miércoles, diciembre 17, 2025
miércoles 17, diciembre, 2025

Sembrando comunidad en el huerto de CUCBA

En este espacio no solo se cultivan alimentos, sino también pertenencia, conocimiento y esperanza. Cada planta sembrada es un recordatorio de que los proyectos más transformadores, igual que las semillas, nacen de ideas pequeñas que se atreven a brotar

El huerto comunitario de CUCBA es uno de los proyectos más jóvenes del centro, pero ya se ha convertido en un espacio imprescindible para el aprendizaje práctico, la colaboración estudiantil y la construcción de una cultura agroecológica basada en la autosustentabilidad. Inició oficialmente el 3 de septiembre de este año, surgido de una idea sencilla que, con constancia y visión, encontró tierra fértil para crecer.

Actualmente, el proyecto cuenta con cuatro coordinadores, entre ellos Jonathan Noel Gómez Peregrina, estudiante de octavo semestre de Biología y encargado del área de bioinsumos. Él explica que la motivación principal nació al reconocer que CUCBA alberga a muchos estudiantes foráneos interesados en cultivar sus propios alimentos. La intención es que tengan acceso a hortalizas y vegetales naturales, libres de agroquímicos y producidos dentro del mismo centro universitario.

“El objetivo es que los estudiantes tengan acceso a alimentos sanos sin gastar de más, y que se forme una comunidad que se apoye entre sí”, explica Jonathan.

El proyecto inició con reuniones de planeación y actividades operativas, pero rápidamente reunió apoyo de docentes y estudiantes, especialmente de Agronomía. Dharma Gurrola, también estudiante del centro, ha sido una pieza clave en la organización y gestión del espacio. Gracias a la colaboración con profesores, se incorporaron incluso grupos de primer semestre que han participado en la construcción de camas de cultivo, delimitación de áreas, siembra, monitoreo y riego.

Un enfoque agroecológico y multidisciplinario

Las prácticas dentro del huerto se sustentan sobre principios de agricultura sostenible, con sistemas de cultivos rotativos y policultivos que favorecen la convivencia entre plantas y la mejora del suelo. Desde el área de bioinsumos, el equipo trabaja con biofertilizantes, bioestimulantes y agentes de control biológico a base de microorganismos benéficos como Trichoderma, micorrizas vasculares, Beauveria bassiana y Metarhizium.

El financiamiento ha surgido principalmente de aportaciones de los propios coordinadores y docentes, mientras que la universidad contribuyó con el espacio y algunas herramientas básicas.

Para Jonathan, el aprendizaje más valioso para los estudiantes es la práctica: “Que participen de manera activa es fundamental. Aquí tienen un espacio real para desarrollar la habilidad de cultivar sus propios alimentos, algo que no todos tienen la oportunidad o el conocimiento para hacer”.

El huerto también ha permitido un enriquecimiento multidisciplinario: agrónomos, biólogos y estudiantes sin experiencia previa colaboran, aprenden y comparten saberes. Esta interacción ha sido uno de los logros más significativos del proyecto.

Retos que también enseñan

No todo ha sido sencillo. La coordinación de horarios y el manejo del riego han sido algunos de los desafíos más constantes. Además, el equipo enfrentó un problema inesperado:

“Tenemos un vecino con un criadero de conejos… y a veces se escapan y se comen las lechugas, rábanos y algunas plántulas”, cuenta Jonathan entre risas.

A pesar de los retos, el proyecto avanza con entusiasmo. Entre las aspiraciones a futuro destacan la construcción de un invernadero cerrado para la germinación de semillas, así como la posibilidad de integrar sistemas de hidroponía o acuaponía, tecnologías innovadoras que ampliarían las oportunidades de aprendizaje.

Proyección a futuro y trabajo interuniversitario

Aunque Jonathan está por concluir su carrera, le gustaría que el huerto quedara como un legado para las nuevas generaciones. Recientemente, el equipo comenzó acercamientos con encargados de invernaderos en CUTonalá, con la intención de formar un proyecto conjunto que incluya a estudiantes de Nutrición y Contaduría, fomentando así un trabajo interdisciplinario más amplio.

“Les enseñamos lo que estamos haciendo y se entusiasmaron mucho. La idea es capacitarlos para que ellos también puedan llevar un proyecto así. Sería increíble unir más puntos de vista y formar un equipo más grande”.

Antes de finalizar la entrevista, Jonathan dejó un mensaje dirigido tanto a estudiantes de CUCBA como de otros centros: “Nunca se rindan. Sigan sus sueños. A veces una idea parece pequeña, pero si la profundizan y le dan tiempo pueden crear cosas muy grandes. Así nació el huerto: de una idea que fue creciendo y motivando a más personas. Anímense a salir de su zona de confort, a aprender metodologías sustentables. En el futuro esto será clave para coexistir”.

El huerto comunitario de CUCBA no solo cultiva alimentos: cultiva comunidad, conocimiento y esperanza. Cada planta sembrada es un recordatorio de que los proyectos más transformadores, igual que las semillas, nacen de ideas pequeñas que se atreven a brotar.

Este contenido es resultado del Programa Corresponsal Gaceta UdeG que tiene como objetivo potenciar la cobertura de las actividades de la Red Universitaria, con la participación del alumnado de esta Casa de Estudio como principal promotor de La gaceta de la Universidad de Guadalajara.

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