Los desviados caminos de la ética

1979

… una conducta ética no precisa que se crea en el cielo y el infierno.
Peter Singer

Cuando un político es deshonesto, una empresa contamina el ambiente o cuando alguien corre desnudo por la calle es común afirmar que hay una “falta de ética”, ya que ésta la relacionamos con los “buenos comportamientos”, que gozan de la aprobación social. Entonces se dice que un comportamiento es ético si refleja lo que aceptamos como bueno. En este mismo sentido las empresas se dicen “éticamente responsables” cuando sus acciones son amables con la sociedad o el medio ambiente; en los hospitales o escuelas se hacen listados de actitudes deseables llamados “códigos de ética” y, frecuentemente, al impartir o asistir a un curso de ética se espera aprender conjuntos de conductas encomiables. Pero en estas formas comunes de entender a la ética radica un importante error que conduce a desvirtuar su sentido y su comprensión, además de promover acciones contrarias a su naturaleza.

La ética es una disciplina filosófica y, como tal, su labor consiste en analizar creencias morales. Así por ejemplo, ante la creencia moral de que “no es correcto experimentar con embriones”, la reflexión ética se pregunta ¿por qué no es correcto experimentar con embriones?, pero además realizará un examen racional de las posibles respuestas a esta pregunta, buscará la mejor comprensión de los conceptos implicados y, si el resultado del análisis lo permite, adoptará una posición fundamentada sobre la experimentación con embriones. La meta última es lograr un criterio de acción fundamentado ante situaciones que generan un conflicto moral, por ello la ética ha sido reconocida como la rama práctica de la filosofía.

Pero la confusión persiste y, como intentaré mostrar a continuación, hay múltiples formas que manifiestan lo que la ética no es:

1. La ética no es moral. La moral se refiere a las creencias que tenemos sobre el bien y el mal y la ética se refiere al análisis racional de dichas creencias. 

2. La ética no es religiosidad. Los preceptos morales de las religiones puedes ser sometido al análisis racional de la ética; pueden ser materia de análisis pero nunca axiomas para hacer inferencias. El eticista podría prescindir de la religión.

3. La ética no es respeto irrestricto a la autoridad. Probablemente la única autoridad a la que debiera atender la ética sea la recta razón.

4. La ética no es ni relativa ni subjetiva. Ante la diversidad de posiciones en ética, habrá algunas que sean preferibles porque tienen mejor sustento que las contrarias. 

5. La ética no es lo mismo que las leyes. Las normas jurídicas también son objeto del análisis racional, pueden ser mejoradas, enmendadas o suprimidas.

6. La ética no es una adecuación a las leyes de la naturaleza. Las leyes de la naturaleza son fenómenos carentes de valor moral. No todo lo que ocurre en la naturaleza ofrece beneficios o es valorado como bueno por la humanidad. 

7. La ética no es listados o códigos. Los códigos de ética expresan conductas deseables por los integrantes de empresas, instituciones u hospitales. En ocasiones pueden ser el resultado de un análisis ético.

8. La ética no es sabiduría. Hay refranes, adagios o preceptos de la sabiduría popular que expresan formas que parecen aceptables sobre la manera en que conviene comportarnos, pero tienen la desventaja de que ante un precepto dado hay otro que se opone con la misma fuerza, y la contradicción es la manifestación de lo imposible en el ámbito de la racionalidad. 

9. La ética no es intuitiva. Dado que la ética analiza creencias sobre lo preferible, es común constatar que con frecuencia nos equivocamos cuando no reflexionamos o tomamos decisiones apresuradas.

10. La ética no es un asunto exclusivo de los filósofos. Si bien es una disciplina filosófica, la realidad es que todas las culturas, independientemente de la participación de filósofos, establecen preceptos morales o tiene códigos de conducta que lograrían sus objetivos de manera más justa si se soportan en la reflexión ética.

Pero más allá de lo dicho, los humanos nos vemos en todo momento obligados a decidir sobre nuestra propia vida o sobre asuntos de nuestra vida en comunidad, y nuestras decisiones serían mejores si se soportaran en el análisis filosófico de la moral, que es el asunto central del que trata la ética.

* Cuauhtémoc Mayorga Madrigal. Es Profesor Investigador adscrito al Departamento de Filosofía en el CUCSH. Jefe del Departamento de Filosofía. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores, de la Asociación Filosófica de México, de la Academia Mexicana de Lógica y del Cuerpo Académico de Lógica, Retórica y Teoría de la Argumentación. Autor del libro Factores etimológicos del desarrollo tecnológic

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