bien aprovechar los lectores norteamericanos, quienes en su enorme mayoría desconocen casi todo lo que no esté al alcance de su geografía. Menos conocen las leyendas que han ofrecido a la tradición de los pueblos una forma distinta de ver y percibir el mundo. En cambio debe ser popular entre los fanáticos de la historietas, pues para el grueso de éstos son comunes (y parte de sus placeres), el conocimiento de los mitos, leyendas y alegorías medievales del orbe.
Ciertos datos y fórmulas expuestas en el argumento del cuento trascurrido en Barcelona, recuerdan a los que, de una mejor manera, ofrecía el delicioso y ya desaparecido cómic de Fantí´mas, la amenaza elegante, que circuló durante toda la década de los 70 y hasta muy entrada la de los 80, en la cual se ofrecían datos históricos, científicos y geográficos en apostillas que resultaban todo una aportación para quienes luego se incorporarían a la lectura de libros de “puras letritas”.
Un dato extra. Fantí´mas, la amenaza elegante, disfrutó de una profusa circulación y gran influencia en el gusto entre el público de Latinoamérica, al grado de que uno de los argumentos de la historieta mexicana fue escrito por Julio Cortázar: Fantí´mas contra los vampiros multinacionales (1975). Hoy se puede conseguir en internet y merecería un texto aparte.
Batman en Barcelona: El Caballero del Dragón, realiza un puntual recorrido por las zonas antiguas de la ciudad de Barcelona y, como en las viejas novelas francesas, se puede seguir con un mapa y cada detalle es seguido con exactitud. Algo que es de reconocer. Y aunque desmerece en mucho el argumento, escrito por Mark Waid, lo que se halla bien logrado es el dibujo realizado por Diego Olmos, quien en verdad logra un lucimiento excepcional, y marca la pauta para que este número de aniversario sea de verdad un ejemplar de colección.
Diego Olmos nos entrega una pieza ejemplar, digna y bien llevada. Hace que Mark Waid se vea bien y deja, pese a todas las pobrezas del guión, un buen sabor de boca, al igual que el trabajo de la iluminista aragonesa Marta Martínez.
Los que no encontramos en este número, y quizás todo mundo esperaba, es a los ya ilustres enemigos del Murciélago, aquellos que han ofrecido el dramatismo a la historia del Batman, sino a monstruos que dejan observar que son el Dragón (Killer CROC, quien siembra el terror en Barcelona) y Batman a San Jorge, lo que vuelve a este número una alegoría moderna, pero no la convierte en memorable.
Batman en Barcelona: El Caballero del Dragón, fue presentada el pasado 29 de mayo en la inauguración de la 27 edición del Salón del Cómic de la capital catalana (se tradujo del original en inglés, al catalán, al italiano y al español), pero al parecer los fanáticos de nuestro país no la han podido obtener, pues no se ha dejado ver en alguno de los kioscos de revistas nacionales.
La edición presentada en el Salón del Cómic, a decir de algunas reseñas en El País, contiene un prólogo del alcalde de Barcelona Jordi Hereu, y un artículo del representante de artistas David Macho. Además de entrevistas a los autores, la edición especial cuenta con 48 páginas cosidas en cartoné, un poco más grande que los ejemplares vendidos en las tiendas, algo que por cierto no se encuentra en la versión en inglés (que me ha traducido amablemente el escritor Mario Calderón de la Rosa).

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