
Ofelia. Yo no soy “la actriz”. Yo soy una mujer que ha ido de la manifestación al ensayo, de la protesta en la refinería a otro ensayo. No soy actriz y activista, soy Ofelia y me pongo donde más me gusta, de ahí le voy “campechaneando», voy gozando el momento creativo y artístico, nunca dejé nada por nada: tengo los tacones, las botas y los huaraches. Me cambio los zapatos y le doy; claro que a eventos especiales hay que peinarse y maquillarse, eso es divertido, es lo que me da fuerzas para seguir haciendo lo que más me gusta. FICG. Este festival es muy imponente, no por lo grande sino por lo resistente. Cumplir 40 años le ronca, porque el cine mexicano y el cine en general han pasado por etapas muy difíciles, pero sobrevivimos a las dificultades, aquí estamos y hay películas importantes del mundo entero, películas que se hacen en Jalisco, eso es importante: fomentamos la creación local. ¡Qué chingón, que generamos un festival que promueve el cine! Las plataformas. El cine es un gran placer en las salas de cine, en ningún otro sitio encontramos esa magia. Pero mundialmente, desde la pandemia, existe un bajón de audiencias, necesitamos con urgencia que el público acuda al cine, que exista mayor distribución; pero para que eso pase necesitamos gente en las salas, pidiendo más películas y dejando de conformarnos con ver lo que ofrecen las plataformas. Mujeres. Hace 55 años, cuando comencé mi vida artística, no había ni una sola directora, ninguna fotógrafa, ninguna productora. Marcela Fernández y Bertha Navarro llegaron a abrir puertas y hoy en día me hace tan feliz ver que el cine lo estamos haciendo las mujeres, lo escribimos, lo producimos, lo imaginamos; porque antes la mirada era del varón, muy buen cine, pero nos tenían en un rincón siendo las lloronas. Ahora las historias han cambiado, tenemos relevancia, reconocemos y nos planteamos según la realidad, el cine es femenino y eso es pura magia. ¡Qué viva el cine femenino!