Mejor atención a los alumnos y calidad en los programas

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El Vicerrector Ejecutivo de la Universidad de Guadalajara, Miguel Ángel Navarro Navarro, inauguró el pasado jueves 14 de julio la “Tercera Jornada para la Gestión Académica de Coordinadores de Carrera (Licenciatura y TSU)” de la Red Universitaria, que busca mejorar la atención a los alumnos y la calidad de los programas de este nivel de estudios.
 


Navarro Navarro destacó la importancia de esta reunión, que permite a los 183 encargados de las 106 carreras en la UdeG conocerse e intercambiar experiencias exitosas de atención a los 100 mil estudiantes de licenciatura y técnico superior universitario.
 


Aseguró que la complejidad que supone la enorme cantidad de alumnos hace que la estructura académica sea también compleja, pues hay varias sedes que ofrecen las mismas licenciaturas, incluso algunas, como el caso de la carrera de Derecho, atienden hasta a mil jóvenes.
 


Navarro Navarro recalcó la necesidad de que los coordinadores de carrera estén actualizándose e interactuando de manera continua, pues son el primer contacto de los alumnos con toda la demás estructura de la Red Universitaria.
La aparente dispersión de la Red “hace que muchos tengamos que hacer lo mismo, estando relativamente desconectados por la distancia y por el quehacer del día a día, y necesitamos con mayor frecuencia juntarnos y saber qué estamos haciendo”, afirmó el Vicerrector Ejecutivo.
 


Estas jornadas se realizan cada año desde 2014 para encontrar y discutir las estrategias de mejora de los programas educativos de toda la Red, aseguró. Para esta edición se integraron 59 nuevos coordinadores que recientemente fueron nombrados por los rectores de cada centro universitario.
 


En el acto tomaron protesta los 34 miembros del Consejo Técnico de coordinadores de pregrado 2016-2019, un órgano consultivo, de apoyo y orientación para trabajo académico y administrativo de la Red, en pro de la calidad de sus programas académicos.
 


Patricia Rosas Chávez, titular de la CIEP, destacó que esta jornada busca lograr una planeación alineada en todos los niveles. En estos tres años de trabajo, los asistentes han buscado evaluar el nivel de internacionalización de las licenciaturas, además de homologar la información de las carreras que se muestra al público en los portales de cada centro universitario.


Innovación desde abajo
Los procesos de innovación en las universidades no pueden ser posibles sin tomar en cuenta a todos los actores administrativos, académicos y estudiantiles, coincidieron en entrevista los especialistas de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), David Rodríguez Gómez y Diego Castro Ceacero, quienes participaron en las conferencias magistrales de esta jornada.

“No podemos pensar en ningún proceso de innovación sin contar con las personas que forman parte de la propia institución, hablamos de no imponer nada, pues si la gente, si los profesionales no entienden por qué se está proponiendo ese cambio, esa posible mejora no irá a ninguna parte”, explicó Rodríguez Gómez, doctor en calidad y procesos de innovación educativa por la UAB.

Castro Ceacero, doctor en ciencias de la educación, afirmó que primero es necesario “sentir la opinión de los implicados, que sea un cambio viable, ajustable y posible”, y no implementar los cambios y luego involucrar a los actores institucionales como suele ocurrir, no sólo en México, sino en muchos más países.

Afirmó que cada institución académica debería estar atenta de manera permanente a identificar dónde y cuándo hacer los ajustes y mejoras necesarios en sus procesos académicos y administrativos.

En la era del conocimiento y la información es imposible pensar que una universidad pueda estar completamente a la vanguardia o “encontrar el hilo negro de la innovación”, pero sí es posible incorporar a su dinámica y estructura lo que ha funcionado bien en otras organizaciones, aseguró Rodríguez Gómez.

“No tiene sentido querer aplicar el funcionamiento de la Universidad de Oxford porque es la mejor del mundo, porque a lo mejor cuando yo lo llevo a mi territorio no me sirve, porque es la escuela dentro de un sistema, con ciertos profesores y un contexto, y cuando yo muevo estas variables, intentar copiar las demás es un riesgo, porque son diferentes”, añadió Castro Ceacero.

Los especialistas recomendaron a los universitarios de esta Casa de Estudio identificar dónde está, a dónde va y en qué tipo de universidad se quieren convertir. Esa decisión no debe venir sólo desde las autoridades sino desde los actores de más abajo.

También es necesario establecer las prioridades escuchando a agentes clave que saben cómo funciona cada ámbito. “Si yo quiero centrar mi universidad en la carrera del estudiante, tendré que escuchar a los coordinadores de carrera que son los que los acompañan o dan seguimiento, por ejemplo. No hace falta ir a buscar a otras personas ni copiar a nadie”, dijo Castro Ceacero.

“Una institución de educación superior debería caminar hacia el funcionamiento de una comunidad de aprendizaje. Hay un concepto que es partir de un sueño común, que involucre a todos los miembros de la organización, incluso los estudiantes y agentes socioeconómicos del entorno, de manera que permita hacer ese impulso conjunto de la universidad, porque sin ellos siempre habrá alguna cosa que no acabe de funcionar”, concluyó Rodríguez Gómez.

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