El peso del aire

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Las anécdotas sobre cómo los promotores culturales de la ciudad han luchado contra los molinos de viento de la burocracia, se cuentan por cientos, y tal vez miles. Van desde la del director de cultura municipal que tiene que explicar su política cultural a los miembros de una comisión de adquisiciones, hasta la cineasta que inicia el rodaje de su película, apostando por realizarla en su estado, sin contar con apoyos oficiales concretos o confiables.
El desarrollo cultural del estado encuentra su mayor obstáculo ahí donde los presupuestos gubernamentales están sujetos a criterios poco claros y a proyectos inmersos en coyunturas.
El ejemplo más claro de lo volatilidad de los presupuestos es el recorte que sufrió la Secretaría de Cultura para 2010 y que representó un 45 por ciento con respecto al aprobado para 2009, aunque el titular de la Secretaría de Cultura de Jalisco (SCJ), Alejandro Cravioto, señaló que si toman en cuenta el presupuesto ejercido (580,823,541 millones de pesos) y no el aprobado (453,594,480 mdp), el recorte es de “sólo” de 10 por ciento.
¿Es posible tal disparidad de criterios para elaborar proyectos? Esta característica presupuestal parece confirmarse al aplicar la lupa a la más reciente comparecencia de Cravioto ante la Comisión de cultura del Congreso del Estado. En ésta el funcionario reconoció que hubo subejercicio de recursos destinados a los proyectos anunciados a principios de la administración del gobernador Emilio González, como el de las Vías verdes, ya que durante 2009 se obtuvieron 40 millones de pesos para tal fin, de los cuales el gobierno federal aportó 20 millones, pero a causa de “restricciones presupuestales” dejaron de ejercer 10 millones.
¿Falta de planeación? Alejandro Cravioto respondió así a la pregunta sobre cómo afectará el recorte el trabajo de la secretaría a su cargo: “Tenemos que hacer un trabajo de planeación y priorización de proyectos. Habrá algunos que reducirán sus objetivos y alcances, pero los estratégicos y prioritarios, saldrán”.
Durante 2009 el capítulo 1000 del presupuesto de la SCJ, correspondiente a servicios personales, que incluye los salarios de los trabajadores de la dependencia, ejerció 143,662,640 millones de pesos. Para 2010 tiene aprobados 151,283,470 millones de pesos. Este incremento incluye los recursos para la creación de 100 nuevas plazas dentro de la SCJ, para atender las necesidades de las 18 casas de la cultura y 18 museos que abrieron sus puertas durante el año pasado.
Cravioto Lebrija afirmó durante su comparecencia ante la Comisión de cultura del Congreso del Estado, que lo no justificable “es tener y abrir plazas por abrirlas”, y se comprometió a justificar cada una de las 100 plazas que pretende abrir este año.
Otras partidas del presupuesto estatal de cultura no resultaron beneficiadas con un incremento. Con algunas la tijera fue más pródiga. Como con la 4000, correspondiente a “Transferencias, subsidios y subvenciones”, que representa los apoyos estatales a la creación y los eventos culturales. De esta manera se dan casos como el de los sitios arqueológicos del estado, que no tienen asignado presupuesto estatal (El Informador, 24/02/2010), cuando durante 2009 ejercieron 10 millones de pesos. Durante el mismo año se gastaron 75 millones de pesos en el “programa de manejo” exigido por la Unesco para declarar al paisaje agavero, Patrimonio de la humanidad.
No sólo a nivel estatal el presupuesto público regatea su apoyo a la cultura. Después de que el cabildo aprobara dar un apoyo económico por un millón y medio de pesos al largometraje Fecha de caducidad, de Kenya Márquez, la Comisión de hacienda del ayuntamiento de Guadalajara no llegó a un acuerdo acerca de dónde provendría dicho aliciente. Y dejó en el limbo el vital respaldo económico a un proyecto que, en palabras de la productora Cecilia Márquez, ha dejado una derrama cercana a los 10 millones de pesos, gracias a la movilización en hoteles, transporte y servicios de restaurante.
La discusión surgió en torno a si el dinero para el apoyo al largometraje debería provenir de la partida de “Otros subsidios” o del presupuesto de Promoción Económica. Con la objeción de la regidora panista Cristina Macías, el punto se retiró del orden del día y al cierre de esta edición el apoyo no había sido otorgado para este rodaje que ha empleado a tapatíos en el 90 por ciento de su equipo de filmación.
La productora Cecilia Márquez reafirmó ante esta situación la postura que la directora Kenya había mostrado ya: las autoridades no comprenden que a mayor apoyo a proyectos culturales, más será la proyección de la ciudad y el estado y mayor la atracción de inversión hacia éstos.
Si la comunidad cultural desea conocer a detalle en qué y para qué se gastará el presupuesto estatal de cultura, habrán de esperar a mediados de marzo, cuando la secretaría estatal del ramo presente con más detalle el plan de egresos del año en curso. Por el momento quede en la memoria lo expresado por el diputado Raúl Vargas, integrante de la Comisión de cultura del Congreso del Estado, ante el informe de seis hojas presentado por el secretario Alejandro Cravioto: “Aquí se ve el peso que el gobierno estatal da a la cultura”.

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