Las Michi no Eki (estaciones de carretera) de Japón han evolucionado más allá de ser simples áreas de descanso, convirtiéndose en centros multifuncionales que integran desarrollo regional, seguridad vial y gestión de desastres. Según el Ministerio de Tierra, Infraestructura, Transporte y Turismo de Japón, desde su institucionalización en 1993 se han establecido más de mil 200 estaciones en todo el país, desempeñando un papel importante en la economía local, el fomento del turismo y como puntos estratégicos de protección civil.
El concepto básico de las Michi no Eki se centra en tres funciones integradas: 1) La de descanso que apoya la conducción segura; 2) la de información comunica a los visitantes las atracciones turísticas y los productos locales; y 3) la de vinculación regional, que impulsa la economía mediante la venta de productos agrícolas y artesanales, así como la realización de eventos comunitarios.
Cabe señalar que, en años recientes, se ha dado mayor énfasis a la función de protección civil, con instalaciones que cumplen roles de refugio y distribución de suministros durante emergencias.
La normativa japonesa establece que para ser reconocida oficialmente, una estación debe contar con requisitos básicos: 1) estacionamiento gratuito; 2) baños públicos disponibles las 24 horas; y 3) espacios de información accesibles al viajero. A estos servicios obligatorios se suman otros deseables como: 1) puntos de recarga para vehículos eléctricos; 2) áreas de exposición cultural y oficinas de turismo; y 3) instalaciones comerciales y de restauración.
Además, las estaciones se planifican con una lógica de red: se recomienda que estén distribuidas aproximadamente cada 20 a 30 kilómetros en las principales carreteras, garantizando conectividad y accesibilidad para todos los conductores.
Este esquema normativo claro, impulsado por el gobierno japonés, ha permitido que el modelo se consolide no solo como servicio vial, sino como infraestructura estratégica de cohesión territorial y desarrollo regional.
En México, los Paradores turísticos, surgidos en los 70 para fomentar el turismo carretero, carecen de un marco normativo uniforme y no conforman una red sistemática. Aunque muchos ofrecen restaurantes, artesanías y áreas de descanso, la calidad y los servicios varían según la administración, funcionando a menudo como iniciativas aisladas. Esto contrasta con las Michi no Eki japonesas, cuyo concepto incluye:
- Impulso a las MiPymes y productos locales
Establecer espacios de venta para productores locales y artesanos (textiles, cerámica, alimentos tradicionales, quesos, miel, café, frutas locales), generando oportunidades de empleo y acceso a mercados más amplios.
Complementar con programas de capacitación, asistencia financiera y créditos accesibles para fortalecer la autonomía económica de pequeños empresarios.
- Fomento del turismo y circulación económica regional
Diseñar rutas turísticas que conecten las estaciones con atractivos culturales y naturales, promoviendo la diversificación económica de las regiones.
Implementar eventos y talleres que garanticen que el gasto turístico beneficie directamente a la economía local.
- Conectividad y cohesión territorial
Ubicar las estaciones estratégicamente en corredores carreteros, fortaleciendo la integración entre regiones rurales y centros urbanos.
Mejorar la movilidad de personas y mercancías, apoyando la logística local y generando redes de intercambio económico.
- Operación sostenible y colaboración público-privada
Gestionar las estaciones mediante modelos de colaboración entre gobierno, MiPymes y sector privado, asegurando sostenibilidad financiera y eficiencia operativa.
Combinar apoyos federales y estatales con inversión privada para garantizar mantenimiento, personal y seguridad.
- Valor añadido en protección civil y resiliencia regional
Funcionar como refugios y puntos de distribución de suministros durante emergencias, contribuyendo a la resiliencia de comunidades y negocios locales.
Aplicación en México
La introducción de un modelo similar en México podría tener un impacto significativo en el desarrollo regional, alineándose con los objetivos del Plan México de apoyo a MiPymes y el fortalecimiento de la economía local. De este modo, estas estaciones podrían convertirse en infraestructura estratégica para el desarrollo sostenible, integrando seguridad, turismo, comercio y resiliencia comunitaria.
Este modelo ofrece a México la oportunidad de crear nodos económicos y sociales que conecten transporte, producción y comunidades de manera efectiva, siguiendo un esquema probado en Japón que combina cercanía territorial, servicios obligatorios y visión de largo plazo.
TEXTO: Taku Okabe, Profesor-investigador, CUCEA; Daniela Lizeth Sandoval Guillen, Egresada de la licenciatura en Gestión y economía ambiental, CUCEA.