Virus en chiles y jitomates

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    La zona productora más importante en el cultivo de jitomate y chile entre Jalisco y Michoacán enfrenta un fuerte ataque de virus, mismo que repercute en la economía de los agricultores.
    El campesino Gonzalo Sánchez, quien colabora en una parcela familiar en Tuxpan, teme que el problema de los virus continúe afectando a todos los sembradíos de la región: “Año con año se ha puesto más difícil la producción de chile, calabacita, jitomate, pepino, porque vemos los mismos problemas de años anteriores”.
    Explicó que en su parcela, los virus afectan a cerca del 10 por ciento de la siembra, a pesar del manejo que dan a estos.
    “Mi papá tiene 20 años como productor. Cuando egresé de la carrera de agronomía, de la UdeG, las siembras eran poco afectadas, de manera que fumigábamos cada 15 días. Sin embargo, ahora hacemos esto cada cinco”.
    De acuerdo con un estudio comandado por el investigador del Departamento de Producción Agrícola, del CUCBA, José Luis Martínez, las pérdidas agrícolas en Zapotiltic, Tizapán, Jocotepec, Zacoalco, Teocuitatlán y Sayula, aunque varían, son altas.
    La incidencia mínima hace dos años fue de tres por ciento, mientras que para 2004, de 30, en tanto que la máxima llegó a los 100 puntos porcentuales. “Si no tomamos las medidas adecuadas, los virus seguirán creciendo y continuarán ocasionando daños”.
    La investigación tuvo como objetivo identificar virus diferentes a los vegomovirus, en plantaciones del occidente de México. El estudio, que abarcó 2003 y 2004, fue realizado con recursos de la Universidad de Guadalajara. Participaron alumnos tesistas y los académicos Pedro Pozos, Carlos Durán, Eduardo Rodríguez y José Sánchez Martínez.
    El problema
    Gonzalo Sánchez y el investigador del CUCBA coincidieron en que otro problema consiste en la presencia de manchas en los frutos. Si el mercado está bien, es posible vender este alimento, pero si no es así, debe ser tirado, y con este, una fuerte inversión en tiempo, agua y agroquímicos.
    Consideraron que esta situación es complicada, pues ambos cultivos requieren sumas considerables para su producción. El problema radica en que no existe forma de curar a los sembradíos de las virosis.
    Los gastos aumentan porque deben fumigar más. “En nuestro caso, manejamos cultivos de jitomate indeterminado, con un gasto entre 120 y 130 pesos por hectárea”, añadió Gonzalo Sánchez.
    “De hecho, la siembra del tomate de cáscara ha dejado de ser redituable. Hemos pensado en la producción en invernadero, ya que las plantaciones no son afectadas por estos problemas ni usamos tanto agroquímico, mismo que puede contaminar a los alimentos”.
    Un factor en el aumento de incidencia del virus está en la enorme cantidad de hospederos (plantas silvestres) situados en caminos y cercos, pues esto hace factible que un hombre pueda llevar agentes a los cultivos.
    “Existe una maleza que hospeda al virus de la mancha anular del papayo, de manera que la aparición de esta enfermedad en dicha planta constituye un indicador de que habrá alta incidencia de afectación a cultivos como el jitomate y el chile”.
    José Luis Martínez consideró que otra causa en la aparición de la virosis radica en el excesivo uso de agroquímicos para combatir a la mosca blanca y otros insectos.

    Identifican a 12 virus
    El estudio del CUCBA fue realizado en la zona, pues consideraban que los cultivos mencionados eran afectados por virus transmitidos mediante la mosca blanca. Sin embargo, tales indagaciones demostraron que los síntomas no coincidían. “No dudamos que estén presentes, pero no ocasionan los daños actuales”.
    Aunque el trabajo consistió en buscar 17 virus, detectaron 12, mismos que son trasmitidos por pulgones y trips (dos grupos de insectos vectores con mucha importancia en este problema).
    De acuerdo con el especialista del CUCBA, es necesario que los productores estén organizados y establezcan un sistema de manejo integrado, sin marginar los diferentes niveles de tecnología, a fin de disminuir la actividad del virus. Este plantel podría apoyar dicho trabajo.
    “En 1987 efectuamos una campaña de control de virus en Autlán, Jalisco. En aquella ocasión, de tener 100 por ciento de incidencia, la reducimos a cinco”.
    Investigadores del CUCBA pretenden realizar este año un muestreo similar al efectuado en ocasiones anteriores, para ver cómo afecta la dinámica de los virus y los insectos.
    También efectuarán una selección de material resistente a los agentes, con colecciones silvestres del CUCBA.

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