4 años después

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Cuatro años pasaron. Hay otro gobernador en el estado de Jalisco. En la Comisión Estatal de los Derechos Humanos también cambiaron de presidente. Los jefes policíacos son otros. Hay cambios, pero también memoria.
El 28 de mayo de 2004 partieron de la Minerva de Guadalajara cuatro mil manifestantes de diferentes grupos: los electricistas, ancianos, maestros, ecologistas, anarquistas y alter mundistas, gritaron su repudio al sistema neoliberal.
Después, los gritos callaron. En el cruce de Juárez y 16 de Septiembre un grupo de manifestantes se confrontaron con policías. Comenzaron las detenciones en las calles, bares y paradas de camiones. Los jóvenes que pasaron la noche en los separos contaban sus historias: “Los derechos humanos aquí salen bailando, así nos decían los policías”; “Nos dijeron: aquí no tienen derechos, ya se los llevó la verga, aquí ya están en nuestras manos”. Los elementos policíacos de la Secretaría de Seguridad Pública obligaron a las mujeres a desnudarse y hacer sentadillas.
Ciento once jóvenes fueron llevados a los separos policíacos, 62 fueron liberados esa misma noche porque no había cargos en su contra ni delito que perseguir. Sin embargo, 45 jóvenes fueron trasladados al penal de Puente Grande y 4 menores al tutelar. Todos los jóvenes procesados salieron del penal, pero continúan sus procesos por delitos como pandillerismo, motín y desacato a la autoridad, entre otros.
Humans Rigths Watch, Amnistía Internacional y La Liga Mexicana de Derechos Humanos, reprueban los hechos de tortura del 28 de mayo. Arcadia Lara, del Centro de Derechos Humanos del 28 de mayo, señaló que es necesario “no olvidar que hasta ahora el ejecutivo federal, el gobierno estatal, las comisiones Nacional y Estatal de los Derechos Humanos, el poder legislativo federal, no han sido capaces de llevar a cabo una investigación seria y objetiva para deslindar responsabilidades y castigar a los responsables”.Â
Jorge Gastón, investigador de la UdeG, sostiene la hipótesis de que hubo infiltrados que provocaron la violencia con el fin de desacreditar las movilizaciones sociales. Destacó que ninguna de las personas ubicadas como agresores a los policías o a los comercios del centro de Guadalajara durante los enfrentamientos de la marcha fueron detenidos, y a los jóvenes que fueron llevados presos los detuvieron en las redadas en la calle.
A cuatro años del 28 de mayo no se ha abierto ninguna investigación para responsabilizar a las autoridades involucradas en los actos de tortura. Los activistas le apuestan a la memoria. Este miércoles 28 de mayo habrá una manifestación que saldrá desde la Comisión Estatal de Derechos Humanos, y otra marcha de estudiantes del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades, que partirá desde la Normal; ambas confluirán en la Plaza de Armas.

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