martes, noviembre 25, 2025
martes 25, noviembre, 2025

De paseo por el bosque urbano de CUTlaque

El Club de senderismo ofrece a sus participantes no solo la oportunidad de caminar y conocer los alrededores del centro universitario, sino también encuentros inesperados y el asombro del contacto con la naturaleza 

Foto: Carlos Omar Figueroa Pérez

El “Bosque Urbano”, antes conocido como Parque Metropolitano del Cerro del Cuatro, es un lugar que ofrece un sinfín de posibilidades: correr por las tardes, caminar con mascotas, ejercitarse en sus múltiples canchas y hacer senderismo, el arte de conectar con el ambiente y reconocerlo por completo. Aquí uno se siente en paz y con asombro ante todo aquello que ignoramos en el día a día.

Viernes 7 de noviembre

El club de senderismo nace después de tiempo de estarlo pensando. Los docentes que dieron pie a esta actividad son Ricardo Guirado y Emmanuel Hernández, quienes además de guiar el recorrido explican más a fondo el territorio del CUTlaque que se recorre en cada sesión de este club. La idea es que sea un espacio de diversión, fuera de las obligaciones del día a día, y motive a los estudiantes a seguir asistiendo a cada sesión. Fue gracias a la invitación del coordinador, Emmanuel, fue que nació la intriga de ir al club de senderismo.

Miércoles 12 de noviembre

Foto: Carlos Omar Figueroa Pérez

El día tan esperado al fin llegó, puntual a las 17:30 horas como lo marcaba el flyer de Instagram. La tarde es acogedora, fresca, pero no con ese aire que te hiela hasta los huesos, sino que te colorea las mejillas al pasar mucho tiempo envuelto por la vegetación del CUTlaque. Ese color que resalta con la luz de la puesta del sol confirmaba, una vez más, que el momento había llegado. Varios alumnos estaban sentados en las bancas, algunos con mochilas, algunos con botas, otros solo con tenis cómodos, pero la mayoría con algo de nerviosismo y otros cuantos con entusiasmo. 

“Les va a gustar mucho, el sendero es súper tranquilo y verán muchas cosas que les gustarán”, nos dijo con entusiasmo Michelle Castro, una de las chicas que ha ido a varias sesiones del club, haciéndole honor a su licenciatura, la de Turismo. Luego el corrdinador, Ricardo Guirado, dio la señal de salida. “Vámonos chicos, hay que aprovechar que aún no es tan tarde. Realizaremos el mismo recorrido que en sesiones pasadas”. 

Todos comenzamos a caminar saliendo del edificio principal hacia las canchas de fútbol, por el sendero inclinado, la recién bautizada “colina”. De inmediato se formaron grupos de amigos. Todos charlando, riendo o tomando fotos, mientras los profes no hacían más que sonreír con lo poco o mucho de las pláticas que alcanzaban a escuchar.

Foto: Carlos Omar Figueroa Pérez

En la primer vuelta que dimos, pudimos avistar un caballo adulto color marrón a lo lejos, pero antes de terminar la frase: “Mira el ca…”, éste se había convertido en tres caballos más, que a lo lejos ofrecían un degradado de tonos cafesosos: el primero que vimos, de pelaje marrón oscuro total, el segundo, de un tono crema pero con profundidad sobre su lomo y barriga, gracias al color negro que se difumina perfectamente entre las dos tonalidades; y el último color crema a excepción de su cola y su cabellera, oscuras ambas. Ahí la indicación del maestro Emmanuel fue clara: “No hagan ruido, ni movimientos bruscos. Solo caminen por la otra orilla”, mientras con las manos parecía estar imitando a un agente de tránsito hasta asegurarse de que todos hubiésemos pasado.

Continuamos por la ruta marcada por los maestros, y cada vez era más chistoso ver cómo nos asombraba cada pequeño detalle del entorno, desde la piedra en forma de perro hasta lo lejos que se veía CUTlaque cuando más avanzábamos. Y es que no era para menos, nos impresionaba ver cómo cada costado del sendero se iba coloreando por las flores silvestres que crecen ahí, de un morado tan perfecto gracias a las quiebraplatos, que lucen como pequeñas campanitas de color intenso, colgando de los árboles. O las pequeñas flores amarillas de temporada que siempre me hacen recordar a los girasoles: una combinación de colores que resaltaban con el azul del cielo que nos envolvía. Un asombro que provocaba la risa de los veteranos del club.

Foto: Carlos Omar Figueroa Pérez

“Esperen chicos, vengan, queremos que vean algo justo aquí, además el doctor Ricardo dará una breve explicación” dijo el profesor Emmanuel. Llegamos a un lugar que tenía una especie de barda de piedras de la que asomaban algunas plantas, pero al acercarnos pudimos ver que era una parte del terreno, pero lucía más abajo, como una especie de depresión. “Arriba hay unos cráteres muy interesantes que espero pronto podamos conseguir los permisos para poder subir y descubrir más de ellos en próximas sesiones” explicó Ricardo.

Continuamos por el sendero y, para ese entonces, ya intuíamos hacia donde iríamos. El camino pasó de asfalto a empedrado y cada vez con un grado de inclinación mayor, característica que encontrarás fácilmente en CUTlaque. A lo lejos podíamos ver las antenas características del Cerro del Cuatro, pero esta vez desde un punto más bajo de lo usual. Continuamos por el camino que regresó al asfalto, comenzando a sentirnos agotados ya por el tiempo transcurrido. “Aquí verán lo más increíble de este club”, nos dijo el doctor Ricardo y, cuando dimos vuelta, nos encontramos en un mirador circular, con estragos de presencia humana, pero, sobre todo, espectacular. Podíamos ver todo el sendero antes recorrido, las antenas y el CUTlaque, pequeño entre las nubes y la vegetación. Ese fue el escenario perfecto para la foto grupal. “Recuerden, hay que tomar una bien y otra echando relajo”.

Foto: Carlos Omar Figueroa Pérez

De ahí emprendimos el camino de vuelta, pasando por algunos lugares que conformaron la ruta de la Carrera 5K CUTlaque, y otros senderos donde unas pequeñas flores amarillas nos acompañaron en nuestro regreso. Llegamos alrededor de las 18:30 horas al mismo punto donde comenzamos, el edificio principal, con la diferencia de que el cielo era de un tono azul más oscuro; oscuridad que había desvanecido los rosas y naranjas de la puesta del sol. “Chicos y chicas, antes que nada, quiero que se den un fuerte aplauso, porque la sesión de hoy estuvo increíble y está más increíble que todos aguantaron el recorrido, se ve que tienen condición. De verdad, esperamos que les haya gustado y que poco a poco este club pueda ir creciendo cada vez más”, cocnluyó el organizador. Y así, entre aplausos, risas y algo de alivio por estar de regreso sanos y salvos en el CUTlaque fue que cerró ese miércoles el club de senderismo.

Foto: Carlos Omar Figueroa Pérez

Este contenido es resultado del Programa Corresponsal Gaceta UdeG que tiene como objetivo potenciar la cobertura de las actividades de la Red Universitaria, con la participación del alumnado de esta Casa de Estudio como principal promotor de La gaceta de la Universidad de Guadalajara.

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