En rueda de prensa celebrada en el marco del Día Mundial contra el Bullying o Acoso Escolar, que se conmemora este 2 de mayo, María Teresa Prieto Quezada, coordinadora del doctorado en Gestión de paz y prevención de violencias del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA), dijo que se trata de un problema estructural, grave: México, en la actualidad, sigue conservando el segundo lugar en violencia a nivel mundial.

La violencia escolar ha alcanzado niveles alarmantes y afecta tanto a estudiantes como a profesores. No es un problema solamente de alumnos, es un problema de maestros, es un problema de instituciones, de la sociedad”, declaró.

Dijo que entre las 200 razones por las que son acosados, destacan la crítica al aspecto físico, la forma de vestir, de hablar; los gustos musicales; el pertenecer a un grupo o colectivo especial, por ser religioso o tener alguna discapacidad, informó.

De 2019 a la fecha en México la violencia se ha incrementado 205 por ciento. Se calcula que en el país tres millones sufren de violencia y acoso escolar. Algunas escuelas no lo señalan por cuestiones mediáticas, lo resuelven internamente, pero sigue habiendo ausentismo y muchos de los padres prefieren cambiar a los hijos de escuela”, apuntó.

Prieto Quezada dijo que el acoso se ha trasladado a las redes sociales, donde se manifiestan mensajes de odio, extorsiones y se hace uso de la inteligencia artificial para hostigar; por lo que la violencia escolar ha evolucionado, pasó a otros niveles que han culminado en eventos catastróficos, como suicidio de estudiantes.

“Entrevistamos a mil 200 alumnos, y nueve de cada diez asume que a veces se conocen casos de acoso escolar y no les dan suficiente importancia para evitar problemas; además, 42.3 por ciento opina que los centros educativos suelen tratar de ocultarlos con el fin de evitar que se tenga una imagen negativa de la escuela”, informó.

Ante este panorama, señaló que es fundamental que los planteles escolares, padres de familia y sociedad trabajen juntos ante un problema de tipo estructural, que tiene que ver con la sociedad violenta en la que vivimos.

José Claudio Carrillo Navarro, profesor investigador de dicho doctorado, recordó que como parte de los trabajos de un grupo de estudiosos sobre el tema, se hizo una recopilación de las investigaciones más destacadas en el país, y se busca que esos resultados sean utilizados por las instituciones estatales y federales para formular políticas y programas.

“Nos parece importante que haya políticas de largo plazo que no sean programas efímeros, coyunturales, sino de largo aliento, que sean integradas a los espacios escolares, como la política para crear diagnósticos que evalúen el clima de sus instituciones”, indicó.

Dijo que es importante contar con un atlas de la violencia escolar por municipios, regiones, estados y del país que sea un referente empírico para establecer estrategias oportunas.

“Otra de las propuestas que estamos planteando es que se integre en las currículas de todos los niveles educativos, de manera transversal, el análisis de los temas de violencia, de convivencia; no pueden aparecer solamente como un contenido temático, sino que tienen que permear un cambio de actitud en profesores, alumnos, directivos. Debemos de crear programas para sensibilizar y dar herramientas a los padres de familia para que hagan lo que les corresponde”, precisó.

Entre las señales de alerta que pueden identificar los padres de familia para detectar si su hijo o hija es víctima de acoso o violencia escolar de

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