Pariente cerebral de la marihuana combate la depresión

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Científicos de la Universidad de California en Irvine, California, así como de Urbino y Parma en Italia, han descubierto que elevar la cantidad de un neurotransmisor químicamente cercano a la marihuana, la anandamida, produce efectos antidepresivos. El equipo de estadunidenses e italianos, dirigido por Daniele Piomelli, encontró la forma de incrementar los niveles de ese neurotransmisor. “Estos hallazgos elevan la esperanza de que las propiedades de la marihuana que mejoran el estado de ánimo puedan controlarse para tratar la depresión”, dijo Piomelli.
La marihuana misma no ha demostrado eficacia clínica para la depresión. Sin embargo, fármacos que amplifican las acciones de los neurotransmisores naturales semejantes a la marihuana, han mostrado ser grandes promesas.”
El equipo inhibió la enzima que rompe la molécula de anandamida y así consiguió elevar su presencia en el cerebro de ratas con patrones de conducta semejante a los de humanos deprimidos. Luego de cinco semanas, el grupo experimental mostró comportamiento parecido al del grupo control. Los resultados aparecerán en el número del 15 de noviembre de Biological Psychiatry.
La anandamida es un neurotransmisor que forma parte del sistema cerebral de los endocanabinoides cuya función es analgésica, reductora de ansiedad y de depresión. Ese sistema regula también la alimentación y la obesidad.
El estudio puede verse en www.today.uci.edu/broadcast.

Más diferencias sexuales en el cerebro
Muchos más niños que niñas son diagnosticados con déficit de atención y autismo, y más niñas que niños con depresión. Comenzamos a entender el porqué gracias a elegantes experimentos realizados con un gusanito de apenas un milímetro que lleva el largo nombre de Caernohabditis elegans, y cuyo genoma fue el primero del que se logró tener el mapa completo.
Un equipo de la Universidad de Rochester encontró que los C. elegans hermafroditas (con ambos sexos, masculino y femenino) preferían el aroma de mantequilla, como en las palomitas de maíz, mientras que los machos preferían los vegetales frescos. Pero bastó modificar unas cuantas células nerviosas a los hermafroditas para que también buscaran vegetales.
Bueno, ¿y?
Pues que Douglas Portman y KyungHwa Lee publican en el número pasado de Current Biology que su trabajo “revela una inesperada vía acerca de la influencia del sexo en la función del cerebro”, dice Portman.
Los investigadores encontraron que no hay neuronas distintivas por sexo, sino presentes en ambos sexos, pero con respuesta modificada según el sexo. “No sabemos cómo o por qué una diferencia en los cromosomas sexuales se traduzca en diferencias respecto a cómo funcionan las células cerebrales”. El estudio de C. elegans permite anticipar que la mayor incidencia de autismo en niños y de depresión en niñas podrá ser explicada como resultado de funcionamiento diverso en las neuronas.
Contacto: Tom Rickey, tom_rickey@urmc.rochester.edu

Bases neurales de las falsas memorias
Hace unos diez años, hubo una racha de súbitas memorias recobradas: casi siempre mujeres en psicoanálisis con terapeutas mujeres “recordaban” hechos, siempre de tinte sexual y abusivo, de sus primeros días de nacidas. Un momento en que el sistema nervioso central aún no tiene capacidad para guardar memorias. A pesar de ese hecho bien conocido en neurología, muchos padres y hasta abuelos terminaron en la cárcel cuando hijas o nietas “recordaron” abusos ocurridos en sus primeros días de vida.
Un equipo de neurocientíficos de la Universidad Duke tiene la clave según la cual los lugares en los que se procesa una memoria en el cerebro pueden determinar cómo alguien puede estar absolutamente convencida de hechos pasados que jamás ocurrieron.
El reporte publicado por el Journal of Neuroscience, tiene como principal autor a Roberto Cabeza, quien sostiene: “La memoria humana no es como la de una computadora: no es correcta siempre”. El área específica del cerebro a la que se accede al tratar de evocar un recuerdo puede en definitiva determinar que pensemos en ese recuerdo como algo cierto o falso.
Voluntarios sanos debieron pasar tests bien conocidos de memoria y de falsa memoria. Con escáner realizado por medio de MRI funcional, Cabeza encontró que los más seguros de sus memorias mostraban mayor actividad en la región del lóbulo temporal medio, localizado en la base del cerebro y enfocado a los hechos específicos de un acontecimiento. En cambio, la aceptación de memorias falsas causaba incremento en la actividad de la red parietal-frontal, localizada en lo alto del cerebro y encargada de procesar los aspectos globales de un evento.
Contacto: Richard Merritt, Merri006@mc.duke.edu

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