Fue sudar jugar y aprender

584

Los días en Papirolas 2017 transcurrieron como la vorágine que se vive en los últimos segundos de una justa deportiva cuyo resultado aún está por definirse. Niños y jóvenes contagiaron los pasillos de energía, tratando de descubrir los cambios que se producen en el cuerpo cuando se ejercita y aprendiendo todo lo que se requiere para ser un deportista de alto rendimiento.

La consigna fue mantenerse en movimiento: saltos, piruetas, andar en bicicleta, aventarse una cascarita futbolera con jugadores de los Leones Negros; aprender judo con Lenia Ruvalcaba; gimnasia con Brenda Magaña y hasta llaves y candados que practican rudos y técnicos sobre el cuadrilátero.

Entre los asistentes al festival creativo, que este año tuvo como lema “Con deporte, juega y aprende”, estuvo Jorge Íñiguez, de doce años de edad, habitante de la colonia San Andrés, quien por primera vez observó en vivo un juego de pelota, que solamente había visto en libros y en la televisión.

Jorge también participó con sus compañeros de primero de secundaria en un taller sobre biomédica, donde aprendió a medir sus signos vitales, como el ritmo cardiaco, que generalmente se acelera cuando juega futbol con sus amigos.

Grupos escolares y familias que acudieron al festival creativo, disfrutaron también de la gran diversidad de espectáculos y conferencias en los teatros Diamante y Gran Slam, así como en el Estadio Papirolas, donde hubo presentaciones de arte circense, música, danza, clown y exhibiciones deportivas.

Muchas de estas actividades también estuvieron dirigidas a niños con discapacidad visual o motriz, como es el caso de Elios Santillán, de once años.

“Realizó algunos lanzamientos con pelotas, tocó algunos instrumentos y trabajó con papiroflexia”, dijo Adriana Ríos, madre de Elios.

Esta edición del festival contó con la participación de más de ochenta y cinco instituciones públicas y privadas, treinta artistas, veinte atletas de alto rendimiento, setenta talleres y ciento sesenta y seis espectáculos.

Formando a la niñez de Jalisco

Papirolas celebró su vigésimo segunda edición, poco más de dos décadas en que los jaliscienses han podido ser parte de esta fiesta de la cultura, la creatividad y el conocimiento.

Es el caso de Kimberly Tovar, cuyos padres la llevaban a visitar Papirolas cuando era niña. Ahora hace lo mismo con su hijo Gohan, de tres años de edad. “Siempre me ha gustado, me acuerdo que era una de las cosas que yo esperaba cuando era niña, apenas se acababa y ya quería que fuera el siguiente. Me parece que es una de las cosas que se transmiten de madre a hijo”, señaló.

Durante la inauguración, Raúl Padilla, presidente del Comité Organizador de Papirolas y de la Fundación Universidad de Guadalajara, AC, destacó que el festival fomenta la creatividad y abona a la formación de la niñez.

Patricia Rosas Chávez, coordinadora de Innovación Educativa y Pregrado de la Universidad de Guadalajara, dijo que la formación integral de los niños no debe de ser un proceso que ocurra exclusivamente en los salones de clases, sino también en espacios culturales como Papirolas.

La directora del festival, Marcela García Bátiz, subrayó que con el tema del deporte como eje temático, se percibió una mayor participación de la población, y señaló que cada año se realiza un trabajo arduo para superar las expectativas de sus visitantes.

El secretario de Educación del gobierno de Jalisco, Francisco Ayón López, dijo que “Papirolas se ha consolidado como uno de los eventos culturales más importantes de Jalisco”, y resaltó su diversidad de actividades innovadoras.

     

La Red en Papirolas
El Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), principalmente los profesores y alumnos de la carrera en Cultura Física y Deportes, organizaron diversos talleres desde los cuales se promovió la actividad física.

En el pabellón “Mide tu energía”, los niños realizaron pruebas físicas para medir su flexibilidad, resistencia y agilidad.

De ahí salió —todavía sudando—, Mariana Guerrero de once años. Descubrió que pesa treinta y cinco kilos y mide ciento treinta y seis centímetros, y que puede hacer veinticinco abdominales en un minuto.

“Planeamos muchos talleres muy llamativos, como éste en el que estoy participando, aquí los niños practican juegos tradicionales como saltar la cuerda, el bebeleche y todo ese tipo de juegos”, dijo Victoria Romo, estudiante de cuarto semestre de la carrera de Cultura Física y Deportes.

También participó la comunidad del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI), que trabajó en tres distintos talleres. En uno de éstos, los niños de diez a doce años tuvieron la posibilidad de armar un robot futbolista y enfrentarlo con otros robots, además de convertirse en narradores del partido.

“Lo más divertido fue cuando en el micrófono me pusieron voces chistosas mientras narraba el juego de los robots, eran unas voces como de señor grande y otras como de caricatura”, contó Roberto Madrid, quien participó en el taller junto con sus compañeros de sexto grado de primaria Rafael Ramírez.

El Centro Universitario de la Costa (CUCosta) participó con un pabellón donde los niños pudieron hacer un recorrido virtual en bicicleta por los diferentes paisajes de Puerto Vallarta, desde sus montañas hasta sus playas, esto gracias al uso de tecnología en 4D.

En el pabellón de UDG Virtual los niños fueron parte de un torneo de Sumo-bot, en el que usaron sus habilidades para programar a su robot y enfrentarlo con otro en un ring japonés.

La Biblioteca Pública del Estado de Jalisco Juan José Arreola participó con la instalación de una Bebeteca, donde los padres de familia pudieron llevar a sus bebés desde los tres meses de edad, para compartir la experiencia de la lectura.

Aprender a soñar
Hay dos enseñanzas que los niños y jóvenes que asisten a Papirolas pueden aprender: que los sueños, por más altos que sean, pueden alcanzarse y que trabajar por éstos todos los días, es la única manera de hacerlos realidad.

Con ese par de ideas, el nadador mexicano Antonio Argüelles cerró la charla que ofreció a estudiantes de primaria y secundaria en el Teatro Diamante de Papirolas.

El nadador de aguas abiertas narró y mostró videos de sus hazañas en este deporte, sus travesías por el estrecho de Cook y el del Tsugaru, así como el haberse convertido en el primer mexicano y cuarto hombre en el mundo que cruza el Canal de Catalina (California), durante la temporada invernal, cuando el agua registra temperaturas bajas.

Argüelles también habló con los pequeños sobre su meta de completar el Ocean’s seven (Siete mares), un proyecto que consiste en completar siete nados de aguas abiertas alrededor del mundo, con un alto grado de dificultad.

Artículo anteriorEn llamas el hogar de las aves
Artículo siguienteTransporte incluyente