La ciencia del amor

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En México algo está pasando con los matrimonios. De acuerdo con el INEGI, en 1993 hubo 32 mil 483 divorcios, 45 mil 889 en 1998 y en 2008 fueron 81 mil 851. De éstos, casi el 68 por ciento se dan por mutuo consentimiento.
En Estados Unidos, dos tercios de los segundos matrimonios y tres cuartos de las terceras nupcias, fracasan. Es decir que, por más que le intentan, no consiguen mantener un conyugue por mucho tiempo.
Las razones para separarse pueden ser muchas. Pero, ¿será que llegamos a los matrimonios con pobres habilidades para mantenerlos? Bueno, pues al parecer la ciencia está llegando al rescate. Se ha comenzado a estudiar cómo la gente puede aprender a amarse uno al otro: por medio del compromiso y la comunicación, compartiendo aventuras, secretos, espacios personales y bromas es posible construir intimidad y amor con la pareja.

Mirar y enamorarse
En 1989 fue publicado un estudio (Kellerman, Lewis y Laird, 1989) pionero sobre cómo aprender a amarse. Kellerman y sus colaboradores mostraron que mirarse mutuamente a los ojos hizo que se gustaran más y que esto produce un rápido incremento en los sentimientos de aprecio entre completos extraños. Pero debemos de tener cuidado con este tipo de miradas. En todos los mamíferos una mirada fija e intensa suele interpretarse como amenaza.
Robert Epstein, un reconocido psicólogo de la Universidad de Harvard, ha trabajado este tema y está a punto de publicar un libro en el que describe sus investigaciones al respecto.
En ese libro expone una serie de técnicas que ha desarrollado para incrementar la intimidad: abrazarse y sincronizar la respiración de la pareja; mirarse profundamente a los ojos; mover los brazos uno de los miembros de la pareja, mientras el otro trata de imitarlo; dejarse caer de espaldas y esperar que el otro lo sostenga; compartir secretos, entre más íntimos mejor (Sprecher & Hendrick, 2004); escribir un pensamiento mientras el otro trata de adivinarlo; pararse uno frente a otro y acercarse poco a poco; acercar las palmas de las manos sin tocarse.
Él ha trabajado estas técnicas con sus alumnos y 90 por ciento de ellos reportaron mejoría en sus relaciones: entre un 3 a un 30 por ciento en tan solo un mes de haberlas usado.

Matrimonios arreglados
Epstein está en contra de la extendida idea de que enamorarse tiene que ver con fuerzas mágicas que nos ayudan a encontrar nuestra alma gemela, con la que tendremos una vida feliz por siempre y sin esfuerzo. Asegura que aprendiendo esa serie de técnicas podemos tomar control sobre nuestras vidas amorosas. Tal y como parece que sucede en India.
En India existe una práctica tradicional: los matrimonios arreglados. Ese país tiene uno de los índices más bajos de divorcio, probablemente porque al momento de casarse, a los novios se les da asesoría sobre cómo comportarse con su pareja.
Comparemos esto con lo que pasa ahí mismo: con los matrimonios que se casan cuando están enamorados. En un estudio publicado en 1982, Gupta y Singh usaron la escala Rubin de enamoramiento, que valora la intensidad del amor romántico, y encontraron que a las parejas que se casan enamoradas les pasa lo mismo que en occidente. Comienzan con un alto nivel de emoción, pero éste decae rápido. Pasa lo contrario en los matrimonios arreglados: comienzan con una intensidad de amor bajo y va subiendo a lo largo del tiempo.
Epstein y una de sus estudiantes, Mansi Thakar, analizaron a 30 individuos sujetos a matrimonios arreglados, provenientes de nueve países y cinco religiones diferentes. Encontraron que su sentimiento de amor a su pareja había crecido de 3.9 a 8.5 de 10 puntos posibles en un promedio de 20 años de convivencia.
Estos individuos identificaron 11 factores que les ayudaron a aumentar su amor, entre los que está el compromiso, buena comunicación, compartir secretos y la modificación voluntaria de la conducta propia, para acomodarla a las necesidades de la otra persona. También hallaron que ver a la pareja en un estado vulnerable (por enfermedades y accidentes) incrementó sus sentimientos.

Creando amor
Hay muchos otros estudios que contienen sugerencias interesantes sobre cómo enamorarse, de los cuales doy sólo una probadita: 1) Hacer algo excitante: ejercicio, andar de aventuras o exponerse a situaciones peligrosas (Aron y colaboradores, 2000); 2) Simplemente estar cerca de alguien, ya que eso genera sentimientos positivos; 3) Buscar a quien se nos parezca (Lee y colaboradores, 2008); 4) Hacer reír a la pareja (Lauer y Lauer, 1986); 5) Ejecutar acciones novedosas juntos (Strong y Aron, 2006); 6) Desinhibirnos, a lo cual una buena botella de vino ayuda mucho; 7) Ser amables, ya que tendemos a acercarnos a aquellos que son sensibles y atentos; 8) El compromiso es una parte esencial de la construcción del amor, ya que aquellos que no se comprometen tienden a interpretar negativamente las conductas de sus compañeros (Arriaga y colaboradores, 2006); 9) Al final, pero no en último lugar, tener sexo produce afectos positivos (Christopher y Sprecher, 2000). [

*Departamento de Neurociencias, CUCBA.

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