No diga sexo diga botanero

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Guadalajara es la capital del sexo del centro-occidente de México. En los últimos 10 años en la ciudad se dio un aumento vertiginoso de lugares que ofrecen servicios sexuales, en particular table-dance, estéticas masculinas y antros gays.
“Ya no es como antes”, dice un mesero de un table (antes el Cabaret Zombie) de la calzada Independencia, y que tiene más de 30 años trabajando en este giro. “Antes, en los bules tradicionales había más dinero para nosotros, las chicas eran más baratas y había más cotorreo. Ahora nosotros vivimos de las puras propinas de los clientes”, agrega este señor de 60 años.
Sin embargo, en este corredor sexual, que confluye en San Juan de Dios, se puede encontrar sexo para todos los gustos y los bolsillos: desde antros, hasta bares “de mala muerte”, centros botaneros e incluso casas privadas, donde los precios pueden variar entre los 500 pesos y los 2 mil 500. Esta es una de las 43 zonas donde se ejerce la prostitución en todos sus niveles, ubicadas por un estudio del Instituto Jalisciense de la Juventud, realizado por el investigador Rodolfo Govela.

Crecimiento de la oferta sexual
En el número 24 de la Revista de estudios de género. La ventana, de la Universidad de Guadalajara, la maestra en Ciencias sociales, Briselda Olvera Maldonado, señala que los table dance empezaron a aparecer en México en los ochenta, pero su boom se dio en los noventa. En una investigación realizada sobre la ZMG, revela que en 2002 había cuatro centros nocturnos en Zapopan, 12 en Tonalá, 12 en Tlaquepaque y 58 en Guadalajara, por un total de 86 registrados en los padrones de licencias.
Para 2005, esta cifra aumentó a 107. Había 62 en Guadalajara, 18 en Tlaquepaque, 11 en Tonalá y 16 en Zapopan. Esta tendencia al alza, que empezó con los primeros gobiernos panistas, tuvo una liberalización mayor con la entrada en Guadalajara del PRI, refiere la investigadora de la Universidad de Guadalajara, Raquel Partida.
Aunque los ayuntamientos no proporcionaron información sobre cuántas licencias para table existen en la actualidad, con su investigación Partida detectó que sigue incrementándose el número de negocios para el comercio sexual, como antros, moteles y estéticas masculinas.
“Guadalajara se ha convertido en un polo de atracción para el mundo sexual, por el crecimiento de la metrópoli, su doble moral y por su actividad comercial e industrial, que atrae a muchas personas de afuera que alimentan el mercado de los table y de las escorts”.
Con una búsqueda en páginas de internet y blogs, se puede fácilmente ver cómo proliferaron las estéticas masculinas en la zona rosa de Chapultepec: en un radio de un kilómetro alrededor de la avenida principal, existen por lo menos una decena: 2 por López Cotilla, 2 por La Paz, 1 por Avenida México, 1 por Bernardo de Balbuena, 1 por Pedro Moreno y 2 por Hidalgo.
Josefina Cortés Gutiérrez, investigadora del Departamento de Sociología, del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), opina que “en el área metropolitana la regulación que han hecho los municipios de este tipo de antros ha permitido que proliferen centros con estos giros, donde se ejerce el comercio sexual”.
Muchas veces “el giro es venta de cerveza y de botanas, a partir de las seis de la tarde, pero no hay una reglamentación de si entran o no menores de edad, no hay una supervisión de qué se vende allí y de qué sucede en sus espacios. Porque ofrecer servicios sexuales no es permitido. Pero hay muchos huecos legislativos y hoyos negros en estos giros”.

A estudiar tubo
La doctora Raquel Partida, investigadora del CUCSH, dice que a la par de los antros hubo un aumento considerable de mujeres que entraron en el comercio sexual: “En particular en los table: los ven como un trabajo informal cualquiera, una opción laboral para mantenerse ellas y a sus hijos, porque muchas son madres solteras”.
También en este caso la oferta laboral es complementada con la profesionalización: en los últimos cinco años han surgido en Guadalajara muchas escuelas que ofrecen cursos de pole-dance, que incluye baile de tubo y baile de silla. En internet hay cuando menos una decena.
Body-fitness es una de éstas. Nació hace cinco años, explica Adriana, la propietaria y maestra, y actualmente cuenta con 40 alumnas: “Tengo desde chavas de 17 años hasta señoras de 45”.
El pole-dance es promocionado como una actividad física para eliminar el estrés y para fortalecer y modelar el cuerpo. Va acompañado en muchos casos con ejercicios de pilates y belly-dance, mejor conocida como danza del vientre. “Conmigo nunca ha llegado alguna chica que esté interesada en aprender para trabajar en un table, más bien son estudiantes y amas de casa”.
El costo por cada clase es de 90 pesos o 280 al mes. “¿Y tú, como aprendiste?” A esta pregunta se queda un poco desorientada. “¿En otra escuela?” “Sí…”, responde poco convencida: “en otra escuela”.

Negocio millonario
En México los bares, centros nocturnos y table dance generan cinco mil millones de pesos a la semana, de acuerdo a un estudio realizado este año por la Asociación Nacional de Bares y Centros de Espectáculos, y presentado frente a la Comisión Especial contra la Trata de Personas del Congreso.
Estos giros generarían 900 mil empleos directos, según el presidente de dicha asociación, Ismael Rivera, en 15 mil establecimientos que operan legalmente en el país. Sin embargo, especificó que detectaron aproximadamente 800 lugares que operan sin licencia y donde realizan actividades ilegales. El giro (legal o ilegal) es exitoso, y es de los pocos que no perderá dinero bajo ningún tipo de recesión económica. [

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