Un encuentro con la cultura andina

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    Pocos países ofrecen paisajes tan contrastantes y extraordinarios como Perú. Una riqueza natural marcada por la cordillera de los Andes, la Amazonia y una costa bañada por el océano Pacífico.
    Invitado a la edición 19 de la FIL, Perú ofrecerá a través de su gente, escritores e intelectuales, artistas y artesanos, un testimonio de lo que la república andina ha sido y sigue siendo, una cultura cuyas raíces e historia tienen mucho en común con México.
    En esta sección Hacia la FIL, escritores, investigadores, intelectuales entrevistados por Gaceta Universitaria, comparten el regocijo de sentirse parte de la FIL con su asistencia y conversan acerca de su quehacer en la literatura, en la cultura actual peruana.

    Para conocer a José María Arguedas
    Fruto de muchos años de estudio, son las obras publicadas por Carmen María Pinilla. Una mujer que se ha dedicado a investigar la vida y obra de uno de los personajes peruanos más venerados por intelectuales y escritores: el antropólogo y literato, José María Arguedas.
    El diálogo se desarrolla en el lugar que ocupa la colección José María Arguedas de la Biblioteca central de la Universidad Católica de Lima, de la que Carmen María es la encargada desde sus inicios, hace tres años y medio. Nadie mejor que ella conoce el legado de Arguedas.
    Gracias al interés que hubo de parte del rectorado de esa universidad en rescatar la obra de quien escribió más de 400 textos, desde 1928, hasta el año de su muerte 1969, es posible esa colección: “que estaba diseminada. Un montón de cartas, que sabíamos que existían y que estaban en poder de diferentes personas, y que podían haberse perdido”. De ahí que se han ubicado escritos, documentos inéditos, que han sido archivados y publicados. “Hemos cumplido la tarea”, dice la académica mostrando todos los títulos de las obras de Arguedas que ahora se pueden consultar.
    Lo último lo acaba de publicar el Fondo Editorial del Congreso de Perú: ¡Kachkaniraqmi! ¡Sigo Siendo!, textos esenciales (2004), Arguedas y el Perú actual (2005), Lima, Casa Sur. Correspondencia entre J.M.A. y Juan Mejía Baca, editado por la Biblioteca Nacional del Perú.
    El año pasado se realizó un seminario internacional en torno a Arguedas explica Carmen María, “quisimos ver su importancia en el Perú actual. El resultado fue que tanto académicos nacionales y extranjeros, consideraron que Arguedas ha tocado los problemas esenciales como la discriminación, la separación de los grupos culturales que conviven en Perú, y que recorren al país desde siglos atrás”. Explica la dama que lo anterior quedó prácticamente demostrado en el informe de la Comisión de la verdad y reconciliación al señalar que detrás del terrorismo como el de Sendero Luminoso, está precisamente la indiferencia, la falta de reconocimiento hacia los grupos que conviven en el país. Algo por cierto que Arguedas vivió en carne propia, de ahí que su obra sea un llamado a que se reconozca el valor de la cultura autóctona, de la cultura andina.
    La estudiosa manifiesta que la obra de Arguedas no solo muestra los valores andinos, sino que invita a los peruanos para que no pierdan ese caudal tan importante de la nacionalidad. Una obra actualmente muy estudiada por antropólogos, sociólogos, etnólogos, psicoanalistas, psicólogos del mundo. Carmen María muestra las cartas ya publicadas de la psicoterapista a Arguedas, obra importante para entender lo que pasaba en el hombre que se dio un tiro en la cabeza en 1969, a los 59 años de edad.
    Arguedas representa la tensión que hay entre el mundo occidental y el mundo andino, y que él como mestizo peruano tuvo que afrontar desde muy pequeño. Nacido en la sierra, las investigaciones han permitido conocer datos desconocidos sobre la infancia del autor de Ríos profundos, como las notas en el colegio de la Merced, donde sufrió las primeras muestras de discriminación, esta vez por parte del director del plantel.
    Gracias al proyecto de rescate de las obras del autor de El zorro de arriba y el zorro de abajo, Pinilla viajó por toda la sierra descubriendo y publicando mensajes, y nos muestra las cartas entre una profesora y Arguedas, de quien se enamoró.
    Una de las cosas que lamenta la investigadora es que si bien se le ha dado todo el reconocimiento a la obra de Arguedas, este no se lee. Su importancia –como lo afirma Gonzalo Portocarrero-, es la de haber tendido el puente entre el legado cultural milenario de la sabiduría andina y “el juego de continuidades y quiebres que fundamentan las expresiones culturales del Perú contemporáneo”.
    Carmen María, participará en Guadalajara durante la FIL y hablará del tema del amor en la obra de Arguedas a la luz de las cartas que descubrió de Silvia Bustamante, primera esposa del escritor. “Quiero empatarlo con sus primeras lecturas, porque me parece que esta concepción del amor está influenciado por esas lecturas, ese romanticismo que le llega vía Víctor Hugo.
    Insiste en decir la documentalista en que Arguedas es el autor que más ha sabido explicar los problemas fundamentales del Perú desde hace siglos y que no han sido resueltos aún. “El expresó estos problemas porque primero los vivió, y tuvo la posibilidad de vislumbrar soluciones que hoy en día son precisamente las que plantean los multiculturalistas”.
    Así como Garcilazo de la Vega es el primer mestizo peruano, Arguedas es el del siglo XX, con una obra muy importante, acota la aplicada.
    México también está presente en el pensamiento de Arguedas, sobre todo cuando se refiere al mestizaje, encontrando muchas similitudes ya que en ambos países existieron grandes civilizaciones prehispánicas. La primera vez que Arguedas estuvo en México fue en 1939, cuando asistió como invitado al Primer congreso indigenista en Pátzcuaro, fascinado con el país, no tanto con los intelectuales, ya que sintió que lo ninguneaban –cita Pinilla-. Estaba encantado, consideraba que México había logrado un mestizaje armónico orgulloso con su pasado prehispánico, lo que no ocurría en Perú donde el mestizo todavía tenía que luchar por tener un lugar y un reconocimiento dentro de la estratificación en este país, donde la cultura dominante fue mucho más cerrada y sobre todo por el aislamiento que vivía la cultura autóctona. Esto último era una de las diferencias que notó entre los dos países. En México la geografía ayudó al mestizaje armónico, mientras que en Perú no sucedió así.
    Las semejanzas que encontró Arguedas entre ambos países fue la del fenotipo, pero lo que más le llamó la atención de México fue la mezcla cultural, ya que encontró en el arte popular mexicano muchísimas similitudes con las producciones artísticas del pueblo peruano, sobre todo de raíz andina.

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