Manejo de cuencas

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    El investigador del Centro Universitario del Sur (CUSur), Ramiro Abarca Urquiza, fue uno de los participantes en la consulta pública de ordenamiento territorial de la cuenca de la laguna Zapo-tlán, en la que realizó diversas observaciones con la finalidad de lograr un mejor manejo de los recursos naturales.

    El ordenamiento territorial es un instrumento de política ambiental por medio del cual se regula el uso del suelo, con el objetivo de conservar, proteger, aprovechar o restaurar los recursos naturales de un área determinada.

    La consulta consistió en poner a consideración de la población la ubicación de las Unidades de Gestión Ambiental (áreas geográficas determinadas), y criterios y políticas de uso de las mismas, con el propósito de conservar, proteger o restaurar agua, flora, fauna, suelo, bosque y atmósfera de la cuenca de la laguna Zapotlán, reglamentando las actividades económicas con fines de sustentabilidad.

    “La propuesta que yo hice fue en el sentido de que se regule el uso del suelo en un radio de 500 metros en torno a los pozos de abastecimiento de agua potable para la población, que se acordara ordenarlos y reglamentar el uso de suelo, con la finalidad de evitar la contaminación del agua para uso y consumo humano”.​

    Puntualizó que el riesgo existe por los invernaderos que están alrededor de estas fuentes de abastecimiento de agua potable, por lo que es necesario que se regulen las actividades agropecuarias y saber qué tipo de fertilizantes se van a utilizar, si son orgánicos por ejemplo, y señala cuatros pozos a proteger: la Catarina 1, 2, 3  y La Nogalera, situado en la parte norte del municipio.​

    Dijo que el objetivo es evitar contaminar con insecticidas, herbicidas, fungicidas, fertilizantes (agroquímicos) y otras substancias químicas por las diversas actividades industriales, agropecuarias y de otros servicios en el entorno de los pozos referidos.

    “En la parte sur hay tres pozos y también cerca de ellos existen invernaderos, y no están reglamentados y no sabemos si se ha hecho alguna inspección sanitaria para ver qué agroquímicos están utilizando. Se están estableciendo  algunas industrias y se corre el riesgo de que si no se reglamenta a tiempo se va a contaminar el suelo y con esto los acuíferos”.

    Añadió que en caso de que sucediera, la contaminación del suelo es muy difícil de revertir, ya que son espacios complicados para tratar la filtración de lixiviados y químicos que impactan la salud, por lo que es necesario que la ciudadanía se involucre también en esta situación.

    “Esto es sumamente importante, toda vez que de contaminarse el subsuelo y por consecuencia el agua para consumo humano, esto podría verse reflejado en la salud de los habitantes en un mediano plazo, es decir, dentro de 15 o 20 años”.

    El académico dijo estar por lo pronto al pendiente de la publicación del decreto de ordenamiento territorial por parte de la Dirección de Ecología, para ver si fueron tomadas en cuenta sus observaciones.

    “En este semestre estoy pretendiendo formar un observatorio ciudadano para el cuidado del agua desde el CUSur, porque queremos estar monitoreando algunas actividades que se están dando y es parte del trabajo de la Universidad vincularse con el entorno”.

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