Chile la estrella de la FIL

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La Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) es una ventana mundial para diferentes culturas que han exhibido su literatura, música, fotografía y gastronomía. Por segunda ocasión la tierra de Gabriela Mistral y Pablo Neruda será el invitado de honor de la feria de libro más importante de habla hispana.
Más de dos mil familias chilenas radican en Jalisco y otros estados de la república mexicana, como Zacatecas y Colima. Algunos de los que encontraron su residencia en Guadalajara, entre ellos exiliados a raíz del golpe de Estado perpetrado por Augusto Pinochet, hablaron con La gaceta sobre las coincidencias y diferencias de su país con la nación donde radican actualmente. La principal casualidad, que podría considerarse fortuna, es que en ambos países se habla el mismo idioma, poseen un pasado colonial marcado por la presencia española y coinciden en el año y mes de su independencia (16 de septiembre de 1810 en México y dos días después en Chile).

Voltear al sur
“Estar en la FIL para Chile es un logro y una posibilidad de exponer su cultura. La feria te da esa oportunidad y para nosotros siempre es importante que venga nuestro país, porque podemos propiciar diálogo”, comenta la maestra Gladys Lizama Silva, investigadora del Departamento de Estudios Sociourbanos, del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH).
La académica considera que poco se conoce de Chile en México. Detalles como que en el país del sur existe una proliferación del mariachi y de la canción ranchera desde hace muchos años, son desconocidos aquí.
“Creo que hay más presencia y muy fuerte de la cultura mexicana en Chile, que la de mi país en México. Además, no hay chileno que no sepa quién es Cantinflas. Por eso creo que no hay un equivalente de la cultura chilena en México”.
En cuanto a la literatura, los premios Nobel como Pablo Neruda y Gabriela Mistral, además de haber vivido en México, tienen una fuerte presencia en el país.
En consideración de que la geografía influye en el carácter de la gente, Lizama Silva explicó que Chile fue un país aislado por cientos de años. Por el contrario, México, al ser un país con ubicación central, puede conectarse con el norte, sur, Europa y Asia.
“La ubicación geográfica de México es privilegiada. Considero que ningún mexicano se siente aislado, en contraste con Chile, en donde pensamos que el mundo estaba detrás de la cordillera y al otro lado del océano Pacífico”.

Relación chileno-mexicana
El cónsul honorario de la república de Chile en Guadalajara, Sergio López Rivera, recordó que en 1999, cuando Chile también fue invitado de honor en la FIL, el suceso se convirtió en un detonante importante que colaboró a fortalecer las relaciones entre los dos países. En ese tiempo llegaron a México una gran cantidad de personas de Chile, que se encuentran en las industrias y comercio de importación de vinos, por ejemplo.
Sin embargo, insistió en que en México poco se conoce de Chile. “Pienso que aún no se conoce mucho en un nivel generalizado, sobre la cultura chilena. Sí se han abierto las situaciones de conocimiento entre ambos países y en especial con Jalisco, pero hace falta no voltear tanto hacia el norte y fijarnos que en el sur nos quieren mucho, aunque entendemos la fascinación por la cultura estadunidense, pero que eso no impida conocer el sur”.
Chile, en la época de la colonia, era una región relativamente abandonada, relata el cónsul. Hoy se han convertido en los segundos exportadores de salmón, así como en exportaciones de frutas, vinos y productos madereros, entre otros. Además, en Guadalajara se expide un gran número de visas a estudiantes mexicanos para viajar a Chile.
López Rivera destacó que “en áreas como la pintura y en la literatura se han dado las grandes aportaciones de Chile a México. Su palabra escrita y su cultura a través de la pintura ha sido trascendental”.

Murales con dos pueblos y dos patrias
“Son dos pueblos y culturas distintas, pero hermanas, con similitudes principalmente en aspectos familiares. Grandes literatos y personajes como Salvador Allende, así como la mezcla de las dos culturas son ideas que plasma en sus obras”, dijo el maestro José Pedro Sau Sierralta, académico de la Preparatoria 2, de la Universidad de Guadalajara y del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD).
Como artista, ve al pueblo mexicano con muchas similitudes a su tierra natal. “Veo a México muy abierto, alegre, pero con muchos problemas y un pueblo que sigue adelante. Y a la vez, Chile es un pueblo que ha sido muy golpeado por los acontecimientos”.
Los exiliados chilenos que llegaron a Guadalajara durante los años de la dictadura de los años setenta, comenzaron con una cultura que actualmente vive y que intenta transmitir en su obra, relata Sau Sierralta. “Con una escuela muralista que a mí me ha dado la pauta para fusionar el arte de estos dos pueblos, mis dos patrias. Agrego a mi obra el tema social, pero sin panfleto político. Un mural que muestre la magia, alegría y color de nuestra cultura, así como una realidad, no que se sufre, sino que se acepta y se vive con ella”.

Cultura en el paladar
A través de sus vinos, Chile ha logrado promover su cultura, pero es a través del paladar la mejor manera de conocer otra cultura, consideran María Graciela Blanco Baeza y su esposo Fernando Gálvez, quienes aunque no son exiliados, representan a esa generación de chilenos con la vida partida.
Dueños del restaurante Puro Chile, tienen 27 años de radicar en Guadalajara, desde donde ven a su país a la distancia y con nostalgia.
“Es un tema un poco sin acabar, porque nos vimos forzados a salir, no por exilio, sino por un tema económico. No resistimos una crisis económica y de arquitectos nos transformamos a comerciantes del calzado. De ahí, México nos fue atrapando y nos ha logrado retener, porque este es un país entrañable”, comenta Graciela.
Para ella, temas como religión y vida familiar son coincidencias entre las dos naciones, a pesar de que México conoce poco a Chile. “Hay como una actitud del hermano mayor indulgente hacia otro hermano, pero que en México lo conocen poco”.
De ahí nació la idea del restaurante. “Hacer un lugar para invitar a la gente a nuestra casa, para mostrarles nuestra gastronomía, la cual no tiene las raíces que tiene la mexicana. La nuestra se dio a través de la síntesis de muchas culturas, como la española, inglesa, alemana e incluso italiana. Nuestra gastronomía es muy especial y nuestra. La mejor forma de conocer otra cultura es invitándolo a tu mesa. La comida es una forma de interacción personal y es mi manera de relacionarme con los mexicanos”.
El restaurante es un lugar de encuentro de muchas familias chilenas que añoran épocas, sabores y olores. “Creo en la comida que tiene raíz, que representa algo y cuyo olor te lleva a recordar experiencias. Con especies típicas, como el comino, orégano y paprika, se genera un olor a casa chilena muy vivo. Personas se han sentado aquí, y al oler el plato se les caen las lágrimas”.

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