Un caudal de incongruencias

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A la región de los Altos le urge agua pero, a pesar de ello, se le quiere arrebatar la poca que tiene para dársela a Guanajuato con el proyecto de la presa de El Zapotillo. Y para colmo de la insensatez, si en el futuro Jalisco quiere recuperar algo de ese líquido, el costo sería tres veces más caro. El proyecto será un negocio en el que habrá ganancias del 66 por ciento para empresarios particulares que manejarán las concesiones, y que tendrán que cubrir la gente, pagando mucho más caro el servicio. Así lo explica Juan Guillermo Márquez, presidente del Consejo Regional para el Desarrollo Sustentable (Conredes A.C.).

El especialista detalla que El Zapotillo despojará de la poca agua que tiene una región altamente productora de alimentos, con lo que se encarecerán sus precios, y para la cual se prevén precipitaciones escasas, no mayores a un promedio anual de 600 milímetros, y en la zona Norte de los Altos se determina una cantidad aún menor, de entre 300 y 450 milímetros.

Afirma que los estudios en los que respaldan el proyecto de la presa datan de hace 30 años y las condiciones actuales son distintas.

“El comportamiento de las precipitaciones en los Altos y por ende el caudal del río Verde es errático y resulta temerario calcular cuentas alegres, como lo hizo a conveniencia la Conagua. Pensar en un flujo continuo de 16 metros cúbicos es impreciso. Y menos cuando ha crecido el número de habitantes de los Altos y el sector agropecuario intensificó sus actividades. Además, han aumentado las extracciones de agua subterránea y han construido una serie de represas que contienen agua del río Verde”, indica el también vocal por la sociedad organizada ante el Consejo de Cuenca del Río Santiago.

Según el documento más reciente de disponibilidad anual de los 653 acuíferos del país, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 20 de diciembre de 2013, en los Altos existe un déficit de agua subterránea. Al respecto, Márquez  especifica que de los 14 acuíferos que hay en la región, 12 están sobreexplotados y sólo dos tienen disponibilidad de agua.

“La reserva que se hace de agua es aproximadamente de 492 millones de m3. En la actualidad se están utilizando en la región 757 millones”, explica.

“Es un documento oficial y eso demuestra que hay déficit en la región, y si es una región deficitaria, cómo es que  insisten en quitarle agua para llevarla a otra cuenca que tiene más agua”.

Recuerda que en el convenio de la presa de El Zapotillo, firmado en 2005, para uso público urbano, se consideran 1.8 metros cúbicos por segundo para los Altos, pero supeditados a comprársela al concesionario. Se trata de 120 millones de metros cúbicos para Jalisco y 46 millones para Guanajuato.

“La trampa está en que ellos tienen la concesión completa del caudal de esos 46 millones de metros cúbicos, más los 120 de Jalisco”.

Agrega que todo pinta para favorecer la participación de particulares en el negocio del agua.

“Con 3.8 metros cúbicos de concesión pretenden construir un acueducto de 100 pulgadas. Con eso se pueden llevar 9.3 metros cúbicos por segundo. En un escenario de escasez de lluvia pueden tener prácticamente toda el agua de la presa con ellos y Jalisco se quedaría terriblemente afectado en un escenario de sequía. No le llegaría agua por el Lerma para amortiguar consumo la zona metropolitana a través de Chapala, y no tendría río Verde”.

Dilación oficial
La diputada local, Celia Fausto Lizaola, critica los titubeos del gobierno de Jalisco e incluso considera que las autoridades están dejando pasar el tiempo a propósito, para que luego se orqueste la construcción de la cortina a 105 metros y con ello será imposible salvar al poblado de Temacapulín.

“Aquí hay una estrategia de dilación, que me parece grave, porque finalmente puede y está continuando la obra y esto debe detenerse”.

Señaló que ella sigue en contacto con los pobladores y recordó que en caso de que quieran elevar la cortina a 105 metros, el ejecutivo necesitará forzosamente el aval del poder legislativo.

Juan Guillermo Márquez critica que a las autoridades locales les falta firmeza para defender el agua de Jalisco: “No muestran fuerza. Hemos platicado con ellos y no se oponen a este atraco”.
Aclara que la postura de los alteños no es de capricho ni egoísmo, sino que simplemente el agua no sobra para darla a otras ciudades.

“Aquí lo grave es que la gente que está relacionada con el tema del agua, más parece ser un vendedor que un defensor de los derechos de Jalisco. Con una administración del agua bajo la tutela del Estado, se deben recuperar los costos eficientes de un agua potable. No debe haber utilidad, porque el agua es fuente de vida”.

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