
Profesores con décadas de trayectoria y alumnos de nuevas generaciones comparten su visión sobre el legado y futuro de la institución
La Universidad de Guadalajara celebra un siglo de historia, un recorrido marcado por la transformación social, tecnológica y educativa de México. En este aniversario, las voces de quienes la conforman —profesores con larga trayectoria y estudiantes de nuevas generaciones— coinciden en una certeza: la UdeG es un espacio de igualdad, orgullo y oportunidades que trasciende generaciones.
Para Noé Ortega Sánchez, profesor del Departamento de Ciencias Computacionales, los momentos más valiosos de su carrera no están en los reconocimientos oficiales, sino en el agradecimiento de sus estudiantes.
“Creo que puedo decir que es más significativo cuando los alumnos reconocen que uno está haciendo un buen trabajo”, expresó. Su palabra para describir a la UdeG en el centenario es orgullo: “Orgullo enfocado en la calidad de los profesionistas que egresan, porque a pesar de los retos seguimos formando profesionales competitivos a nivel internacional”.
Por su parte, Juan José Raygoza Panduro, investigador del Departamento de Ingeniería Electro-Fotónica, ve en la institución un pilar de equidad social.
“La permanencia de una universidad pública en el estado es un acto de igualdad social. Garantiza que los jaliscienses tengan acceso a la educación media superior y de posgrado”, afirmó. Raygoza fue parte fundamental en la creación del primer posgrado reconocido por el Conacyt dentro del padrón de excelencia.
El académico Juan José López Cisneros, del Departamento de Ciencias Computacionales, ha visto cambiar el perfil de los estudiantes durante sus 21 años de trayectoria.
“La principal diferencia entre los de antes y los de hoy son las estrategias de búsqueda y la tolerancia a la frustración”, comentó el también maestro en Tecnologías para el Aprendizaje por la Universidad de Guadalajara.
Edwin Christian Becerra Álvarez, investigador del Departamento de Ingeniería Electro-Fotónica, comparte esa visión, pero la aborda desde la innovación.
“Cada semestre mi clase es diferente porque las generaciones también lo son. Siempre integro nuevas herramientas; recuerdo cuando metí la Raspberry Pi apenas un año después de su lanzamiento”, relató.
Para Gina Castorena, estudiante de la maestría en Computación, el centenario representa un logro histórico.
“Me hace sentir feliz, porque antes las mujeres no podían estudiar. Tener hoy esta oportunidad sigue siendo algo muy padre”, expresó, destacando además “las conexiones y ferias de empleo que abren muchas puertas”.
Daniela Dives, estudiante de la misma maestría, comparte que “se siente un privilegio, porque hace 100 años casi nadie tenía la oportunidad de estudiar”.
Para Yukitaro Kono, alumno de la maestría en Electrónica, la relación con los docentes es parte esencial de la experiencia universitaria. “Hay maestros con tanta pasión que te orientan incluso en lo personal. Eso también es parte de lo que aprendemos”, señaló.
Regina Rivas, estudiante de maestría en Electrónica, imagina una universidad más equipada para la investigación: “Con más laboratorios para recibir a más alumnos interesados en investigar”.
Elías Coronado, quien retomó sus estudios después de siete años, percibe esa evolución con optimismo: “Hoy hay más oportunidades en el área de investigación que hace 10 años”.
A cien años de su fundación, la Universidad de Guadalajara reafirma su esencia: ser un espacio donde aprender también significa transformar vidas.
Este contenido es resultado del Programa Corresponsal Gaceta UdeG que tiene como objetivo potenciar la cobertura de las actividades de la Red Universitaria, con la participación del alumnado de esta Casa de Estudio como principal promotor de La gaceta de la Universidad de Guadalajara.
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