Cosecha semanal

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    Los juegos olímpicos sirvieron, entre otras cosas, para evadir un poco nuestra atención, frente al televisor, de asuntos seguramente más importantes: el grave tema de la seguridad, el conflicto —¿o será crisis?— en la Universidad de Guadalajara, la consulta sobre la reforma energética. Pero se acabaron las olimpíadas y quedan varias cosas para el anecdotario: En el deporte más popular de México ni siquiera clasificamos para participar y en uno muy poco difundido y comprendido somos potencia mundial. Tal vez nos deberíamos dedicar a formar taekwondoínes (¡qué palabreja!) igual a como Jamaica forma corredores de velocidad. Así la cruda postolímpica tal vez sería menor. Por cierto, llamaron la atención las palabras de un resentido y envidioso, Carl Lewis, en las transmisiones de televisión, quien insistía en que Jamaica debería “transparentar” sus entrenamientos para que supiéramos cómo le hacen, insinuando que podría haber algo ilegal involucrado. Claro, con la fama de los jamaiquinos… Y, por cierto, también sorprendió la noticia de que los campeones de la transa olímpica resultaron ser… ¡cuatro caballos! que al ser sometidos al antidoping salieron reprobados. En cuanto a las transmisiones de televisión abundó el sentimiento de pena ajena, sobre todo en las secciones cómicas de las dos televisoras, pero la medalla de oro en cursilería se la llevaron las lágrimas del comentarista de TV Azteca Antonio Rosique al reseñar la medalla de Guillermo Pérez en Taekwondo. En cuanto a eso de no saber perder, dos joyas: un competidor que hace berrinche y arroja al suelo su medalla de bronce y otro —cubano, en este caso— que se descuenta al árbitro de una patada porque no le gustó el veredicto. Para terminar, un caso no olímpico pero en el que se podría haber ganado medalla de oro en ignorancia geográfica: se perdieron 15 millones de pesos que serían destinados al mejoramiento de la isla de Mezcala, porque los diputados federales de la Comisión de Cultura (¡!) pusieron mal su ubicación: la colocaron en Guadalajara y no en Chapala.

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