La estudiante de Ingeniería Industrial del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI), Tania Partida, logró completar uno de sus sueños y uno de los retos deportivos más exigentes del mundo: el Ironman 70.3, una competencia que combina 1.9 kilómetros de natación, 90 de ciclismo y 21 de carrera, realizada en Varsovia, Polonia.

“Desde muy pequeña me gustó mucho correr y el ciclismo. Estuve muchos años en ballet clásico con los papás de Isaac Hernández y fue al ingresar a la universidad cuando volvió a renacer esa conexión con el deporte. Ahí me iba por mi cuenta a entrenar la pista o al gimnasio del Complejo Deportivo Universitario”.

Su salto a las competencias de resistencia fue relativamente rápido: primero un fondo ciclista, luego un duatlón, después un medio maratón, pero fue mientras realizaba un intercambio académico en la Universidad Politécnica de Madrid, donde cursó materias orientadas a la gestión y análisis de datos, donde decidió prepararse para la prueba con un entrenamiento prácticamente autodidacta investigando, viendo videos y pidiendo consejos a instructores.

“Tuve el intercambio y aproveché para hacer toda la preparación para el Ironman 70.3. Era un sueño que yo tenía desde chiquita y dije: pues me animo, sí o sí”.

Nunca había nadado en aguas abiertas. La primera vez fue el mismo día de la competencia y a pesar de las dificultades de logística que tuvo que sortear el día previo, disfrutó la prueba, motivada por ver banderas de México en el recorrido, para finalmente cruzar la meta con un tiempo cercano a las 6 horas.

“Se cansa primero tu mente que tu cuerpo, es más entrenar la mente que el cuerpo en este tipo de disciplinas. Me inspira una frase de David Goggins, conocido como el hombre más resistente del mundo, que dice: no se trata de ser el más fuerte o el más rápido, sino de encallecer tu mente para resistir a entornos extraordinariamente incómodos”.

Ahora, además de contemplar trabajar en Madrid tras recibir propuestas laborales, ya piensa en nuevos desafíos deportivos.

“Estos últimos meses no me saco de la cabeza el Ultra Backyard, una carrera de resistencia donde los corredores completan vueltas ininterrumpidas de un circuito de 6.7 km. Cada vuelta debe completarse en menos de una hora y el tiempo restante se utiliza para descansar. La carrera termina cuando solo queda un corredor en pie, quien es el ganador”.

Además del orgullo personal, Tania, quien además fue la única mujer representante de México en el Ironman, busca motivar a otros estudiantes a aprovechar el intercambio más allá del turismo.

“Es una gran oportunidad para potencializarnos, no solo en viajes, sino en todo lo que nutra nuestra integridad como personas. No hay límite, el límite es la mente de cada uno”.

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